A las 14:00 el Eurogrupo ha vuelto a reunirse, aunque sobre la mesa ya pesa a plomo el ‘no’ de Grecia. El Ejecutivo del país heleno se ha negado a doblar la rodilla y aceptar las condiciones que el viernes se le habían presentado en forma de contraoferta. Además, Alexis Tsipras ha convocado un referéndum para el próximo día 5 en el que quiere que la población griega se pronuncie acerca de esa contraoferta
que, entre otras cosas, ofrecía una ampliación del rescate hasta noviembre. No obstante, el mismo Tsipras ya está rogando que la población vote ‘no’. Una población que, a la par, corre despavorida a los cajeros automáticos para sacar sus ahorros y evitar que sean presas de un corralito financiero que, desde hace tiempo, se viene oliendo en Grecia. De hecho, hasta el cajero del propio Parlamento griego se ha quedado sin dinero, como publica el diario Spiegel, y más de 400 millones han sido extraídos durante la noche por los griegos. 


SALIDA DE DEPÓSITOS DE GRECIA:


Fuente: Credit Suisse


Lo cierto es que el cierre en banda de Syriza ante el acuerdo arrastra al país a la peor de las situaciones. El día 30 Grecia tendría que pagar al FMI en concepto de devolución por la ayuda prestada 1.540 millones de euros pero, al anunciar que no cumplirá con los pagos ni firmará las condiciones que se le exigen para seguir recibiendo ayuda, tampoco se desbloqueará el último tramo del rescate europeo, unos 7.000 millones de euros. Ahora bien, esto no supone un default. pues, como explica José Luis Cárpatos, analista independiente, "un impago de la deuda que vence al FMI y al BCE no sería considerado en sentido estricto default. Es más bien un diferimiento o atraso en los pagos. Pero, default, es con la deuda en manos privadas". Además, José Luis Martínez, de Citi, comenta que “si finalmente el Gobierno griego opta por no pagar el vencimiento de deuda, aunque no sería default en sentido estricto, sí supondría un varapalo a la confianza en la Institución.”

Evidentemente a los acreedores no les hace gracia la petición de Tsipras de que se paralice todo hasta que la población griega se pronuncie el día 5, y aún menos la de Varoufakis, que el el Eurogrupo de hoy ha pedido "unas semanas más". Con todo ello, ya es la enésima vez que se le da más plazo a Grecia y Grecia sigue sin pagar. Parece complicado que del Eurogrupo hoy salga un aplazamiento, pues varios países, como España o Malta, han mostrado su disconformidad explícita con ampliar el plazo. De hecho, el propio presidente del Eurogrupo, Dijssembloem, ha declarado que  estar "muy negativamente sorprendido por la decisión del Gobierno griego, aparentemente han rechazado las últimas propuestas sobre la mesa de las tres instituciones. Es una decisión triste para Grecia porque ha cerrado la puerta a más conversaciones cuando la puerta aún estaba abierta". No obstante, todo puede pasar, pues ya se sabe que Alemania es quien realmente mueve la batuta y, en este sentido, el vicecanciller germano, Sigmar Gabriel, ha declarado que "haríamos bien en no rechazar simplemente la propuesta del señor Tsipras o argumentar que se trata de un truco; si las preguntas son claras, es decir, si está claro que lo que se votará es un programa negociado, entonces puede tener sentido".

Más allá del día 30 de junio o del 5 de julio, la fecha vital de Grecia es el 20 de julio. ¿Por qué? "Porque el potencial impago de la deuda de 3.600 millones de ese día podría poner en una situación complicada a la Institución”, dice Campuzano.

Ante esta situación, nos preguntamos si existe todavía algún parche que pueda contener esta situación sin llegar al corralito. José Luis Cárpatos explica que "el BCE podría paliar esto, pero su situación es muy difícil. La ELA se basa en colaterales, y Grecia no tiene más colaterales, según muchos analistas, y según los más optimistas, tendría para unos 4.000 millones más como mucho. Es de suponer que el BCE quede a expensas del punto siguiente".

Con todo ello, si nos ponemos en el peor de los escenarios, el que no contemplaban muchos expertos, y Grecia impaga, ¿Qué sucederá después? Gonzalo Cañete, ejecutivo de ventas y analista de mercados de Swissquote, explica que hay dos posibles opciones:

- Podríamos asistir a lo que pasó en Chipre: retener los depósitos de deudas privadas, una medida totalmente soviética. Esto se haría en forma de campana de Gauss. Se cogerían las cuentas más grandes primero, pero mucha gente, especialmente los más ricos, han sacado sus depósitos del país, por lo que afectaría hasta el último de la cola.

- Otra opción más diplomática sería que el Banco Central decidiera repartir los 120.000 millones de deuda que tiene Grecia entre los bancos centrales de la eurozona. Así se mutualizaría el impago de Grecia y los países tendrían que emitir más deuda para cubrir esto, transmitiéndose incluso a la renta fija privada. Aquí el BCE tendría que tomar medidas porque ahora respalda el 20% de las emisiones de deuda.
 
Ver: Declaraciones de De Guindos a su llegada a la reunión del Eurogrupo