La Comisión Electoral Turca ha decidido anular los resultados de las elecciones municipales en Estambul, en las que la oposición socialdemócrata logró la victoria el pasado 31 de marzo, al admitir una demanda del partido islamista AKP del presidente Recep Tayyip Erdogan. La repetición de los comicios tendrá lugar el 23 de junio. De esta manera, se anula la victoria del socialdemócrata CHP, que acabó con 25 años de gobiernos islamistas en la principal ciudad turca. El candidato del CHP logró una victoria justa por apenas 23.000 votos de ventaja frente al aspirante oficialista.

“Las nuevas elecciones en Estambul convocadas por Erdogan no crean un fondo de confianza en las instituciones de Turquía, lo que asusta a los inversores nacionales y extranjeros. Esto ha provocado la reducción de las entradas netas de inversión extranjera directa”, apunta Bart Hordijk, analista de Monex Europe.

Los riesgos continúan acumulándose para la lira turca, que una vez más se encuentra en un callejón sin salida. “La situación nos recuerda a agosto de 2018, cuando surgieron dudas sobre la independencia del Banco Central de la República de Turquía y se encontraba en disputas diplomáticas con EEUU. En este momento, sin embargo, la situación parece haber empeorado aún más que la del año pasado”, analiza Hordijk.

Los problemas del año pasado para Turquía están todavía en presentes. Su economía se enfrenta a un alto nivel de deuda privada en moneda extranjera, un alto déficit por cuenta corriente, incrementado por el alza de los precios del petróleo, y una inflación descontrolada que actualmente se aproxima al 20%. Pese a ello, Erdogan sigue defendiendo unos tipos de interés bajos.

Las reservas oficiales de divisas actualmente ascienden a 75.400 millones, apenas suficiente para cubrir el déficit actual de la cuenta corriente de Turquía durante cinco trimestres más. La economía del país se está contrayendo y la lira se deprecia frente al dólar un 14% en lo que va de año, una combinación que según los expertos de Monez podría hacer “que los déficits con el sector exterior aumenten aún más en los próximos meses”.

Además, el presidente Erdogan ha descartado repetidamente cualquier posible intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI), como en 2001, lo que implica que esta última red de seguridad en tiempos de crisis no esté ni se le espere. “El escenario más preocupante para el resto de la esfera de monedas emergentes es que, al reaparecer las tensiones comerciales y una gran cantidad de eventos clave para las principales monedas, la rápida depreciación de la lira turca puede extenderse fácilmente en otras monedas como el rand sudafricano o el real brasileño”, comentan desde Monex.

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El Ibex 35 está presente en Turquía

BBVA, a través de Garanti, es la principal compañía europea en el país otomano. El banco cerró 2018 con un beneficio neto de 569 millones de euros (651 millones de dólares), un 31% menos en el país. En concreto, BBVA logró en 2018 el 9,8% de sus ganancias en Turquía y el 16,1% de su margen bruto, 3.901 millones de euros.

 

 

El principal mercado de la entidad que dirige Carlos Torres Vila es México que le reporta el 42% de los beneficios, seguido del 24,8% de España, del 10,2% de América del Sur, del 9,8% de Turquía y del 12,6% de EEUU.

Las tensiones en Turquía ya le están pasando factura en bolsa, que este martes se dejó más de un 2% en bolsa y cede un 4,8% en el mes de mayo.

La otra compañía española ligada a Turquía es la aseguradora Mapfre, que logra en el país un 3% de su facturación anual. El grupo que dirige Antonio Huertas explicó en febrero que la economía turca aportó 486 millones de euros (-25,7% menos que el año anterior) a los ingresos de 2018. Sus resultados en el país estuvieron “muy influidos por la depreciación de la lira turca (-25%) y una política estricta de suscripción particularmente en el ramo de Responsabilidad Civil de Automóviles, enmarcada en la estrategia de crecimiento rentable”, detalla la compañía.

ArcelorMittal también presencia en el país y logra allí alrededor de un 2,8% de sus ventas anuales. Otras empresas europeas con implantación en el país son la petrolera austríaca OMV, la farmacéutica italiana Recordati, ING, Renault, BNP Paribas o Volkswagen.

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