La operación de salida a bolsa de la compañía no es tan fácil como una OPV al uso, porque antes de que sus directivos toquen la campana en el parqué madrileño han ocurrido muchas operaciones anteriores.

Cabe señalar que Coca-Cola European Partners, que cotizará con el ticker CCE, es una empresa fruto de la fusión de la embotelladora ibérica Coca-Cola Iberian Partners, la estadounidense Coca-Cola Enterprises, y la alemana Coca-Cola Erfrischungsgetränk.

Durante su debut del martes en Estados Unidos la empresa vio caídas de más de un 24,7% en Wall Street, aunque ese desplome es realmente ficticio.  Lo que ocurre es que la corporación fruto de la fusión sustituyó a la anterior compañía en el mercado. Es decir, que un ente sustituyó a otro diferente, con lo cual se produjo ese ajuste en los precios.

La decisión de fusionarse se tomó en octubre y para ello se decidió que los accionistas de Coca-Cola Enterprises (la que cotizaba en Estados Unidos), recibirían una acción de la nueva compañía por cada uno de sus títulos y que, además, recibirían un pago adicional de 14,50 euros por acción. Estos inversores controlan el 48% de la nueva compañía y será, en realidad, la parte que aglutine el free-float de la empresa.

Los mayores accionistas, no obstante, son la familia Daurella, los dueños de Coca-Cola Iberian Partners, que controlan un 34% de la nueva empresa y que, además, ostentarán la presidencia de la cotizada. Los socios alemanes poseen un 18%.


Una vez que se produzca el listing, los propietarios españoles se han comprometido a no vender sus acciones durante un periodo de un año en una señal de confianza sobre el valor.

Pero, ¿cómo ha quedado la compañía en Estados Unidos? Su debut allí, más allá de esa caída del 24% nos puede dar una idea de por dónde van a ir sus precios cuando debute el jueves.

En la actualidad, las acciones de la compañía cotizan a 17,79 dólares por título, lo que le da una capitalización de alrededor de 17.000 millones de euros. 
Si, finalmente, mañana sale a cotizar en esa banda de precios se situaría como la  novena o décima empresa más grande en España, entre Gas Natural y Repsol.



Los expertos de Goldman Sachs acaban de publicar una nota para sus clientes en la que valoran las acciones de la empresa que ya cotizan en la bolsa de Amsterdam. En la entidad le dan una recomendación de compra con un precio objetivo de 41 euros por acción, lo que implicaría un potencial de un 17% sobre el cierre de ayer.

Ellos creen que la empresa podría beneficiarse de un aumento de los recortes por las sinergias de la fusión. Además, creen que el beneficio podría crecer a doble dígito en lo próximos tres años debido a las mejoras de los márgenes y el desapalancamiento. Por último, consideran que a un PER (beneficios 12 meses) de quince veces, la empresa tiene recorrido. 

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