No nos cansamos de escribir, a riesgo de repetirnos, sobre la importancia del ahorro. Hace poco leí un post en una red social que me gustó por dos motivos (el post es de Marilyn Quintero). Lo primero, es políticamente incorrecto al criticar a la gente joven. Y, en segundo lugar, por la realidad tan bien descrita. Soy consciente de que los jóvenes tenemos muchas dificultades. Así lo he plasmado en varios artículos: sueldos de miseria, vivienda inalcanzable… Eso es cierto. Pero corremos el riesgo de victimizarnos en vez de tomar las riendas de nuestra vida. Uno no es culpable de la situación que le ha tocado vivir, pero sí es responsable de ver qué hace con ella.
“Es imposible independizarse si no ganas 2.500 € al mes”, decía Marilyn poniendo en boca de algún joven esta frase. Y sí, es cierto. Este mensaje se repite en redes, y no falta razón a la idea que subyace a la queja.
Ahora es donde entro a criticar. Vivimos en la cultura de la inmediatez. Pido algo por internet y ya estoy nervioso si en 2 horas no me ha llegado. Quiero algo de información y lo consulto en el móvil. Todo ya. Lo quiero, lo tengo. Consumo instantáneo. Y, en esta cultura de la inmediatez y del consumo instantáneo, el ahorro es como una Super 8 en el mundo de las GoPro. Por si eres muy joven, me refiero a que es una cosa muy muy antigua.
Y el ahorro no es una cuestión reservada a los ricos, sino una necesidad para quienes quieren dejar de ser pobres. Pero, para ahorrar, debes renunciar a parte del consumo de hoy. Por eso, la fórmula ideal para el ahorro no es lo que me sobra l final del mes, sino lo que aparto nada más llegar la nómina. Y si no me da para el Netflix, me aguanto.
¿De verdad que no puedes ahorrar? Muchos jóvenes que se quejan de esto viven en casa de sus padres. Sus gastos no deberían ser muy elevados. Y cuando hablas con ellos, empiezas a ver que: ropa de marca, salidas con amigos y copas todas las semanas, conocen más mundo que Willy Fog, han ido a más conciertos que los teloneros de Sabina, los puentes son sagrados y siempre hay plan, el móvil y el portátil son de gama alta, Spotify y HBO no pueden faltar y caprichitos varios…
Total, que aún sin coche, nos plantamos en unos gastos mensuales de unos 700 euros. Y, claro, si después de 7 años viviendo con tus padres y trabajando no has ahorrado ni 5 mil euros… el problema no es lo difícil que está todo. Y es que, como dice el post, es mucho más fácil victimizarse que afrontar la realidad. Cuidado, que hay otros jóvenes que no tienen estas facilidades de vivir con sus padres o, viviendo con ellos, ahorran. No quiero generalizar ni decir echar culpas. Pero, ojo… no se puede estar en Misa y repicando. Tu problema si no ahorras es de prioridades. Como suelo contar, tengo un hermano con 8 niños y ahorra. Conozco su situación y te aseguro que, si él puede, tú también.
Como hemos dicho muchas veces, ahorrar no es ser tacaño ni vivir como un anacoreta. No se trata de vivir en paños menores. Pero quizá debas tener anuncios en Spotify… Y no pasa nada, ¿eh? Quitarse el café de 2 euros y hacerse uno en la oficina de sobre no es para caérsele los anillos a nadie.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
Y haciendo lo del café 20 los últimos 20 años, invirtiendo eso en el S&P, habrías obtenido algo más de 42 mil euros. Que eso no te saca de pobre, pero estamos hablando de solo el café…
¿Valoras más el disfrute inmediato o la libertad futura? No pasa nada por aguantarse un poco. Estás invirtiendo en tu libertad futura. Si no lo haces, te puedes convertir en un esclavo del presente y en un mendigo del futuro.
Todo empieza por pequeños hábitos. No se trata de poder comprarte mañana la casa de tus sueños, pero puedes acumular capital para vivir más que holgadamente. Empieza por algo sencillo. En cuanto te entre la nómina, aparta un 20% (más o menos, según tus posibilidades) y pon ese dinero en un fondo indexado si quieres olvidarte. Solo esto va a marcar una diferencia enorme. Y no lo hacemos...
Fuente: Carlos Arenas Laorga, con datos de pluxee
Ser adulto también es dejar de quejarse y ser responsable. Que sí, que no es fácil. Pero no vale quejarse con una indisciplina que clama al cielo.
Conozca las carteras para invertir a medio y largo plazo de Estrategias de Inversión