En el primer semestre del año, tanto el beneficio como el EBITDA crecieron con fuerza ¿Qué valoración hacéis de esta primera mitad de ejercicio?
Pues sí, muy buenos resultados. Los resultados han sido excelentes, tanto en las métricas que mencionabas como en el resto. Si hacemos un repaso rápido de lo más significativo, empezando por contratación, hemos superado por primera vez en un semestre aislado los 300 millones de euros, un hito muy importante para nosotros. Además, seguimos viendo un mercado muy sólido en el que mantenemos una posición de liderazgo que nos ha permitido alcanzar una facturación de 256,2 millones de euros, lo que supone un incremento del 13,9 % frente al primer semestre de 2024. Este crecimiento llega incluso al 17,7 % si eliminamos el impacto del tipo de cambio.
En cuanto al margen directo, continúa con una evolución muy positiva y se sitúa en el 37,1 % sobre ventas en el primer semestre, lo que representa una mejora de 210 puntos básicos respecto al mismo periodo del año anterior. De nuevo, un dato excelente que refleja la solidez de nuestra estrategia, basada en la eficiencia operativa, la optimización de procesos, el desarrollo de nuevos productos y una acertada política de precios.
En el EBITDA, el crecimiento es aún más notable: un 55,6 % respecto al año anterior, hasta los 38,3 millones de euros, lo que equivale a un peso del 15 % sobre ventas. Esto nos permite superar ya las guías marcadas en nuestro plan estratégico 2024-2026, presentado en marzo del año pasado.
Por último, el beneficio neto ha sido, sin duda, la gran noticia de la semana: alcanzamos los 19,9 millones de euros, un incremento del 168,5 % frente al mismo periodo del ejercicio anterior. Esto supone un beneficio por acción de 0,33 euros, reflejando una vez más el éxito de nuestra estrategia y nuestro compromiso con la retribución al accionista.
También quiero destacar la sólida posición de balance con la que cerramos el semestre. A pesar de las operaciones inorgánicas que hemos venido anunciando, la deuda del grupo a 30 de junio se sitúa en 37,3 millones de euros, lo que equivale a 0,6 veces EBITDA, muy por debajo del objetivo de 2 veces fijado en el plan estratégico (incluyendo operaciones inorgánicas). Esta fortaleza nos otorga un margen suficiente para seguir impulsando el crecimiento inorgánico con total flexibilidad.
En resumen, unos resultados muy sólidos: superamos los 300 millones en contratación, crecemos con fuerza en todos los niveles, multiplicamos por más de dos el beneficio neto y consolidamos tanto un margen récord como una posición financiera muy robusta para seguir creciendo.
Entrando un poco más en el detalle, ¿qué segmentos de negocio lideran el crecimiento?
El segmento de negocio que continúa liderando este crecimiento es el de medida y monitorización. Nuestro negocio tradicional, donde se engloban los transformadores, sigue destacando con un crecimiento del 20 % frente al mismo periodo del año anterior. Además, dentro de este segmento hemos lanzado ya nuestros transformadores ópticos con aislamiento sostenible, un avance muy relevante.
En cuanto al negocio de Fiabilidad de red, merece una mención especial porque está creciendo con fuerza en contratación y, durante el primer semestre, hemos cerrado varias operaciones inorgánicas. Nos hemos centrado en el área de calidad de la energía. Por un lado, hemos adquirido RTR, lo que nos aporta capacidades industriales adicionales que refuerzan nuestra propuesta de valor. Y por otro, hemos lanzado una joint venture junto con Ikerlan y el Grupo Mondragón para desarrollar soluciones innovadoras en electrónica de potencia. Se trata de una alianza de enorme valor estratégico, porque nos permite anticiparnos a las necesidades futuras del sistema eléctrico y estar bien posicionados para aprovechar esas oportunidades.
A todo esto se suma la entrada en el capital de Teraloop, la compañía finlandesa de volantes de inercia, en la que participamos el año pasado. Si ponemos todas estas piezas juntas —lo que nuestro CEO denomina “el puzle”—, conseguimos dar un giro estratégico al segmento de fiabilidad de red y acceder a un mercado potencial que, si antes estimábamos en alrededor de 1 billion, ahora puede multiplicarse por tres o incluso por cuatro. Sin duda, unas perspectivas muy positivas para este negocio.
Por último, el segmento de automatización de la red, aunque ha mostrado un comportamiento más plano en crecimiento, ha registrado hitos muy relevantes. Un ejemplo es la fabricación de más de 300.000 relés en un solo semestre, lo que representa aproximadamente un 20 % de crecimiento. Además, sigue siendo uno de nuestros ejes prioritarios para el crecimiento inorgánico, donde continuamos analizando de forma activa nuevas oportunidades de adquisición que nos permitan acelerar su desarrollo.
¿Qué áreas geográficas se están comportando mejor?
En este semestre, todas las geografías han contribuido de manera positiva a la facturación. La región de EMEA lidera el crecimiento con un 25,6 %, consolidándose como el principal mercado del grupo. A cierre del semestre, esta región representa un 43 % de la facturación total.
En segundo lugar se sitúa Norteamérica, con un crecimiento del 8,9 % frente al mismo periodo del año anterior y un peso del 30 % sobre la facturación del grupo.
La región de APAC también muestra un comportamiento positivo, con un crecimiento del 7,7 %, y se mantiene como una de las áreas clave dentro de nuestro plan estratégico.
Finalmente, en Latinoamérica comenzamos a ver un giro claro de tendencia, con un crecimiento positivo cercano al 1 % en facturación. Si miramos la contratación, el avance es aún más significativo, alcanzando un 56 %, lo que refleja que se trata de un mercado plenamente reactivado.
Tras las cifras de la primera mitad del año ¿Cuáles son las previsiones para el conjunto del año?
En la call de resultados del pasado lunes compartíamos que, pese a un inicio de año marcado por la incertidumbre en torno a los aranceles y a factores macroeconómicos, ahora contamos con la visibilidad suficiente para sentirnos cómodos y ofrecer una ambiciosa visión de cierre de ejercicio. En concreto, prevemos una facturación en el rango de 500 a 515 millones de euros, un EBITDA entre 72,5 y 77 millones de euros y un margen EBITDA situado entre el 14,5 % y el 15 %.
Se trata de una horquilla ambiciosa, que supone un crecimiento por encima de lo proyectado en el Plan Estratégico 2024-2026, donde apuntábamos a un margen EBITDA en torno al 12,5-13 % al final del plan. Como puede observarse, esa meta ya estaría superada. Por este motivo, tal y como adelantó nuestro CEO, Álex Arteche, a finales de este año presentaremos un nuevo guidance para 2026.
En definitiva, contamos con un posicionamiento muy sólido en un mercado en el que seguimos siendo líderes, lo que nos permite afirmar que tenemos todos los ingredientes para cumplir con estas ambiciosas metas.
¿Cuáles son los vectores que identificáis para el crecimiento futuro de Arteche?
Al mismo tiempo que actualizamos nuestras guías financieras, los vectores que impulsan nuestro crecimiento siguen siendo exactamente los mismos que compartíamos en el plan estratégico presentado hace un año: la electrificación, la descentralización y la digitalización de la red. Estos tres pilares estructurales no solo marcan la hoja de ruta de la compañía, sino que reflejan también las grandes tendencias del sector energético, que creemos continuarán acelerándose en los próximos años.
Como hemos señalado, estamos inmersos en un contexto de demanda sostenida y creciente, que seguirá reforzándose gracias a la transición energética y a la necesidad de adaptar la infraestructura eléctrica. Este entorno de mercado nos proporciona visibilidad y grandes oportunidades, especialmente a compañías como la nuestra, con nuestra posición y trayectoria.
Además, desde hace tiempo venimos subrayando la necesidad de invertir en redes eléctricas, una idea que hoy ya es una realidad reconocida por todos los actores del sector y que ocupa cada vez más espacio en medios y foros especializados. Esta inversión resulta imprescindible para garantizar un sistema más eficiente y preparado frente a los retos de la electrificación y la digitalización.
En este escenario, Arteche se encuentra en una posición privilegiada para capturar ese crecimiento, apoyándose en los mismos vectores que ya señalábamos y que continúan guiando nuestra estrategia.
La compañía tiene una ambiciosa estrategia ESG de cara al 2030, incluido que un 100% de la energía provenga de fuentes renovables. ¿Cómo avanzan estos objetivos?
Nuestros objetivos ESG avanzan a muy buen ritmo. La sostenibilidad ha formado parte históricamente —y seguirá formando parte— del ADN de Arteche, por lo que estamos en un proceso continuo de revisión, mejora, mayor transparencia e incorporación de más datos e indicadores. Los ratings externos así lo reconocen: hemos obtenido la medalla de plata en EcoVadis, que nos sitúa en el top 10 % mundial, y hemos mejorado en el rating de CDP hasta el nivel B (gestión).
En cuanto a los targets concretos, los avances son significativos. A cierre de semestre, el 67 % del consumo energético de Arteche proviene ya de fuentes renovables, lo que refleja el buen ritmo hacia el objetivo del 100 % en 2030.
Si pasamos al pilar Social, uno de nuestros indicadores clave es la igualdad de oportunidades. Actualmente, el 31 % de los puestos de dirección están ocupados por mujeres, avanzando de forma sólida hacia la meta del 40 % en 2030.
Y en el ámbito de Gobernanza, durante el primer semestre hemos seguido implementando el SCIF en todas nuestras empresas y hemos adaptado la composición del Consejo y de sus comisiones, siempre con el objetivo de reforzar y mejorar nuestras prácticas de gobierno corporativo.
Como hemos señalado en otras ocasiones, esto es un viaje a largo plazo, pero trabajamos cada día para asegurarnos de que los principios ESG estén plenamente integrados en todas nuestras decisiones y a todos los niveles de la compañía.