Pese a la corrección reciente, no se ha roto la tendencia alcista principal global, que continúa viva, pero acompañada de señales internas que invitan a la prudencia. Los soportes clave siguen intactos. Un retroceso del 3 o  4% entra dentro de lo habitual en ciclos alcistas y mientras los grandes índices respeten sus directrices ascendentes, no hay señales claras de agotamiento estructural. Al revisar el ETF que replica al EuroStoxx 50 observamos que aún se mantiene por encima de su línea de tendencia, aunque la amplitud del mercado empieza a mostrar síntomas de deterioro: menos valores suben, aumentan los títulos marcando mínimos anuales y surgen las primeras divergencias. Por ello, es prudente mantener una exposición moderada —entre el 50% y el 60%— mientras el mercado decide su siguiente movimiento. En Estados Unidos, escenario casi idéntico: el S&P 500 y el Nasdaq siguen apoyándose en niveles relevantes, mientras que el Russell 2000 estuvo a punto de perforar sus soportes, aunque finalmente consiguió mantenerse. Nada se ha roto aún, pero la sensación es que el mercado camina sobre un suelo que conviene vigilar de cerca.

La situación del IBEX 35, en cambio, me parece más favorable. A diferencia de otros índices europeos, el selectivo español conserva un margen técnico más amplio respecto a su media de 30 semanas, situada alrededor de los 15.300 puntos. En mi opinión, recuperar los 16.000 puntos será clave para afianzar su fortaleza. La banca continúa siendo el motor del índice: Caixabank y Unicaja mantienen tendencias claramente alcistas y Banco Santander conserva una estructura sólida pese a la corrección reciente. El sector sigue siendo el más fuerte en Europa en una ventana de 51 semanas, y eso explica por qué el Ibex 35 está resistiendo mejor que otros selectivos. En cuanto a la rotación hacia valores defensivos, siempre es razonable mantener una parte de la cartera en utilities y compañías estables como Iberdrola, Endesa o Ferrovial. Iberdrola acumula semanas consecutivas de avances incluso en fases correctivas, lo que confirma su papel como refugio natural. Aun así, no veo razones para abandonar sectores fuertes como la banca, que sigue siendo uno de los pilares del mercado europeo en este tramo del año. Donde sí percibo más vulnerabilidad es en el segmento growth, especialmente dependiente de las expectativas sobre tipos de interés.

La gran incógnita de las próximas semanas la marca la Reserva Federal. El mercado se ha movido estos días anticipando un posible "no recorte" en la reunión del 9 y 10 de diciembre. En mi opinión, una bajada de tipos beneficiaría especialmente a las compañías pequeñas y medianas, a los sectores más endeudados y a la tecnología, además de presionar a la baja al dólar. Sin embargo, mantengo cierta cautela: si la Fed recorta, podría hacerlo por preocupación sobre el crecimiento económico. Y, aunque el mercado descuenta un ciclo rápido de bajadas, no estoy convencido de que la institución vaya a actuar con la velocidad que algunos esperan.