Desde que la FED inició a finales del año pasado el final de sus programas QE, la sensación de que una época se acaba ronda por la mente de los inversores. Sobre todo ahora que cada vez está más cerca la primera subida de tipos de interés en Estados Unidos desde hace ocho años. Las divergencias en las políticas monetarias de los bancos centrales ya han pasado factura a la evolución de las bolsas y a los flujos de fondos. Hemos visto que desde que comenzó el año los inversores prefieren Europa y Japón, donde sus Bancos Centrales continúan inyectando dinero con respecto a Estados Unidos.


Sin embargo, en la gestora creen que las diferencias entre las políticas monetarias no son los únicos riesgos de los que tenemos que estar pendientes. En realidad, enumeran cinco:


1- Volatilidad de los tipos de cambio: Esta sí que tiene que ver con las divergencias de políticas económicas y de crecimiento entre las diferentes áreas del mundo. Creen en el banco que esta circunstancia “elevará la volatilidad en los mercados de divisas en 2015.

2- Riesgo de iliquidez del mercado de renta fija: Explican en la entidad que “la consolidación de intermediarios, la presión regulatoria y las menores existencias de los bancos están mermando la liquidez del mercado de deuda”.

Bonos EEUU, Alemania y España

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3- Riesgo geopolítico:
Recomiendan no perder de vista los titulares de la sección de internacional. “Conflictos como los de Rusia, Ucrania, Irán y otros países y regiones elevan el riesgo de caídas en los mercados”, alertan.

4- Diferenciación en los mercados emergentes: Aseguran que “en 2015, aplicar un enfoque selectivo en los mercados emergentes cobra importancia ya que los fundamentales y las primas de riesgo de los distintos países alterarán las oportunidades de valor relativo”.

5- Transiciones de política monetaria: Afirman que una vez que la Reserva Federal suba los tipos de interés “cabe esperar mayores niveles de volatilidad en los mercados en caso de errores potenciales de política monetaria.”

En la firma consideran que como inversor, tiene opciones para adecuar su cartera a esta nueva situación:

1- Amplíe su universo de oportunidades: En este sentido, apuestan por variar la diversificación de su portfolio, tanto a nivel sectorial como a nivel geográfico.

2- Considere la inversión en crédito. En opinión de los analistas de esta firma, los mercados de deuda high yield ofrecen potencial de mayores rentabilidades, pero también un riesgo elevado.

3- Cuidado con los índices de referencia. Explican que “el posicionamiento pasivo en índices tradicionales puede ser más arriesgado de lo que suele asumirse: más riesgo de tipos de interés y exposiciones desproporcionadas a algunos de los países más endeudados. La gestión activa podría ser capaz de encontrar oportunidades y de gestionar el riesgo de forma más eficiente y dinámica”.

4- Conozca bien su inversión en deuda. Ante todo le recomiendan entender cómo el tamaño de su fondo de deuda afecta al riesgo de iliquidez.

5- Gestione el riesgo a la baja. Por último, afirman que los enfoques de rentabilidad absoluta tratan de lograr rendimientos positivos a lo largo de un ciclo de mercado, y ayudan a mitigar el riesgo a la baja en un mundo incierto y volátil.

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