Banco Santander ha estrenado una nueva funcionalidad en su aplicación móvil y en su página web que permite a los clientes particulares en España medir su propia huella de carbono a partir de las compras realizadas con las tarjetas de la entidad y los recibos que tengan domiciliados, según ha informado a través de un comunicado.

Santander afirma que se trata de una funcionalidad "pionera" y que también está disponible en Chile. Además, la previsión del banco es que llegue en los próximos meses a varios países europeos como Reino Unido, Polonia y Portugal.

La entidad explica que los clientes pueden comprobar su huella de carbono de forma mensual, que aparece descrita en kilos de CO2 equivalente emitidos a la atmósfera y agrupados por categorías: alimentación, supermercados y compras, casa y hogar, transporte y automoción, ocio, educación y salud, servicios y otros.

Además, se incluyen una serie de consejos ecológicos por cada categoría para reducir la huella de carbono y contribuir en la lucha contra el cambio climático, así como información relevante y preguntas frecuentes.

Los clientes también podrán compensar sus emisiones de carbono colaborando de forma voluntaria en distintos proyectos que tratan de evitar nuevas emisiones, o absorber las ya emitidas, en el mercado de créditos de carbono a través de la plataforma ClimateTrade.

El banco explica que, gracias a la tecnología blockchain que utiliza ClimateTrade, todas las transacciones de compensación de carbono son trazables, garantizando "su impacto real" en la lucha contra el cambio climático.

De esta forma, el banco ofrece la posibilidad a sus clientes de apoyar iniciativas de generación de energías renovables, conservación de ecosistemas o reforestación de bosques, cuya descripción estará detallada, así como el impacto positivo que cada una de ellas genera. Estas iniciativas estarán verificadas por estándares internacionales y revisadas por el banco.

Santander explica que un crédito de carbono es una unidad internacional que representa la reducción de gases de efecto invernadero (GEI). Cada crédito de carbono equivale a una tonelada de CO2 evitada o absorbida en la atmósfera y es un instrumento de compensación contemplado en el Protocolo de Kioto de las Naciones Unidas.