El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha abierto la puerta tímidamente a un recorte de tipos, si bien ha advertido de que la elevada incertidumbre dificulta la labor de los responsables de la política monetaria.

En su esperado discurso en el simposio anual de la Fed en Jackson Hole (Wyoming) el presidente del banco central ha señalado que “el balance de riesgos parece estar cambiando” entre los dos objetivos de la Fed (pleno empleo y precios estables), debido a “cambios radicales” en las políticas fiscales, comerciales y de inmigración. 

Si bien ha señalado que el mercado laboral se mantiene en buen estado y la economía ha demostrado resiliencia, ha reconocido que los riesgos a la baja están aumentando. Al mismo tiempo, los aranceles generan riesgos de que la inflación pueda volver a subir, un escenario de estanflación que la Fed debe evitar.

En este entorno, ha hecho un llamamiento a “proceder con cautela mientras consideramos cambios en nuestra postura de política monetaria”. “Sin embargo, con la política en territorio restrictivo, las perspectivas de referencia y el balance cambiante de riesgos podrían justificar un ajuste de nuestra postura de política monetaria”, ha reconocido.

Tras estas palabras, los operadores del mercado elevan por encima del 90% la probabilidad de que en la reunión de septiembre se produzca un recorte de tipos de interés de 25 puntos porcentuales, según la herramienta Fedwatch de CME Group. Antes del discurso, el porcentaje se movía en el entorno del 70%.

La Reserva Federal ha mantenido su tipo de interés de referencia en un rango situado entre el 4,25% y el 4,5% desde diciembre.

El discurso de Powell llega en un momento en el que el presidente de EEUU, Donald Trump, está buscando ya activamente a su sucesor, a pesar de que su mandato al frente de la Fed no caducará hasta mayo del próximo año. 

Trump ha mantenido una postura casi constante contra Powell desde su desembarco en la Casa Blanca, presionando para que baje los tipos de interés y llegando incluso al insulto. Sin embargo, en los últimos días los ataques del presidente a la Fed han ido más allá de la mera política monetaria.

A principios de este verano, el Gobierno arremetió contra la Reserva Federal por un importante proyecto de reconstrucción en su sede de Washington, D.C. Esto coincidió con un período en el que Trump consideró la posibilidad de destituir a Powell, aunque posteriormente desistió. Esta semana, el gobierno centró su atención en la gobernadora de la Reserva Federal, Lisa Cook, acusándola de fraude hipotecario en relación con dos préstamos con respaldo federal que obtuvo.