Si en el mes de mayo siempre nos acordamos del 'sell in may..', lo cierto es que ahora comienza el mejor periodo de la bolsa en el año si atendemos a la perspectiva histórica: el 31 de octubre se compra para vender de nuevo los activos en cartera cuando llegue, en 2026, el mes de mayo.

Es el denominado 'efecto Halloween' que, bien es cierto, suele venir acompañado de recogida de beneficios inicial, para que el S&P 500, el indicador de indicadores que marca el ritmo global de los mercados, inicie una tendencia alcista claramente marcada en noviembre y también en diciembre, el mes de ajuste en las carteras de cara al nuevo ejercicio. 

Pero como no podía ser de otra manera, en este tiempo de 'brujas' y misterio, no hay opinión unánime entre los expertos sobre la dinámica de este periodo. De momento, les contamos la historia que nos llega del Reino Unido. Desde antaño los terratenientes adinerados volvían en otoño a las ciudades, tras estar en sus fincas del campo durante el periodo de verano, y esto aumentaba las compras en el mercado. Y en los 80 del siglo pasado, ya se acuñó la expresión, efecto Halloween. 

Ya, en la más rabiosa actualidad bursátil, nos encontramos con una inflación controlada, como vimos en el único dato de interés que hemos conocido sobre la evolución de los precios tras el cierre de gobierno americano, los tipos de interés de la Fed, bajan por segunda vez consecutiva en el año, con más factores para impulsar los máximos de los indicadores de Wall Street, en general y del S&P 500, en particular. 

Y la historia ayuda, porque casi llega a un 80% de los casos en los que los dos últimos meses del año, noviembre y diciembre, son claramente alcistas. si descontamos los años de la pandemia se ha mostrado claramente alcista en 2017, 2019 y en 2024, incluso en 2024 en efecto rebote frente al periodo de la Covid. Todo ello con alzas superiores al 3% en el global de los años.

Su porcentaje medio en el trimestre final del año de ganancias es del 2,9% desde 1928, según los analistas de Bank of America, en el periodo, recordemos, mejor del ejercicio para las ganancias globales en renta variable. 

Pero hay mucho más con la historia en la mano. De facto, durante los últimos 76 años, cuando el S&P 500 ha subido entre enero y septiembre, en el cuarto trimestre del año han obtenido ganancias en casi el 90% de las veces. E incluso, si tomamos como referencia máximos históricos a finales de septiembre, el porcentaje se coloca por encima. 

Otro factor a favor es lo que ahora está pasando en los mercados, más allá de la megatencia IA que arrastra al alza todo lo que toca. Hablamos de la generalidad de los resultados empresariales. Según los datos de FactSet, un tercio de las empresas del S&P 500 ya han presentado resultados. De ellas, un 83% han superado las expectativas de beneficios. 

Eso sí, los riesgos siguen estando latentes. También desde BofA destacan que "el S&P 500 está estadísticamente caro" y que hay que estar muy atentos a varios frentes, como las métricas de valoración, el rendimiento relativo de acciones caras versus baratas y también sobre las tensiones en los mercados de crédito. 

Desde BofA también señalan que la mayor parte del pastel alcista depende, sobre todo, del buen desempeño de los valores en el mes de diciembre y de que se produzca, además, cierta rotación sectorial. De facto, ven una 'fuerte tendencia estacional alcista' en todos los sectores este año, salvo en dos, la energía y el inmobiliario. 

Ya para 2026, la media del mercado coloca al S&P 500 en torno a los 7.560 puntos a 12 meses vista, con un 10% de mejora potencial respecto a los niveles que presenta el indicador ahora mismo. 

Entre lo mejor, nos encontramos con que los analistas de Evercore visualizan que el S&P 500 alcanzará los 9.000 puntos en 2026. De producirse el recorrido alcista podría alcanzar el 30% desde sus actuales niveles de cotización.

Caso contrario, con potencial negativo del 30% se muestran los analistas de Morgan Stanley sobre el indicador de indicadores americano. Lo colocan en niveles de 4.900 puntos.