El panorama descrito en su último Informe de Estabilidad Financiera refleja tensiones que se han intensificado a lo largo del último año y que podrían comprometer la capacidad de respuesta del organismo ante futuros episodios de volatilidad.
La institución mantiene que la banca británica continúa mostrando niveles sólidos de capitalización y una exposición relativamente contenida al endeudamiento interno. Sin embargo, sus advertencias se centran en factores externos y en segmentos del mercado financiero donde el apalancamiento, la especulación y las valoraciones infladas están ganando protagonismo.
Este equilibrio entre fortaleza bancaria y vulnerabilidad estructural añade complejidad a un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, presiones fiscales y cambios profundos en los flujos de capital.
Cómo el auge de la inteligencia artificial está alterando las valoraciones
El Banco de Inglaterra detecta que el entusiasmo inversor en torno a la inteligencia artificial ha impulsado valoraciones especialmente tensas en los mercados de renta variable.
En Estados Unidos, estas cifras se sitúan en niveles no vistos desde la burbuja puntocom, mientras que en Reino Unido alcanzan máximos que no se repetían desde la crisis financiera global. Este patrón sugiere que ciertos sectores vinculados a la IA podrían estar sobrevalorados, lo que aumenta la vulnerabilidad del sistema ante una corrección brusca.
La creciente interconexión entre compañías tecnológicas emergentes, fondos de crédito y entidades que financian proyectos de IA añade otra capa de riesgo. Si se produjera un ajuste pronunciado de precios, el impacto podría extenderse rápidamente a los mercados de préstamos corporativos, generando tensiones adicionales en bancos, fondos y aseguradoras.
Aunque el organismo reconoce el potencial transformador de la IA, subraya que su éxito no garantiza que las empresas más valoradas hoy se conviertan en las ganadoras de mañana, lo que dificulta la evaluación de riesgos a medio plazo.
Señales de alerta en mercados corporativos y ejemplos recientes
El informe cita casos recientes en Estados Unidos, como el colapso de First Brands y del prestamista Tricolor, como indicios de fragilidades que podrían replicarse en otras jurisdicciones.
Estos episodios muestran cómo el endeudamiento elevado, combinado con presiones económicas y modelos de negocio con márgenes ajustados, puede desencadenar problemas que afecten al mercado global.
El Banco de Inglaterra considera que la economía británica no es ajena a estos riesgos y que parte del endeudamiento corporativo importado del exterior podría actuar como canal de contagio.
El organismo también planea una prueba de estrés centrada en el ecosistema de mercados privados, donde la financiación estructurada y las operaciones entre fondos han aumentado en complejidad.
Esta evaluación buscará medir hasta qué punto estas entidades resistirían escenarios con pérdidas superiores a las experimentadas en ciclos anteriores.
La preocupación creciente por el apalancamiento en los mercados de bonos
Uno de los puntos más destacados del informe es el aumento significativo de las apuestas apalancadas en el mercado de repos respaldados por bonos del gobierno británico.
La actividad de los fondos de cobertura alcanzó casi 100.000 millones de libras en operaciones recientes, un máximo histórico dominado por un grupo reducido de fondos con sede principalmente en Estados Unidos. Estas estrategias dependen de refinanciaciones constantes, lo que las hace especialmente vulnerables en momentos de tensión de liquidez.
Si la financiación a corto plazo se interrumpiera repentinamente, estos fondos podrían verse obligados a vender grandes volúmenes de gilts, provocando movimientos bruscos en el mercado de deuda pública. Dado que los bonos soberanos son la base del sistema financiero británico, cualquier perturbación relevante tendría repercusiones inmediatas en bancos, aseguradoras y fondos de pensiones.
Aunque el Banco de Inglaterra reconoce mejoras respecto a la situación vivida en 2022 —cuando intervino para contener una crisis relacionada con fondos de inversión impulsados por pasivos—, insiste en que la exposición actual sigue siendo significativa.
Un entorno global que limita el margen de actuación
El Banco de Inglaterra advierte que las crecientes presiones presupuestarias en gobiernos de todo el mundo están reduciendo su capacidad para absorber nuevos shocks financieros. A medida que las demandas de gasto se intensifican y los tipos de interés permanecen elevados, los márgenes fiscales se estrechan y la resiliencia se ve comprometida.
La fragmentación comercial, la incertidumbre geopolítica y las tensiones en mercados de deuda soberana forman un conjunto de desafíos que interactúan entre sí, dificultando la labor de los bancos centrales.
En este escenario, el organismo británico insiste en la necesidad de que empresas y fondos adapten sus modelos de análisis de riesgos incorporando supuestos más exigentes.
La institución señala que las correlaciones entre pérdidas podrían intensificarse en un entorno dominado por la IA, los préstamos apalancados y una mayor dependencia de la financiación a corto plazo.
Riesgos asumidos, resiliencia limitada y la necesidad de prudencia
Aunque el capital bancario británico se mantiene en niveles robustos, la interacción entre sobrevaloraciones tecnológicas, apalancamiento creciente y tensiones en los mercados de deuda pública representa un desafío que trasciende a una sola industria.
La combinación de inversiones agresivas en IA, préstamos arriesgados y volatilidad en bonos soberanos crea un ecosistema donde los shocks pueden propagarse con rapidez.