En ocasiones se produce una noticia importante con el mercado ya cerrado, por lo que los inversores desde que tienen conocimiento de ella dan las órdenes pertinentes a sus intermediarios financieros, que fundamentalmente suelen ser vender (o comprar) la posición a la apertura sin fijar precio alguno, porque lo importante es salir (ya que las cosas se van a poner mal) o entrar (porque “esto va a pegar una subida importante”) sin importar a que niveles se cierren las operaciones.
Ante situaciones como estas, lo que conviene es reflexionar sobre qué es lo que se va a hacer ante la aparición de novedades. Las situaciones de pánico, en la que la gente parece empeñada en vender aquello que más ha caído y en donde más pérdidas acumulan no suelen ser las más adecuadas. Por lo menos hay que evaluar cual consideramos que es la valoración que debería tener nuestras acciones, bonos o fondos de inversión y ver en qué medida puede afectarles una elevación de la prima de riesgo, la entrada del país en recesión, la eliminación del dividendo o una revisión de los beneficios estimados de la compañía por la propia gerencia de la empresa. En muchas ocasiones la influencia no es muy significativa y no se justifica una compra o una venta solo por la nueva información, sino que a medio plazo la valoración apenas varía. En otros casos sí que puede ser importante, pero eso no significa que haya que proceder a comprar o vender a cualquier precio. Perfectamente puede ocurrir que a la apertura se forme un precio excesivo debido a la entrada de órdenes masivas, y que a lo largo de la sesión o en jornadas sucesivas la cotización se suavice y se acerque a uno más lógico.
Como conclusión, conviene tener claro cómo actuar con nuestras inversiones. Saber qué rentabilidad se pretende obtener y si es factible conseguirlo con las condiciones actuales de mercado y macroeconómicas. Y sobre todo mantener la cabeza fría, porque en los tiempos en que estamos viviendo, lo que hoy es negro y nos impulsa a vender porque los mercados caen a plomo, mañana puede ser blanco y subir en la misma proporción. Si no se está seguro de poder hacer todo esto por uno mismo, consulte con un asesor financiero independiente.