Ante la falta de financiación y el escaso crecimiento en los mercados madre, las empresas echan mano a las M&A para sacarse las castañas del fuego. En aquellos mercados donde el ciclo económico se está acelerando, las compañías acumulan liquidez, por lo que es previsible que opten por crecer externamente a través de fusiones y adquisiciones. Mientras que, en aquellos mercados donde el ciclo se desacelera, las reestructuraciones son de esperar para adaptase. Según Philippe Uzan, CIO de EdRAM
, “los grandes grupos están esperando que se dé el momento adecuado para lanzarse a las compras. Las posibles ‘presas’ son cada vez más atractivas en lo que respecta a las valoraciones, especialmente aquellas empresas que tienen un sesgo hacia los mercados emergentes. En el corto plazo, estas bajas valoraciones deberían disparar las ofertas oportunistas con primas excepcionalmente altas”.

Comenzando por nuestro mercado nacional, el sector más propenso a las fusiones es el financiero, por necesidad y por imposición, ya que tienen que hacer frente a la coyuntura económica y también a las exigencias de las autoridades bancarias comunitarias. En este sentido, Sara Pérez Frutos, director general de Dracon Partners EAFI, dice que “excepto La Caixa, las cajas no tienen viabilidad por solitario, incluido Bankia con una situación patrimonial por inmuebles realmente complicada. Por ello, continuará la reestructuración financiera y los bancos son los claros compradores”. En este movimiento, “los accionistas de bancos que tengan que quedarse con cajas podrán verse perjudicados en el corto plazo, porque se comprarán empresas no rentables, pero con las ayudas del FROB y los recortes de costes en el medio plazo si tendría sentido que ganaran valor”, explica la experta. En cambio, “los perdedores serán habitualmente los accionistas de la entidad comprada”, dice Enrique Quemada, consejero delegado de ONEtoONE Capital Partners. A su vez, el experto de ONEtoONE dice que las repercusiones más allá del mercado de valores se dejarán sentir en el ámbito laboral, “con la racionalización de plantillas con cierre de oficinas redundantes”.

Otro sector en el que se especula con nuevos movimientos es el de operadores de bolsa. Con la crisis, las negociaciones en los parqués han disminuido y la aversión al riesgo ha llevado a estos operadores a pactar lazos para robustecer su negocio. Éste es el cuento inacabable de NYSE Euronext y Deutsche Böerse. Recientemente esta operación entró en stand by por orden de la Comisión Europea. Mientras tanto, el operador español BME no ha dejado de estar en las quinielas para una posible fusión. De hecho, como confesó su presidente, Antonio Zoido, a Estrategias de inversión, están “abiertos a operaciones empresariales con otros operadores”.

Mientras, en EE.UU. Luisa Martínez, responsable de análisis de Miramar Capital EAFI, dice que “los sectores formados por empresas con mayor efectivo, como el tecnológico o el farmacéutico, serán donde pueda haber mayor probabilidad de iniciarse ofertas en año”. De hecho, los expertos dicen que esta al caer la compra de Yahoo!. La operadora es un dulce que muchos golosos se quieren llevar a la boca, como Google o Microsoft.

¿Cómo podemos beneficiarnos de estos movimientos?
La forma más primaria sería a través de la inversión directa. Generalmente, la compañía adquirida cotiza al alza cuando se conoce la noticia en caso de que la adquisición se haga por un precio superior al de cotización, lo que redunda en una prima a los accionistas. Por el contrario, la compañía compradora es penalizada en un primer momento por el desembolso que supone la adquisición. Pero para ganar en estos movimientos básicamente habría que hacer caso del popular dicho “compra con el rumor y vende con la noticia”, algo que no siempre funciona.

Sin embargo, existen fondos de inversión controlados por profesionales que intentan captar los rendimientos de estas operaciones, por ejemplo, el fondo EdRAM Europe Synergy. Según explica Philippe Uzan, CIO de EdRAM, este fondo “combina dos motores de rentabilidad complementarios al fijarse en situaciones especiales con potencial de subida autónomo: por un lado compañías que podrían verse envueltas en procesos de fusiones y adquisiciones y por el otro, reestructuraciones”. Entre los sectores que más pesan en la cartera de este fondo se encuentra el de consumo, con compañías de alimentación o cuidado personal que tienen un importante sesgo hacia el consumo emergente, “pues muchas compañías en el mundo desarrollado usan las compras para entrar en estos prometedores mercados”, dice Uzan.

Además, para jugar este tipo de movimientos Javier Monjardín, analista de fondos de Tressis, nos recomienda fondos de arbitraje para los perfiles más conservadores. Dentro de los de arbitraje destaca “Dexia Index Arbitrage C, el Dexia Risk Arbitrage C y el Dexia Long Short Risk Arbitrage”. El Dexia Index Arbitrage C es un fondo de retorno absoluto y de baja volatilidad que explota las oportunidades de inversión que surgen de los reajustes que se llevan a cabo en el seno de los principales índices de acciones. Su horizonte de inversión de 3 años manteniendo un nivel de volatilidad inferior al 5%. En 3 años acumula una rentabilidad del 2,11%.

El Dexia Risk Arbitrage C que pretende aportar en el período mínimo de inversión recomendado, un rendimiento superior al del índice EONIA. En un año ofrece una revalorización del 0,47%.

El Dexia Long Short Risk Arbitrage V busca obtener una rentabilidad absoluta superior a la del índice EONIA, con una volatilidad media del 10%. En un año acumula una rentabilidad cercana al punto porcentual

El negocio de los ETFs en este campo está menos desarrollado. Sólo existen 2: el CSMA y el MNA. En un año estos instrumentos acumulan respectivas revalorizaciones del 0,55% y 0,75%. “El problema de estos fondos de fondos es que son instrumentos desarrollados por Hedge Funds y el mercado es muy opaco”, indica José María Manzanares, director de Skipper Capital EAFI. No obstante, “mientras tengas una estrategia clara y haya movimientos, tenerlos en cartera es interesante”. Estos ETFs invierten en compañías con rumores o expectativas de que puedan ser fusionadas o compradas poniéndose cortos en la que compra y largos de la adquirida.