2023 ha comenzado con una tónica general de optimismo, al menos a juzgar por las ganancias en los mercados de renta variable. Sin embargo, persisten los retos del año pasado: el crecimiento económico se está desacelerando y, con ello, el fantasma de la recesión está cada vez más presente. Además, la inflación se mantiene elevada, por lo que los bancos centrales continúan decididos a seguir subiendo las tasas de interés, aunque a un ritmo cada vez más lento.

Sin flexibilización en los Bancos Centrales hasta 2024

Según el último informe de estrategia de inversión publicado por Credit Suisse, el PIB mundial crecerá un 1,5% en 2023, con el sector manufacturero mundial a la cabeza de este debilitamiento. No obstante, añaden, la robustez de los mercados laborales y la solidez financiera del sector privado deberían impedir una deceleración más profunda del PIB mundial. "Nuestra previsión es que Estados Unidos consiga eludir, por poco, la recesión", apunta el banco de inversión global suizo. Mientras, en el Viejo Continente, "es probable que las economías europeas ya se encuentren en recesión, ya que las condiciones financieras continúan endureciéndose y la confianza de consumidores y empresas sigue empeorando". 

En cuento a la actuación de los Bancos Centrales, el IPC de EEUU de diciembre fue la tercera lectura consecutiva de este indicador que apunta a que la inflación se encuentra en la trayectoria adecuada para regresar al objetivo del 2% marcado por la Reserva Federal (Fed). Es cierto que "esta trayectoria de disminución llevará tiempo, y cabe esperar que la inflación continúe por encima del objetivo, alrededor del 3%, a finales de 2023. No obstante, unida a los signos de deceleración de la presión salarial, esta tendencia a la baja posiblemente resulte alentadora para la Fed. Esperamos dos subidas más, de 25 puntos básicos, en las reuniones de febrero y marzo, para seguidamente hacer una pausa en una tasa terminal de entre el 4,75% y el 5,0%". 

Mientras, en la zona euro, la inflación subyacente subió ligeramente en diciembre. Con ello, "consideramos que el ciclo de subidas del Banco Central Europeo (BCE) tiene mucho más recorrido, con posibles subidas de 50 puntos básicos en febrero y marzo, y otras de 25 puntos en mayo y junio, con una tasa terminal del 3,5%".

Emergentes vs Europa en renta variable

Precisamente, la inflación y la dinámica de los bancos centrales siguen siendo los factores más decisivos para los mercados de renta variable en 2023, pero parece que los mercados van a preocuparse cada vez más por la deceleración del crecimiento económico y sus repercusiones sobre los beneficios empresariales. En opinión, de Credit Suisse "la deceleración del crecimiento económico junto con los elevados costes de los insumos (por ejemplo, los salarios) suponen un riesgo para los ingresos y los márgenes, y podrían abrir la puerta a una nueva ronda de caídas en las bolsas". A ello, hay que sumar la reducción de la capacidad de fijación de precios y la disminución del poder adquisitivo de los hogares. Por ello, "mantenemos en las carteras una infraponderación táctica en renta variable de mercados desarrollados".

Eso sí, el banco suizo es positivo dentro de los mercados desarrollados con Hong Kong y la renta variable suiza. "En las carteras mantenemos la sobreponderación en renta variable suiza, ya que este mercado debería tener un comportamiento relativamente bueno a medida que el crecimiento se ralentice, y sus perspectivas en lo referente a beneficios empresariales son optimistas". Mientras, "adoptamos prudencia con respecto a las acciones de la zona euro, donde los beneficios empresariales corren peligro, el panorama macroeconómico resulta complejo, prosiguen las subidas de las tasas de interés y los riesgos de cola no han desaparecido". En cuanto a sectores, "nos decantamos por el de salud, en detrimento del de materiales, y la calidad sigue siendo nuestro estilo preferido en renta variable".

En los mercados emergentes, la reapertura de la economía china ha alimentado las esperanzas de un repunte del crecimiento y ha dado lugar a sólidas ganancias en las bolsas. "Consideramos que la renta variable china sigue teniendo potencial de subida, y esperamos que la reapertura de su economía beneficie también a otros mercados asiáticos. En consecuencia, aumentamos de infraponderación a neutral nuestra asignación a renta variable de mercados emergentes". Y, dentro de estos mercados emergentes, "apostamos por China y Latinoamérica, y ahora nuestra previsión es que la India registre resultados comparativamente deficientes".

A nivel sectorial, el farmacéutico y sanitario dará lugar a oportunidades de inversión claras y convincentes, al igual que las aseguradoras de vida chinas. Además, "cabe esperar que la demanda contenida de viajes y ocio, hostelería, gastronomía y entretenimiento, junto con la trayectoria creciente de la actividad económica en su conjunto, sirvan de apoyo al consumo general y al mercado laboral. Los mencionados sectores de Hong Kong, Tailandia y Japón probablemente serán los más beneficiados, en ese orden".

La deuda pública de mercados desarrollados y bonos soberanos de emergentes, su apuesta en renta fija

A medida que la inflación vaya tocando techo y la atención de los inversores pase a centrarse en los riesgos para el crecimiento, seguramente se darán las condiciones necesarias para el renacimiento de la renta fija, ya que esta clase de activos ganará atractivo tanto desde el punto de vista de la rentabilidad como del de la correlación.

En ese sentido, Credit Suisse apuesta por aumentar la exposición a deuda pública de mercados desarrollados al nivel de sobreponderación, ya que esta categoría "debería beneficiarse de las condiciones que esperamos concurran durante nuestro horizonte táctico a seis meses vista".

Teniendo en cuenta lo anterior, los expertos del banco suizo "mantienen una ligera preferencia por la deuda pública estadounidense, ya que el ciclo monetario en Estados Unidos se encuentra más avanzado y las subidas de las tasas de interés deberían detenerse hacia finales de 1T.  Si bien creemos que no vamos a ver ninguna rebaja de tasas en Estados Unidos este año, cabe esperar que el reciente cambio en el foco de atención de los mercados hacia una eventual bajada de tasas termine favoreciendo a los bonos con vencimientos ligeramente más largos. Por ello, tenemos buenas perspectivas en duración para Estados Unidos".

En la zona euro, consideran que la presión sobre el Banco Central Europeo para subir las tasas va a continuar en los próximos meses, a pesar de los riesgos de recesión. Pero también cabe esperar que las tasas de interés toquen techo en el 1S, "por lo que hemos tomado la decisión de recoger beneficios en la posición corta en duración que manteníamos en deuda pública en EUR. En general, preferimos mantener una duración ligeramente superior a la del índice de referencia en Estados Unidos, y apostar por un posicionamiento neutro en duración en la UE, Reino Unido y Suiza".

El banco de inversión global suizo también mantiene su sobreponderación en bonos soberanos de mercados emergentes denominados en monedas seguras, dado su atractivo diferencial de rentabilidad frente a la deuda pública estadounidense. "Los intereses de estos bonos se mantienen aún por encima del 8%, lo que aporta un importante diferencial por carry con respecto a las subidas de los intereses de la renta fija estadounidense, y sus valoraciones continúan resultando asequibles. Asimismo, la solidez relativa de los fundamentos de la economía nacional y rentabilidad previsiblemente superior de la deuda pública estadounidense debería suponer un apoyo adicional para esta clase de activos. Mantenemos las previsiones negativas para la región de Sudáfrica y Europa del Este, Oriente Medio y África (EEMEA), ya que la baja calidad crediticia, el deterioro de los fundamentos y las valoraciones son fuente de problemas. Por otra parte, mantenemos perspectivas positivas para México, y esperamos que Latinoamérica registre resultados comparativamente superiores".

Por último, Credit Suisse explica que los resultados del crédito mundial seguirán mostrándose contenidos (también en el segmento high yield) debido al aumento de las preocupaciones sobre el crecimiento y la reducción de los balances de los bancos centrales, lo que dar lugar a un aumento de la volatilidad de los diferenciales crediticios y supondría un lastre para la rentabilidad total, sobre todo en el caso del crédito de menor calificación. Por ello, "seguimos apostando por el crédito crossover no cíclico (con calificación BBB y BB), tanto de mercados desarrollados como emergentes. Ante la proliferación de los impagos materializados, preferimos el riesgo de estructura de capital frente al riesgo crediticio en los segmentos con balances sólidos que ofrecen un valor atractivo, como es el caso de ciertos instrumentos de deuda financiera sénior y subordinada, bonos híbridos corporativos europeos y créditos convertibles con grado de inversión", señalan.