En una mesa organizada por Estrategias de inversión sobre el papel de la mujer en la inversión, la conclusión es clara: todavía hay mucho por hacer. Para empezar, es un problema “que tiene la propia industria y que se debe atajar desde ahí. No sólo con planes de diversidad, hay que empezar a hacer un diagnóstico, ver por qué se produce este diferencial y tener presentes cuáles son los datos reales”, reconoce Idoia Basterretxea, senior partner de Fidentiis Gestión.

Sin embargo, hay quien considera que más que un reto de la industria, lo es para la sociedad en su conjunto. Ana Guzmán, subdirectora del Máster de Opciones y Futuros del IEB reconoce que “esto no se puede hacer en siglos con lo que debe ser algo que se inculque desde pequeños y se desarrolle a lo largo de la vida”. De hecho, esta experta alude a una iniciativa en Reino Unido –women in finance chárter – en el que hay un compromiso de desglose por sexo y que tiene una serie de compromisos hasta 2020. Con lo que esto no puede acotarse aquí.
 


De izda a dcha: 
Ana Guzmán (IEB), Idoia Basterretxea (Fidentiis Gestión), Victoria Torre (Self Bank), María Vázquez (GFED), Silvia Morcillo (Ei) y Araceli de Frutos (Araceli de Frutos EAFI)


Y por último, pero no menos importante, el apoyo institucional.  En Escandinavia, donde hay cuotas y plazos, ha habido un avance en conciliación y permisos no sólo en la industria sino en toda la sociedad. “Las mujeres participan de forma más amplia en la toma de decisiones, dirección, tanto a nivel empresa como en la gestión de fondos”, reconoce Basterretxea. Con lo que cuotas y una legislación que permita una conciliación real, está teniendo efectos positivos en el Norte de Europa.

Para Araceli de Frutos, de Araceli de Frutos EAFI, es indiferente que haya cuotas o potenciales iniciativas pues “al final puede ir en contra nuestra. Somos distintas a los hombres y nunca llegaremos a la igualdad”. No necesitamos cuotas siempre que se parta de la base de que todos estamos igual de capacitados. Y es ahí donde Victoria Torre, del departamento de contenidos, productos y servicios de Self Bank reconoce que se tiene que actuar con sentido común porque “un fondo no tiene que gestionarse mitad por hombres y mitad por mujeres si alguien está más capacitado. La igualdad tiene que ver con la capacitación y ahí es donde hay que empezar a luchar”.  Como decía la escritora Reyes Calderón “apreciar algo es ponerlo en valor y ponerle un precio”.  Si existe un consejo de administración sin mujeres no puedes valorar cómo trabajan y lo que aportan. En este sentido, “no de forma estricta pero la manera en que se rompa la barrera podría ser mediante cuotas”, reconoce Guzmán.

Y un punto más: la complementariedad. Es un hecho que tanto hombres como mujeres somos distintos, para empezar, desde un punto de vista biológico: aquí entran en juego tanto el cortisol como la testosterona, que son los responsables dela propensión al riesgo y el optimismo. Por eso es bueno tener diferentes perfiles en un equipo. Pero si tuviéramos que hacer un perfil de la mujer en la inversión, la experta de Araceli de Frutos EAFI reconoce que las mujeres “somos más prudentes, sabiendo separa la inversión del ahorro y, en escasas ocasiones, nos dejamos llevar por olas de sentimiento de mercado”.  La Directora de Gestión Fondo Educativo (GFED), María Vázquez reconoce que en muchas ocasiones se le llama conservador porque en realidad no tiene conocimiento. “En ocasiones el ahorro se queda en un depósito porque se cree que no hay nada más allá”.

Pero hay una parte que para todas las participantes es fundamental: la mujer tiene que dar el salto de una vez en el ámbito de la inversión. “A menudo vemos a la mujer encargarse de la economía familiar y, cuando llega la hora de decidir sobre el ahorro a largo plazo es el hombre quien asume la decisión de cómo invertir”, explica Vázquez. Esto es algo que está cambiando, más si pensamos en el entorno socieconómico. La directora de GFED señala aspectos como “perspectivas de evolución de las pensiones, situación demográfica en la que la mujer  vivirá más que los hombres y un elevado porcentaje de separaciones y divorcios; por lo que la mujer debe empezar a pensar en cómo maximizar sus ahorros del futuro”. Ha demostrado ser una buena planificadora familiar, como garante del ahorro a largo plazo. 

Una característica que, a juicio de la experta del IEB, es inherente a la propia cultura española “donde, salvo en Cataluña, la mayoría se casa en bienes gananciales y, en cierta forma, delegas la responsabilidad”. Y de nuevo Reino Unido ha sido pionero en hacer a las dos partes de la pareja responsables de todos los bienes, para lo bueno y para lo malo.

Aquí entra en juego otra variable. El ahorro para la jubilación. Pero ¿cómo se conjuga una jubilación teniendo en cuenta que la mujer tiene una esperanza de vida mayor y gana un 30% menos, de media, que los hombres?  La experta de Self Bank reconoce que “las mujeres y los millenials son los que menos se preocupan por las finanzas y los que quizás más lo tendrían que hacer. Con lo que el papel de la industria es hacerles conscientes de cuál es el nivel de vida que quieren en su jubilación, lo que les quedará y cómo complementarlo”. Algo que es clave en una sociedad cada vez más independiente y que necesitará complementar su sistema de pensiones en el futuro. Un sistema que, por cierto, tiene que ser alimentado desde los tres pilares: Estado, Empresa y aportaciones del partícipe.  Pero que empieza por uno mismo pues la falta de cultura financiera es general aunque, con respecto a los países europeos, todavía queda algo por detrás mujeres y millenials. Ahí es donde puede estar el reto y la oportunidad para el sector.

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