¿Se han preguntado alguna vez qué relevancia tiene la cotización en bolsa de una compañía en el desarrollo de su actividad? Para el consejo de administración la evolución de la compañía en bolsa no implica ningún desgaste, pero sí para la junta general de accionistas. La cotización marca el precio de la capitalización de dicha compañía, es decir el valor de mercado mediante el cual la compañía irá a éste a requerir capital
. De esta manera, si la empresa requiere capital para poder sobrevivir, necesitará una ampliación de capital con la emisión de nuevas acciones. Una elevada cotización implica vender acciones a buen precio, por lo tanto, el balance se verá mejorado con la inclusión de efectivo con la emisión de pocas acciones.

Supongamos que una compañía necesita 30 MM€ para poder desarrollar un nuevo proyecto empresarial. Para realizar la inversión puede optar por la emisión de deuda financiera mediante bonos corporativos o bien mediante crédito bancario. El coste de financiación reducirá el BAI y el ROI y afectará menos al ROE. Los accionistas miran el ROE, es decir la rentabilidad sobre su inversión mientras que el equipo directivo mira el EBITDA, es decir el beneficio de explotación. Lógicamente a la propiedad y directiva les interesa un excelente beneficio para poder distribuir dividendo y pagar suculentos bonus, dichos equipos directivos suelen pecar de buscar elevadas rentabilidades apalancando el balance y presentando un excelente EBITDA que implica, como comentaba, un buen bonus salarial dejando al margen la deuda. Un buen equipo directivo debería tomar la sabia decisión de reforzar el balance en época de bonanza, lanzando una ampliación de capital vendiendo acciones a buen precio. En el supuesto enumerado, suponiendo una inversión de 30 MM€ y una cotización de 30€ por acción en el mercado de valores, necesitaríamos emitir 1MM de acciones. Este supuesto implicaría mejorar el balance y la solvencia financiera de la empresa y el ROE a largo plazo. Sin embargo, en el mismo supuesto, si la compañía cotizara en el mercado de valores a 1€ por acción, la compañía necesitaría una emisión de 30 MM de acciones, lo que implicaría un efecto dilutivo. En definitiva, destrucción de valor que se vería reflejado en un ROE muy deteriorado.

El accionista es el dueño de la compañía y deja en manos del consejo de administración su patrimonio, en el caso de sociedades anónimas cotizadas, el anonimato de los dueños da un mayor poder si cabe al consejo de administración, que tiene la facultad de poder mandar por encima de los dueños de la compañía. En la práctica diaria, por supuesto.

Esta explicación viene dada por la importancia que tiene la cotización para el accionista de una compañía. Ampararse en el escudo de que la bolsa a largo plazo siempre es alcista es un error muy grave que puede llevar a la aniquilación patrimonial. Casos como por ejemplo el de Banco Popular “referencia a mi artículo publicado el 16/11/2012”- nos enseña la clara pérdida de valor de una excelente compañía que puede recuperar su cuenta de resultados pero que difícilmente recuperará su balance. En USA el mercado es más claro y las quiebras se producen con una asiduidad que asombra al inversor europeo. Sin embargo, en la práctica en Europa las quiebras conocidas en USA como Chapter 11, no son más que las famosas ampliaciones de capital europeas y las quiebras europeas corresponden a lo que los americanos conocen como Chapter 7. Una ampliación de capital fulmina ipso facto el valor de los accionistas y el mercado como he defendido en otras ocasiones, es caprichoso y poco escrupuloso. El mercado nunca tiene piedad y su voracidad puede hundir un valor a niveles insospechados, martirizando a los pequeños inversores, dilapidando ilusiones bajo un sufrimiento que puede eternizarse durante años. No nos engañemos, esto es un mercado y no tiene sentimientos, en un reflejo visual de la suma de dinero y emociones. En el mercado cometemos errores y nos equivocamos. Un Trader de éxito no es aquel que más acierta, más bien es el que sabe maximizar sus ganancias por euro arriesgado. Cortar las pérdidas es clave para evitar que una pequeña pérdida acabe con nuestros ahorros y el autosabotaje producido por la negación de la evidencia es uno de los enemigos más despiadados del Trader. Por ello, parafraseando una bonita enseñanza de Paulo Cohelo, si somos buenos Traders, no podemos culparnos de nuestros errores, más bien podemos aprender de ellos y sobre todo, no dejar que se repitan. Entender nuestras propias mentiras o sufrir por la falta de decisión es un lujo demasiado caro para nosotros.

La historia de Gamesa nos enseña de que manera el sabio mercado termina con las múltiples fábulas que se ciernen sobre éste. En 2.007 Gamesa era una compañía que capitalizaba en bolsa algo más de 7.000 MM€, con unas ventas de 3.274 MM€ y 220 MM€ de beneficio neto. La crisis inmobiliaria, se observaba con cierto escepticismo y España se posicionaba como un país líder en energía renovable. Gamesa, era una compañía líder en el mercado y mientras el IBEX 35 y las bolsas mundiales se desplomaban, GAM seguía cotizando en zona de máximos siendo la perla de todos los analistas. Sin embargo, como traders debemos tener determinación y alinearnos siempre con el mercado. Uno no sabe que puede suceder, pero lo que sí sabemos, es que en un mercado global y local bajista, únicamente podemos aspirar a no perder.

Como Traders buscamos dirección, alcista o bajista y no importa el camino recorrido, lo importante es lo que queda por recorrer. La decisión más sabia hubiera sido evitar Gamesa para cualquier posición bajista y liquidar toda posición alcista por debajo de los 25€ por acción. Sin embargo, la masa falta de esperanza compraba Gamesa con la ilusión de pertenecer a un valor que simplemente… No cae.




El sueño dorado de un sector boyante terminó con la mayor crisis financiera de la historia moderna y con los estados realizando ajustes fiscales para evitar su bancarrota. Estados y bancos quebrados, así de duro. Un escenario como el que relato es difícil de predecir, pero una simple regla aplicada al plan de trading es capaz de evitar cualquier conducta psicológica. No estar comprado en un valor que cotice por debajo de la MMW30 semanas, es un filtro que nos permite evitar graves consecuencias difíciles de predecir. Gamesa hoy capitaliza un total de 800 MM€ un lustro después y habiendo llegado a cotizar por debajo de los 300 MM€ de capitalización. Es lógico pensar que la crisis se ha llevado por delante un negocio basado en el crédito y las subvenciones, dando unos resultados que según mis previsiones rondarían los 2.000 MM€ de facturación y 12MM€ de ganancias.

Sin embargo, el análisis post suceso no sirve para ganar dinero en los mercados, más bien sirve para justificar lo sucedido, lo que siempre me ha causado una gran admiración y me hace entender sobre manera a Galbraith, que defendía que hay dos clases de economistas; los que no sabemos nada y los que no sabemos aún ni eso. Y no pretendo castigar injustamente a mi profesión, más bien critico de forma constructiva e irónica a aquellos analistas que tratan de basar su trabajo en la predicción y no en el diagnóstico. El diagnóstico es el verdadero trabajo de un economista y la predicción es la clara consecuencia del ser humano y este suceso en bolsa es trivial. Jesse Livermore escribió en 1.920 una mítica frase "soplos, la gente solo quiere soplos. No solamente quiere darlos sino que ansía darlos, puesto que entran en juego la codicia y la vanidad. Espectacular reflexión. La admiro en cada punto de cruda realidad.

Pero la realidad es que Gamesa no ha realizado una ampliación de capital para poder superar las adversidades que la coyuntura ha deparado a una compañía abocada al éxito en el futuro. En mi opinión las energías renovables es un sector que tendrá su momento, pero el presente ciclo económico no está preparado para investigaciones por realidades evidentes y el plan de negocio de toda actividad energética relacionada con las renovables a día de hoy no es rentable sin ayudas públicas, esta es la realidad, lo otro un simple pronóstico basado en una opinión personal. Otra realidad implica haber superado las pérdidas netas del negocio de Gamesa durante 2.012 que pusieron en un claro riesgo a la compañía. Tener deuda y pérdidas implica tener más deuda y problemas financieros. Pero Gamesa le ha dado la vuelta a la cuenta de resultados internacionalizando los ingresos y reduciendo la deuda que a día de hoy es 2.8 veces el EBIT, importante pero sostenible. ¡Buen trabajo! Esta es la consigna de mercado que ha premiado a Gamesa con una excelente tendencia alcista y con un momento inmejorable para seguir acumulando en mi cartera a Gamesa.




Se hace difícil de comprender para un operador novel, que comprar Gamesa a 2€ es mejor que comprarla a 1€. Pero hay un matiz importante entre comprar algo que baja a comprar algo que sube. Comprar fortaleza tras un suelo sostenido de largo plazo es la mejor decisión que puede tomar un inversor. Que le pregunten a Warren Buffett, el hombre más rico del planeta bursátil capaz de amasar una fortuna gracias en parte a la compra de Geico cuando cotizaba niveles de bancarrota al más estilo de la actual AIG o Citigroup.

Gamesa tiene un reto, crear valor para el accionista. No será una cuestión de precio, será una cuestión de deuda. Pues en efecto, la deuda marca el devenir de la cotización en un mercado bajista, del mismo modo que la ganancia marca la capacidad de subir en un mercado alcista. Si GAM logra superar el reto impuesto por el actual ciclo económico, superará sin ampliaciones de capital la coyuntura actual y a medida que se vaya aclarando su futuro financiero, la bolsa seguirá premiando a una compañía que a día de hoy es la compañía más fuerte del selectivo español, con mayor fuerza relativa, otro hecho, otra realidad, otro diagnóstico.

Bajo ninguna circunstancia podemos caer en la tentación de correr tras un soplo, ya que los análisis tratan de resolver incidencias presentes y la gestión monetaria y el plan de trading nos protegen de posibles noticias que a día de hoy no se reflejan en el precio, pero que el propio mercado tratará de descontar. Como Trader, ahora no como economista, simplemente trato de entender el mercado y sacar tajada de él, ya que como digo muchas veces soy economista, cierto, pero ante todo Trader, y mi trabajo en ninguna de las dos vertientes consiste en predecir. Más bien diagnosticar y operar.