Este enfoque no debería ser considerado un nicho al que dedicar una pequeña parte de la cartera. Todo lo contrario: la inversión responsable tiene que estar integrada entre las herramientas que se emplean en el proceso de gestión. Además, contribuye al ratio riesgo/retorno haciendo posible buscar ganancias frente escenarios de los bajos tipos de interés, pero no a cualquier precio.
En el marco de la gestión activa, la inversión responsable, que está integrada tanto al principio como al final del proceso de inversión, permite obtener otra visión, además de poner a prueba las verdaderas intenciones de la gestión y su plan de negocio, logrando una mejor comprensión global de la remuneración de los riesgos. La inversión sostenible no es un nicho, sino una herramienta integrada utilizada para obtener una visión holística de la compañía en relación a sus accionistas.

Los actuales tipos de interés, que parece que se mantendrán en los bajos niveles actuales durante bastante tiempo, son el resultado de un crecimiento económico débil. En este entorno, recomendamos buscar compañías de alta calidad, y las compañías sostenibles son, por naturaleza, de alta calidad. Estas compañías son capaces de prosperar en el largo plazo haciendo frente a los retos medioambientales y sociales, integrándolos en sus actividades y en su gestión.

A menudo se tiene la idea de que una compañía de alta calidad implica unas acciones caras. Sin embargo, no debemos subestimar el potencial de crecimiento que presentan en el medio y largo plazo, a pesar de que la valoración en términos precio/beneficio parezca elevada en comparación con sus pares. Los inversores están dispuestos a pagar por este crecimiento, por lo que la selección razonable de títulos tiene una importancia primordial y la interacción entre el know-how del equipo de gestión y los expertos en inversión responsable es clave para hacer un análisis global de una compañía.

El análisis de sostenibilidad nos permite evitar los riesgos de cola de las compañías que no están preparadas como es debido para afrontar los retos del mañana. No en vano, las compañías que serán capaces de prosperar son aquellas que invierten en innovación y que han sabido transformar los retos actuales en oportunidades de cara al futuro.
 
Ophélie Mortier, Responsible Investment Strategist