Por tanto, es normal un descenso viendo los niveles de sobrecompra de finales de enero y con el selectivo cercano a resistencias.
En segundo lugar, el levantamiento de la prohibición de posiciones cortas ha provocado que muchos inversores decidieran anticiparse aludiendo a las correcciones que podrían llegar a principios de febrero.
En tercer lugar, la temporada de presentación de resultados ha comenzado con las cuentas de los bancos, que han estado por debajo de lo esperado, bien es cierto, que después de hacer provisiones.

En cuarto lugar, entendemos que la imagen de la clase política española en el extranjero tampoco es muy edificante”.

¿Qué valoración hacen del primer mes del año?
Valoramos muy positivamente el mes de enero en la bolsa española a excepción del varapalo del último día. Lo que hemos visto este mes es la consecuencia de una serie de acontecimientos desde que Draghi anunciase a mediados del año pasado una intervención contundente por parte del BCE. Esto fijó un suelo en los mercados y la percepción de riesgo disminuyó. Además, ha habido una relajación de las primas de riesgo que ha permitido financiarse al Estado y las empresas en este mes a unas condiciones bastante mejores de las previstas. A nivel de economía real los números no muestran recuperación, aunque hay algunos puntos que nos han hecho ser más optimistas: exportaciones, turismo, inversión directa en España… el sustancial avance en los ajustes y reformas ha contribuido a generar un optimismo, quizás exagerado en algunos términos, que se ha reflejado en una bolsa española muy castigada en los últimos ejercicios.

 
¿Se ha agotado el potencial o todavía hay posibilidad de mayores subidas?
A corto plazo, y aunque casi todos los mercados de renta variable siguen manteniendo las perspectivas alcistas, creemos que hemos llegado a las primeras resistencias importantes a corto plazo. Los avances de las últimas semanas deben ser digeridos para alcanzar cotas más altas. Mientras estas correcciones no lleven a perder los soportes de corto plazo, sería una buena oportunidad para seguir apostando por nuevas subidas para el primer trimestre del mercado. En este sentido, uno de los mercados con mayor potencial es el español.
A medio plazo creemos que hay motivos para apostar por los activos de riesgo gracias a que se ha provocado una neutralización de las principales amenazas que teníamos en 2012 –minimizado el riesgo de ruptura del euro, el BCE se configura como un prestamista de los gobiernos en última instancia, se cancela la caída de EEUU por el precipicio fiscal, apoyo de los bancos centrales mundiales a las diferentes económicas, superación de los riesgos por el cambio político en China- y, además, hay señales de estabilización de la economía de EEUU y China. No obstante, hay que ser prudentes porque sigue habiendo incertidumbres en las economías occidentales –desapalancamiento privado que sigue lastrando a las economías avanzadas, ajustes fiscales elevados, incertidumbres políticas- esto podría llevar a correcciones y episodios de nervios.
También hay una cierta incertidumbre a la retirada de los estímulos de la Fed en 2013, aunque, a juzgar por las últimas actas, se van a mantener durante todo el año.
Tras el buen inicio de año en la renta variable, cabe esperar una corrección que permitiese plantear la toma de nuevas posiciones. El 2013 va a ser un buen año para la bolsa, pero debemos seguir actuando con cautela. En el caso de España, aunque la evolución económica va a seguir lastrando al país, la reducción de la prima de riesgo y el aumento de las ventas de las principales empresas del Ibex 35 fuera de España sugieren potenciales de revalorización competitivos, por encima incluso de la media europea cuando aparezcan señales de crecimiento en el último tramo de 2013. Por tanto, nos mostramos optimistas para los próximos meses en el mercado español.