El CEO de Tesla, Elon Musk, ha sido calificado en algunas ocasiones como el nuevo
Steve Jobs de Wall Street. Es un visionario que tiene la capacidad de poner en marcha proyectos que para muchos podrían parecer futuristas, pero que una vez pasan por sus manos todos querríamos poseer.

Pasó con los coches eléctricos. Una realidad que existía antes de la fundación de Tesla pero que parece más real tras el toque del fundador de la empresa. Desde que el pasado 30 de marzo Musk anunció que en menos de seis meses su empresa pondría en el mercado baterías para el hogar las acciones de la empresa suben un 20%. Y eso a pesar de que el negocio de venta de coches sigue sin ser lo rentable que la compañía esperaba, sobre todo por las dificultades en China.



Hoy los expertos de Julius Baer acaban de publicar una nota en la que hablan sobre el acontecimiento. El director de análisis de materias primas, Norbert Ruecker, asegura que “las baterías de la empresa para el hogar es una realidad que ha llegado para quedarse. “No es una cuestión de “si”, sino “cómo de rápido” estas baterías de almacenamiento de energía para el hogar se van a convertir en una solución masiva”, explica.

Hay que tener en cuenta que Tesla está construyendo una megafactoría de baterías que se concibió, en principio, para producir baterías para coches eléctricos y que ahora se usará también para estos menesteres.

Hace solo unas semanas, los expertos de Deutsche Bank publicaban un informe en el que afirmaban que este tipo de industria tenía mucho potencial. “Las baterías proporcionan precios competitivos y son el Santo Grial de la penetración de la industrial solar”, afirmaban. En su opinión, este negocio habrá alcanzado gran escala en unos cinco años.

Pero Tesla lo pondrá en marcha ya. Desde su Web ya se pueden hacer encargos y en países como Estados Unidos podrán adquirirse a un precio de unos 3.000 dólares a partir del próximo verano. Habrá que ver si en España la legislación permite la entrada de esta tecnología.

En Julius Baer consideran que esta tecnología permite la competencia de las energías limpias, particularmente la de los paneles solares en tejados. De hecho, consideran que se trata de un descubrimiento disruptivo para la industria de la energía.

Con todo, señalan en la entidad que Tesla no es la primera, ni la única empresa en proporcionar este tipo de soluciones y “en el primer vistazo no parece superior a las soluciones existentes”, explica Ruecker. Explica que ya existen soluciones en Alemania y en Estados Unidos y que está experimentando grandes ratios de crecimiento.

Asegura el experto que “dependiendo del uso, de la localización y de la regulación los costes de energía con este tipo de soluciones podrían rondar los 0,15 dólares por hora, con lo que sería algo competitivo en algunos mercados nicho”.

En su opinión aún es pronto para saber qué compañías se van a posicionar mejor para conseguir sacar dinero de este negocio.

Con todo, en Tesla consideran que estamos frente a un negocio que va a generar ventas anuales por valor de miles de millones de dólares. Al menos eso es lo que asegura la empresa en los anuncios en los que se ofertan puestos de trabajo para esta nueva unidad de la empresa.

Si estas previsiones se confirman, podrían suponer un revulsivo para un valor que sigue esperando que despeguen las ventas de coches eléctricos, el principal negocio de la empresa.

Por el momento, Tesla cotiza un 20% por debajo de sus máximos históricos. La compañía comenzó a caer en septiembre del año pasado después de que su presidente y fundador, Elon Musk, asegurara en un par de ocasiones que Tesla cotizaba a múltiplos elevados en el corto plazo, aunque era una apuesta segura para el largo plazo.

Un 57 de los expertos que siguen el valor apuestan por comprar sus acciones, el 30% optan por vender y un 13% recomienda vender los títulos de la empresa. El consenso le otorga un precio objetivo de 257 dólares, lo que implicaría un potencial de revalorización de más de un 10% desde el nivel actual.

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