Hoy el presidente de EEUU, Donald Trump, mantendrá una reunión con los líderes del Congreso para intentar evitar el cierre parcial del gobierno. De momento, las posturas entre los demócratas y los republicanos siguen alejadas.
¿Qué pide cada partido? Los demócratas se mantienen firmes en su deseo de que se prorroguen los subsidios federales para las pólizas de seguro médico, que están a punto de expirar, bajo la Ley de Atención Médica Asequible (ACA), mientras que los republicanos se muestran firmes en su deseo de aprobar una prórroga "limpia" de la financiación gubernamental que dé a los legisladores más tiempo para elaborar un presupuesto para el próximo año fiscal, que comienza el miércoles. En ese sentido, insisten en que los subsidios para los planes de salud pueden esperar para ser abordados por separado.
Esto puede derivar en un cierre de la Administración pública estadounidense. Esto ocurre cuando el Congreso no aprueba a tiempo la financiación del gobierno federal, ya que la Constitución estadounidense prohíbe gastar fondos sin autorización previa. Conviene no confundir el shutdown con el techo de deuda: el primero es una cuestión presupuestaria; el segundo, un problema relacionado con el límite de endeudamiento. No obstante, comparten ciertos rasgos: generan caos y requieren mayorías o consensos políticos para resolverse.
A día de hoy, los mercados apuestan a una probabilidad del 77% de que se declare un cierre del gobierno por falta de un acuerdo sobre su financiación antes del 31 de diciembre, mientras que la probabilidad de un cierre tan pronto como el 1 de octubre se sitúa en el 63%.
Pero ¿qué implicaciones tiene el cierre parcial del gobierno federal? “El mayor impacto en los mercados financieros de un cierre de gobierno es la suspensión de los datos económicos publicados por el gobierno. En el caso actual, no se publicarían datos económicos a partir del miércoles por la mañana, lo que incluiría el informe de la tasa de desempleo, o las nóminas no agrícolas de septiembre. Un cierre del gobierno importa por muchas cosas no relacionadas con los mercados financieros, pero su impacto inicial en los precios de los acciones o los tipos de cambio debería ser insignificante .Aunque todo dependería de su duración”, dice Manuel Pinto, Estratega de mercados.
Además, el presidente Trump ha amenazado con despidos generalizados en los puestos de trabajo más prescindibles de su Administración. Sí se espera que el dólar se debilite, algo que ya está haciendo esta madrugada, ya que algunos inversores extranjeros optarán por reducir sus posiciones en esta moneda.
El resultado más visible de un shutdown es el cierre de museos, la suspensión temporal de empleados públicos y la paralización de servicios gubernamentales. Solo las funciones consideradas esenciales -como las fuerzas armadas, la sanidad o el control aéreo- siguen operativas. Los shutdowns se han convertido casi en una tradición estadounidense, al nivel del pavo de Acción de Gracias.
El cierre del gobierno más largo fue de 35 días, de diciembre de 2018 a enero de 2019, en la primera etapa de Donald Trump. Antes de eso, se han producido cerca de una veintena en los últimos 50 años, casi siempre por los mismos motivos: estrategias políticas, tácticas de comunicación o guerras presupuestarias, y muchas veces todo a la vez. No es un defecto del sistema; es el sistema mismo.
La gravedad de un shutdown puede leerse en dos niveles. A corto plazo, el impacto económico directo es limitado: los salarios atrasados suelen pagarse más adelante y la economía privada sigue funcionando. Pero las consecuencias simbólicas y políticas son considerables: una imagen de Estado disfuncional, pérdida de confianza pública, inquietud en los mercados financieros, demoras en servicios, entre otros efectos.