Alguien sabio, quizá Mark Twain, dijo alguna vez que “el secreto para salir adelante es empezar”. Bien podría haber estado hablando de inversión. En tiempos de incertidumbre, dar el primer paso —y hacerlo con criterio— se ha convertido en la primera regla para quienes buscan proteger y hacer crecer su patrimonio. Y entre todas las formas de lograrlo, el inmobiliario sigue destacando por una razón sencilla: es algo real.
En 2025, el ladrillo demuestra una solidez notable. Pese a un contexto global de tipos de interés todavía elevados y a la moderación del ciclo económico, el inmobiliario continúa siendo uno de los activos más atractivos para los inversores que buscan estabilidad, diversificación y rentabilidades sostenibles.
Según el Banco de España, el país mantiene una demanda estructural de vivienda de más de 700.000 hogares no cubiertos, un déficit que seguirá presionando la oferta y sosteniendo los precios en los próximos años. En paralelo, el informe CBRE Market Outlook 2025 anticipa que el capital destinado al sector inmobiliario crecerá un 8% interanual, impulsado por el interés en activos alternativos —como hoteles, residencias de estudiantes o plataformas logísticas—.
Mientras tanto, los inversores institucionales siguen reajustando sus carteras hacia activos reales. El UBS Global Wealth Report 2024 destaca que más del 40% de los patrimonios europeos de alto nivel mantienen exposición directa o indirecta a inmuebles, principalmente por su capacidad de generar flujo de caja y preservar valor real frente a la inflación.
El atractivo del inmobiliario
La inversión en bienes raíces combina tres elementos difíciles de replicar en otros productos financieros: estabilidad, rentabilidad y tangibilidad. Frente a la volatilidad de los mercados bursátiles o la incertidumbre de los activos digitales, el sector inmobiliario mantiene su condición de refugio –aunque, como toda inversión, también está sujeta a ciclos–.
El perfil del inversor también ha evolucionado. Cada vez más ahorradores buscan rentabilidad con riesgo controlado, sin renunciar a la diversificación. En ese contexto, la coinversión inmobiliaria ha abierto una vía inédita: acceder a proyectos de calidad institucional, analizados y gestionados por equipos profesionales, con rentabilidades TIR de doble dígito y con un colateral tan sólido como el propio activo.
El modelo de coinversión —en el que varios inversores aportan el capital necesario para financiar un proyecto inmobiliario— permite participar en operaciones de escala media y alta que antes quedaban reservadas a fondos o grandes patrimonios. Bajo una estructura regulada y transparente, este enfoque ha permitido que miles de personas accedan de hecho a la inversión inmobiliaria profesional.
Como explica Diego Bestard, CEO de Urbanitae, “el inmobiliario sigue siendo un activo de valor, porque detrás hay algo que se puede tocar. Y eso, en un entorno de volatilidad, sigue marcando la diferencia.”
Urbanitae se ha consolidado en este contexto como la plataforma líder en Europa de coinversión inmobiliaria, con más de 550 millones de euros financiados en más de 250 proyectos entre España, Portugal y Francia. La compañía ha devuelto más de 110 millones de euros a sus inversores con una rentabilidad media superior al 12% TIR y, hasta la fecha, sin pérdidas de capital en ninguno de sus proyectos.
Más allá del residencial: diversificar también por segmento
Si bien el residencial de obra nueva sigue concentrando buena parte de la inversión, la realidad es que supone en torno al 25% del total. Los activos comerciales (CRE o commercial real estate), ya sean hoteles, oficinas, residencias de estudiantes o centros logísticos, suponen el 75% restante. La posibilidad de coinvertir en ellos a partir de tickets pequeños abre la puerta a una diversificación muy saludable dentro del propio sector inmobiliario.
Estos activos presentan dinámicas propias, ligadas al crecimiento del turismo, el comercio, la digitalización o la economía del conocimiento. En ellos, la coinversión inmobiliaria permite acceder a proyectos con contratos de gestión o alquiler profesionalizados, y obtener rentabilidades competitivas ajustadas al riesgo.
Al mismo tiempo, esta diversificación interna —por producto, horizonte temporal y nivel de riesgo— contribuye a equilibrar la cartera del inversor y a mejorar su rentabilidad ajustada a largo plazo. Urbanitae, con proyectos en los sectores hotelero, logístico o de flex living, ofrece una visión global del mercado y una selección de oportunidades adaptadas a cada perfil inversor.
Invertir en vivienda con asesoramiento profesional
Dentro de esa misma estrategia de diversificación, Urbanitae ha lanzado Direct Investments, una línea que permite a los inversores adquirir propiedades seleccionadas de obra nueva o segunda mano con descuento sobre el valor de mercado y con asesoramiento profesional en todo el proceso.
Este modelo combina la seguridad de la inversión inmobiliaria tradicional con la comodidad de una plataforma digital. Además, permite al inversor optar entre estrategias de renta estable —a través del alquiler— o de revalorización a medio plazo, con una gestión integral y una cuidada selección de activos.
En un entorno de incertidumbre financiera y menor rendimiento de los productos de renta fija, el sector inmobiliario vuelve a situarse como un pilar fundamental de las carteras diversificadas. La diferencia principal está en cómo se accede a él: mediante estructuras reguladas, con análisis experto, y con una alineación real de los intereses de promotor e inversor.
Por todo ello, la inversión inmobiliaria combina el atractivo de lo que se puede tocar con la posibilidad de generar rentabilidades atractivas sostenidas en el tiempo. Hoy, plataformas de coinversión como Urbanitae acercan ese modelo a miles de inversores, uniendo tecnología, profesionalización y acceso transparente.
Invertir con criterio, conocimiento y visión a largo plazo sigue siendo la mejor estrategia para preservar y hacer crecer el patrimonio. Y el inmobiliario, con su equilibrio entre rentabilidad y seguridad, continúa siendo la mejor demostración de ello.