Rubén Segura-Cayuela, responsable de análisis económico para Europa de Bank of America, comentó que la perspectiva a nivel global en términos económicos sirve para situar las expectativas económicas de España.

A nivel global, el equipo estima un crecimiento de la economía del 4,2% para 2022 y del 3,5% para 2023, crecimiento decente y por encima de tendencia. En cuanto a regiones, para las economías desarrolladas el crecimiento en 2022 es del 3,8% y del 4,5% para emergentes. En cuanto a países, las previsiones de crecimiento para los países grandes son muy parecidas, con una estimación del 4% para Estados Unidos (2,2% en 2023), del 3% para el área del euro y del 4,1% para Reino Unido, mientras que para China estiman el 4%, especialmente cautos para el crecimiento del gigante asiático. 

2022 es el año de la diferenciación, con un 2020 marcado por los confinamientos; 2021 el año de reapertura y cuellos de botella y es en 2022 cuando se verá una clara diferenciación de que países lo han hecho mejor a lo largo del todo el periodo de la pandemia, que tendrá implicaciones importantes para muchos elementos, en especial inflación y Bancos Centrales.

“Crecimiento económico a nivel global decente, pero por encima de tendencia. Del 3,8% para desarrollados y del 4,5% para emergentes en 2022”.

Estados Unidos es una economía que prácticamente ya ha alcanzado la tendencia pre-Covid, gracias a un impulso fiscal muy agresivo, lo que ha generado un exceso de demanda también significativo, llevando a presiones inflacionistas muy generalizadas. De este modo, las previsiones inflacionistas para 2022 son del 5,3% y del 2,6% en 2023, con la subyacente en 3,7% y 2,2% en 2023, que permanecerá por encima de objetivo durante mucho tiempo. Con ello, BofA considera que la Fed se ha quedado detrás de la curva y por ello estiman 9 subidas de tipos, una por trimestre empezando en marzo (que incluso señala Segura que podría ser conservador), con un riesgo de subidas más rápidas. “EE.UU. a velocidad de crucero, con un exceso significativo en la demanda y por tanto presiones inflacionistas generalizadas. Con 9 alzas de tipos de interés empezando en marzo 2022”

Zona Euro con una previsión del 3,6% de crecimiento del PIB, por debajo del consenso. Para 2023 estiman el 2,1% de crecimiento.¿Qué marca la diferencia entre EE.UU. y Zona Euro? Al área euro le va a llevar más de un año y medio para llegar y entre los factores que explican esto es primordialmente la diferencia en la escala del estímulo fiscal. En Europa, en general, ha sido menos agresivo que en Estados Unidos. El año 2022 va a empezar algo débil, con vientos de cara a principios del año, como la pandemia, pero las buenas noticias, que excepto en Alemania, donde la ola Omicrón ha llegado más tarde, la dinámica del virus parece haberse dado la vuelta, con lo que el impacto en la confianza de los agentes económicos ha sido pequeño y ha empezado a revertirse. El segundo viento en contra es China, otro factor a corto plazo, pero que debería mejorar a partir de aquí, ya que empezamos a ver una relajación de las condiciones crediticias. Otro viento de cara son los cuellos de botellas, aunque hay indicadores que ha empezado a disminuir, aunque muy lentamente, impactando la oferta de trabajo. Y por último, un shock importante en renta disponible real, dado por lo que está pasando con los precios de la energía.  Una vez estos factores vayan mejorando a lo largo de 2022, veremos un crecimiento que se acelera en cierta medida. 

La inflación, más elevada que EE.UU en 2022, del al 3% aunque ya del 1,5% para 2023, pero con una inflación subyacente por debajo del objetivo del Banco Central, en 1,7% este año y 1,6% el año entrante, siendo esto una la gran diferencia, ya que si bien hay factores globales que impactan inflación, en Europa antes de la pandemia había una falta crónica de demanda agregada. Es por ello que, pese al ruido, no hay preocupación por la inflación en la zona euro a medio-largo plazo, a pesar de que a día de hoy el exceso de demanda en Estados Unidos ha creado externalidades a través de los cuellos de botella y precio de materias primas y energía, que pueden ser persistentes. Es por ello por lo que BofA no prevé subidas de tipos en 2022, con dificultades de subir en 2023, apoyado en el mercado laboral que, si bien ha caído la tasa de paro en la zona euro, sigue habiendo aún a mucho trabajo sin utilizar e incluso lejos de una total normalización del mercado de trabajo, sin esperar crecimientos salariales muy agresivos, a diferencia de los EE.UU., a pesar de un Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo muy dividido, lo que podrá generar ruido de corto plazo.

“Zona Euro – no hay presiones inflacionistas debido a una falta crónica de demanda agregada y no hay presiones en el mercado de trabajo y por tanto salarial”.

Para España, el economista espera que después de un crecimiento del 5% en 2021, el piso ha sido marcado por el dato del cuarto trimestre que se publicará esta semana. Con lo que esperan una recuperación del 5,7% en 2022 y un crecimiento del 3,5% para 2023, situando a España en una mejor posición que la eurozona en los próximos años. Varios factores detrás de estas cifras, aunque Segura destaca dos: a) el plan de recuperación, que le ayudará ciertamente más que a la media de los países europeos así como el b) catch up con el resto de la región, España se ha quedado por detrás, lo que implica que podría llegar a niveles de PIB de pre-pandemia a finales de este año, cuando la Eurozona ya está ahí. ¿Y que factores explican este rezago? Pues además de a) problemas de medición; b) la estructura económica. España es muy dependiente de sectores que han sido muy intensivos interacción social, que son los que llevan más retrasos en términos de normalización, como ejemplo tenemos el turismo; c) fuerte sensibilidad a los precios de la energía, y mayor que otros países de la región. La transmisión de la subida de los precios de la electricidad empezó antes en España que en otros países; d) respuesta fiscal más incompleta y corta que los países vecinos. Y la implementación del fondo de recuperación ha ido más lenta que lo esperado inicialmente. Por ello es de esperar que la primera mitad del año veamos crecimientos por debajo y seguramente en torno del dato del 4T, y una aceleración en la segunda mitad del año. 
 
“Un 2022 para España más acusado que la Eurozona, yendo de menos a más, con una desaceleración significativa en la primera mitad del año, y a medida que los impactos de la energía y cuellos de botella aminoren veremos una aceleración en la segunda mitad del año”

Desafíos del 2022

Rubén Segura-Cayuela marca dos desafíos claves para 2022, que son los mismos que señaló en 2021: asegurar suficiente apoyo fiscal a la pandemia, que no ha acabado y no estamos en la normalización plena, requiriendo minimizar los daños de largo plazo. Según los datos de la Comisión Europea, España sigue quedando claramente señalada, donde la mayoría del impulso fiscal este año está viniendo puramente del plan de recuperación y sin medidas claras y grandes a nivel nacional. Cuando otros países han combinado el plan de recuperación con apoyos a nivel nacional. 

Pero igualmente importante es asegurar la adecuada, rápida, ágil y eficiente implementación del plan de recuperación, acompañada de un proceso de reforma.