Están entre los diez valores más alcistas del año, en un momento en el que la mayoría sufren el impacto bursátil del Covid19. ¿Cuál cree que es la visión de estos inversores que no pierden la confianza en Oryzon?

En primer lugar, estamos muy agradecidos, pero no es una situación que esté pasando solamente en Oryzon Genomics. En realidad, lo que estamos viendo en los mercados internacionales en general es que el sector farmacéutico y biotecnológico están teniendo un comportamiento muy defensivo y acíclico en esta crisis. Los inversores claramente detectan que va a haber una variación en las certidumbres macroeconómicas pero que realmente lo que no va a variar es la necesidad de tener fármacos eficaces como se ha visto ahora con el Covid19, y por tanto hay un comportamiento general del mercado a favor del sector. Además, en el caso de Oryzon, una parte importante del mercado ha reconocido los ensayos clínicos que hemos ido realizando y que los resultados anunciados, tanto en nuestro proyecto de enfermedades del sistema nervioso como en el cáncer, han sido progresivamente positivos y en la línea de lo anunciado, por lo que el mercado está recompensando esta cosecha de buenos datos clínicos.

Además, los analistas ven en la compañía un potencial superior al 200%. Según su criterio, ¿cuáles son los valores de Oryzon que ven estos expertos por fundamental para prever una subida tan importante en la cotización?

En Europa, a los mercados en general les cuesta reconocer el valor de las empresas tecnológicas o biotecnológicas con gran exactitud, como ocurre en EEUU. Empresas americanas en el NASDAQ con una maduración del pipeline similar a la nuestra tienen valoraciones 3, 4 y 5 veces superiores, por lo tanto la valoración que nos están dando los analistas por fundamentales tiene sentido. En el tipo de enfermedades que estamos nosotros -enfermedades psiquiátricas con medicina personalizada, enfermedades neurodegenerativas con un componente antinflamatorio y enfermedades cancerosas-, la situación competitiva de la compañía es muy prometedora y cuando los expertos analizan los fundamentales sale esta perspectiva. A partir de ahí, nosotros confiamos que de una forma progresiva este gap entre la valoración de los analistas y la percepción del mercado en el día a día se vaya acercando a donde nosotros creemos que tiene que estar el valor.

En el primer trimestre han reducido las pérdidas un 4,6% y logrado un resultado de -1,15 millones de euros, una cifra acorde a la fase en que se halla el modelo de negocio de la sociedad, según ustedes. ¿Qué necesita el modelo de una compañía como Oryzon para tener beneficio positivo? Quizás a los inversores les falta eso para que la cotización actual llegue al precio objetivo que le dan los analistas…

Cuando analizamos el sector farmacéutico y biotecnológico en los mercados internacionales, está dividido básicamente en dos grandes bloques: empresas que ya tienen una facturación y unos ingresos recurrentes, donde progresivamente la valoración de los inversores y analistas se dirige progresivamente a la facturación y al margen de beneficios; y, antes de llegar a este estadio, hay otro gran bloque de empresas que están cotizadas en los mercados internacionales, entre las que está Oryzon, que se dedican a desarrollar fármacos y donde la valoración viene por las expectativas que tienen sus programas clínicos de llegar a buen puerto y ser licenciados. Nuestro modelo de negocio consiste en llevar los fármacos hasta Fase 2 o Fase 2b y a partir de ahí, normalmente, tener un acuerdo de licencia o de colaboración con una gran "farma" que nos permitirá tener un inicio de ingresos semirecurrentes y después, cuando llegue a los mercados mediante los royalties, tener unos ingresos recurrentes. Ese modelo de maduración llegará en su momento también para Oryzon. Además, estamos teniendo unos resultados científicos a nivel preclínico y clínico que apuntan muy buenas maneras para que podamos hacer aproximaciones de medicina de precisión en segmentos de mercado mucho más pequeños, más nicho, donde el valor añadido también puede ser mucho más elevado; y en ese contexto la compañía podría plantearse desarrollar las moléculas hasta llegar a mercado si podemos optar a unos modelos de aprobación acelerada de los fármacos que son frecuentes en este tipo de enfermedades nicho, donde hay una gran necesidad médica. Por lo tanto, esto llegará, y mientras tanto las cuentas que estamos presentando trimestralmente se ajustan al modelo de negocio de Oryzon, que pasa por invertir en los ensayos clínicos, en las moléculas y en la ciencia preclínica para poner en valor estos desarrollos y poder llegar a estos acuerdos o eventualmente, si podemos detectar y cubrir esos segmentos nicho, llegar al mercado nosotros.

Por otro lado, los ingresos han aumentado un 64,2%, llegando a los 3,7 millones de euros. ¿De dónde ha procedido este importe de facturación?

Hay que precisar que no es una facturación, sino ingresos. Los ingresos son básicamente la categorización de acuerdo a nuestros estados contables a lo que estamos haciendo de inversión en el inmovilizado, es decir, cuando nosotros estamos invirtiendo en nuestro desarrollo farmacéutico, esto pasa técnicamente a contabilizarse como un ingreso, pero no es propiamente una facturación. Y dentro de este desarrollo clínico que hemos hecho y que se refleja en estos ingresos procedentes del trabajo con el propio inmovilizado, la parte más importante que ha realizado Oryzon durante 2019 y el trimestre anterior ha ido a nuestra molécula del sistema nervioso vafidemstat, aunque es posible que este año, que tenemos planes ambiciosos para iadademstat (ORY-1001 en cáncer), esto se balancee un poco.

¿Prevén modificaciones en las previsiones del Plan de Negocio de la compañía a lo largo de este 2020? ¿Qué expectativas tienen?

No esperamos una alteración fundamental en nuestro plan de negocio más allá de que algún ensayo clínico, concretamente el ensayo de Fase-IIb en agitación-agresión en pacientes de trastorno límite de la personalidad (estudio PORTICO), ha quedado pospuesto unos meses hasta que se normalice la situación en los hospitales, pero aparte de esto no esperamos realmente un impacto significativo por el Covid19 en nuestra ejecución y plan de negocio. 

¿En qué punto se encuentra el estudio ESCAPE, dirigido a enfermos graves de Covid19, y para cuándo esperan los primeros resultados?

Nos gustaría poder anunciar resultados mañana mismo, pero los ensayos clínicos no van así y requieren paciencia, tener un número suficiente de pacientes y poder hacer las comparaciones adecuadas. Hemos anunciado que antes de final de año comunicaremos como está yendo el ensayo, que a día de hoy está abierto y reclutando pacientes. También es cierto que la situación en España afortunadamente ha mejorado muchísimo, con lo cual hay menos pacientes graves que puedan entrar en el estudio, pero, en cualquier caso, seguimos confiando que de aquí a final de año, con las diferentes oscilaciones que pueda haber en la enfermedad, completemos el reclutamiento. En principio, los pacientes que estaban previstos deberían ser suficiente para darnos una idea clara de si el mecanismo propuesto de reducción de las citoquinas implicadas en las cascada inflamatoria se ven reducidas y si tenemos un resultado de mejora en los pacientes, pero ahora mismo toca trabajar y esperar.

¿Cuál sería la lección que la sanidad debería sacar de la pandemia que estamos viviendo y los retos que debería afrontar a corto plazo?

Hay muchísimas lecciones y retos a todos los niveles. La primera es que la internacionalización de las cadenas de suministro ha demostrado la fragilidad en la que se encuentran algunos países extraordinariamente ricos en situaciones críticas, donde ni con todo el dinero del mundo puedes comprar lo que necesitas, y esta es una reflexión que los gobiernos europeos deberían de hacer con profundidad. Además, hay productos sanitarios que deberíamos de tener la capacidad estratégica de producir en Europa y esto puede ser una oportunidad importante para países como España donde los costes de producción son probablemente más competitivos que en otros países europeos. La segunda reflexión es que invertir en salud y en ciencia es una buena apuesta. Y la tercera es una reflexión más de ciudadano, y es que más allá del ruido político tremendo y un poco desagradable, este país ha demostrado que tiene un fuste especial y una gente maravillosa que ha sacado lo mejor de sí misma. Como país tenemos la capacidad de trabajar de la manera adecuada en los momentos graves, lo único que cabría esperar es que muchos políticos tuvieran también este mismo espíritu.