El mercado sigue mirando a la variante ómicron, cuando ya vemos que las restricciones no están siendo tan estrictas y que se van a ir suavizando, porque finalmente esta variante parece ser más leve. Y mientras los mercados están distraídos con las noticias sobre la pandemia, olvidan lo verdaderamente importante: la crisis energética. 

Según explica Pablo García, director de Divacons Alphavalue, estamos viendo el precio del crudo tocando máximos del año 2014, con el Brent mirando ya a los 90 dólares el barril. Esto se refleja en la peligrosa inflación, que sigue subiendo y que no es tan estacional como nos decían en un inicio. Pero mientras la Reserva Federal ya está tomando cartas en el asunto, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, sigue esperando que "esto lo va a arreglar el mercado". 

Mientras, los bonos ya están reaccionando. Tenemos hoy al bund alemán acercándose al cero, en el -0,028% en estos momentos, mientras que la rentabilidad del bono a 10 años del Tesoro de EEUU alcanza hoy el 1,820%. "Era nuestro objetivo, el camino indefectible a la subida de las tires, a la pendiente de la curva de tipos".

Un camino que lleva a que la recuperación económica, sobre todo en los países periféricos de la zona euro, no se esté cumpliendo; "esto huele a estanflación", apunta el experto. 

El BCE está esperando a que la inflación caiga por sí sola, pero ya hay varias señales que indican que esto no será así y que esto ya no depende solo de los problemas en la cadena de suministro. Si Lagarde se lo piensa demasiado y alarga en exceso la subida de tipos, puede verse obligada después a elevarlos de forma brusca, lo que se puede traducir en un 'credit crunch', en el cual el mercado de deuda explote y "tengamos un problema en cadena", dice Pablo García. Pero esperar a que se arregle solo, "pensamos en Divacons Alphavalue que no es la mejor opción".