El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, finalizará su mandato en mayo del próximo año, y todos los titulares se los llevan los nombres que baraja Donald Trump para sustituirle. Pero los planes del presidente de EEUU van mucho más allá; su intención es tener poder sobre la política monetaria, aunque tenga que acabar con ello con la histórica independencia de la institución. Y Powell solo es una pieza, y no la más importante, del tablero de juego.

Así lo explicaron Bernardo Barreto, managing director del fondo Paradigma Stable Return, y Diego Fernández Elices, director general de inversión de A&G Global Investors, en un reciente acto en Madrid en el que detallaron los puntos y las fechas clave que pueden otorgar a Trump el control de la Fed.

La atención está puesta en Powell, presidente de la Fed, pero hay que recordar que el ‘board’ de la Fed está compuesto por 7 miembros. De ellos, actualmente Trump controla 3, mientras que los otros 4 son heredados de Biden o incluso de Obama. Los mandatos de los consejeros están creados para que haya estabilidad institucional, por lo que duran nada menos que 14 años. En ese sentido, hay que recordar que el mandato de Powell como presidente acaba en mayo, pero tiene un asiento en la junta de la Fed hasta 2028 si así lo quiere.

Además, el órgano responsable de la política monetaria -es decir, de subir o bajar los tipos- es el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés). Está conformado por 19 miembros, los 7 de la junta y 12 presidentes regionales. En las reuniones del FOMC tienen poder de voto los 7 miembros de la junta y 5 de los 12 presidentes regionales, que van rotando con la excepción del presidente de la Fed de Nueva York, que siempre vota.

“El sistema está montado para que sea super estable”, señaló Barreto, pero hay un “agujero legal” por el que Trump intenta colarse para pasar a controlar la institución.

En primer lugar, el mandato de los presidentes regionales es de cinco años, pero se renuevan todos al mismo tiempo. Y la fecha fijada para la próxima renovación es febrero de 2026. La junta de la Fed tiene poder de veto sobre estos nombramientos, aunque nunca se ha usado.

Tres nombres sobre la mesa

De los 4 miembros de la junta que actualmente no controla Trump, uno es Powell, mientras que sobre los otros tres los abogados del inquilino de la Casa Blanca “están buscando cualquier cosa” contra ellos. Y parecen haber encontrado su presa en Lisa Cook, con mandato en principio hasta 2038. Cook está acusada de fraude hipotecario por tener firmadas dos hipotecas sobre diferentes viviendas, ambas como si fueran su vivienda principal. Aunque puede tratarse de un error formal del que podría ser más culpable el banco que le concedió el segundo préstamo que ella, lo cierto es que es la palanca a la que se agarra Trump para dar un vuelco a la Fed.

La intención del presidente de EEUU es que Cook no esté en su puesto en febrero de 2026, cuando se deberán decidir los 12 presidentes regionales. Si logra que todos sean afines a él, gracias a una junta favorable a Trump, se asegurará una mayoría en el FOMC que le permitirá controlar de facto la Fed.

De momento, Trump se ha encontrado con la oposición del Tribunal Supremo, que ha permitido que Cook se mantenga en su puesto mientras toma una decisión sobre su caso. Pero esto bien podría cambiar pronto, con otro nombre sobre la mesa: Letitia James, fiscal general de Nueva York y acusada también de fraude hipotecario. El caso de James podría resolverse en diciembre, sentando un precedente que obligue a Lisa Cook a abandonar su cargo antes de febrero. 

Hay además un tercer nombre a tener en cuenta, el de Rebeca Slaughter, la única demócrata de la Comisión Federal de Comercio (FTC) y que Trump ha intentado destituir. Una doctrina del Supremo de hace 90 años (caso Humphrey’s) indica que el presidente no puede mandar a la calle a un cargo de una agencia federal, pero el caso se volverá a oír en el alto tribunal, y bien podría haber un cambio de doctrina.

Un pequeño cambio puede dar un vuelco a la política monetaria mundial”, avisó Barreto. “No hablamos solo de cambiar los tipos de interés, sino de cambiar el modo mismo de jugar el partido”. “Se creará un precedente que podrá utilizar cada cinco años” el presidente de EEUU, sea del color político que sea. Y si China no tiene un banco central independiente y EEUU finalmente tampoco, “por qué lo van a tener los demás”, se preguntó el experto de A&G. “Es un poco raro hablar de estos temas, porque estamos acostumbrados a que lo que pasó en los últimos 50 años seguirá pasando, pero el mundo no funciona así”.

“Se puede abrir un escenario de riesgo adicional, hay que tener todo el trabajo hecho para entenderlo”, reflexionó Elices. “Hay que pensar en cosas en las que el mercado nunca piensa”.

Descubra las acciones y fondos de inversión preferidas por los analistas de Estrategias de Inversión para iganar a medio y largo plazo.