El mercado global vive una auténtica sacudida. La revolución tecnológica, la inteligencia artificial, el reequilibrio macroeconómico y la presión geopolítica están reordenando el mapa de la inversión. Wall Street sigue marcando el paso, pero Europa comienza a reclamar su espacio. Y en ese tablero, los inversores buscan certezas en un entorno donde conviven el entusiasmo por las megatendencias y la cautela por las valoraciones.
Pocas compañías reflejan mejor esta encrucijada que Microsoft. El gigante del software, que domina más del 70% de los ordenadores personales y se ha consolidado como referente en inteligencia artificial tras su alianza con OpenAI, cerró su año fiscal 2025 con unas cifras de vértigo: 281.700 millones de dólares en ingresos y 101.800 millones en beneficios, con un crecimiento del 15% interanual. Los analistas ven a Microsoft como una apuesta ganadora, con 33 de 34 recomendaciones en “compra” y un precio objetivo medio de 629 dólares. Sin embargo, no todo es euforia. Su elevado PER futuro, superior a 33 veces, la expone a un ajuste brusco si el crecimiento de la IA se enfría o si estalla una burbuja en el sector.
En paralelo, Meta ha encontrado en la inteligencia artificial un catalizador inesperado: la publicidad. Andrew Boone, analista de Citizens, lo define como un “cóctel ganador”. Más de dos millones de anunciantes ya utilizan las herramientas de generación de vídeo impulsadas por IA, que reducen costes creativos y mejoran la personalización de campañas. Meta ha recibido una calificación de “Market Outperform” y un precio objetivo en los 900 dólares. El mensaje es claro: la creatividad publicitaria, responsable de la mitad del rendimiento de las campañas, está viviendo un antes y un después gracias a la IA.
Europa cobra protagonismo
Pero no todo pasa por Estados Unidos. Cada vez más voces advierten de que el foco inversor debe girar hacia Europa. Desde Alantra Equities señalan que la transformación macroeconómica global está desplazando oportunidades hacia este lado del Atlántico. La electrificación, la digitalización, la inversión en infraestructuras y, sobre todo, el resurgir del sector defensa en un contexto geopolítico inestable, conforman un “megaciclo” que podría durar décadas. Indra, Redeia, Endesa o Merlin Properties se perfilan como protagonistas de este cambio.
En este contexto, cada vez resuenan más las llamadas GRANOLAS como oportunidad de compra: un grupo de 11 gigantes europeos (Glaxo Smith Kline, Roche, ASML, Nestlé, Novartis, Novo Nordisk, L'Oréal, LVMH, AstraZeneca, SAP y Sanofi) presentados como los equivalentes a los “7 magníficos” de Wall Street. Aunque en 2025 no han tirado del carro de las subidas, su solidez y peso bursátil –más de 3,2 billones de dólares en conjunto– las convierten en piezas clave del puzle inversor europeo. La pregunta es si su discreto desempeño reciente abre la puerta a oportunidades de compra, en un mercado en el que las valoraciones están cada vez más exigentes.
España: descuentos y fundamentales
Dentro de Europa, España ofrece un caso particular. Con el Ibex 35 en máximos de los últimos 18 años, muchos valores aparecen sobrecomprados. Sin embargo, al mirar los fundamentales, en el Ibex 35 surgen oportunidades interesantes. Negocios de calidad, rentables, solventes y con fuerte proyección a futuro que por el momento, cotizan a precios de descuento.
Si tenemos en cuenta el PER, hay tres valores que destacan en el Ibex 35 por relación precio beneficio ahora mismo. IAG, con un PER de apenas 6,8 veces, Repsol (7,5) y Grifols (9,1) figuran entre las opciones más atractivas del selectivo por valoración. Además, el mercado español cuenta con compañías de calidad que cotizan con descuento por las tensiones geopolíticas y comerciales, lo que abre la puerta a inversiones con elevado potencial de revalorización.
Por otro lado, las materias primas también se suman al movimiento al alza. El Oro ha alcanzado un nuevo récord en los 4.000 dólares, arrastrando a las grandes mineras como Barrick Gold (+111% en 2025) o Newmont Mining (+125%). En Europa, la fortaleza de los metales también ha devuelto protagonismo a las acereras. A ello se añade que las medidas de Bruselas para endurecer las importaciones y proteger la siderurgia impulsan a valores como ArcelorMittal y Acerinox, señalados por bancos como Morgan Stanley y Bankinter como top picks del Ibex 35.
Todo ello obliga a replantear las estrategias de inversión. La clásica cartera 60/40 (60% renta variable, 40% renta fija) ha quedado obsoleta en un mundo de tipos más altos, mayor esperanza de vida y necesidades financieras crecientes. Nuevos activos emergen con fuerza, desde Bitcoin –cuyo riesgo sigue siendo elevado pese a su creciente madurez– hasta las stablecoins y la tokenización de activos. La clave, según expertos como Javier Molina, es identificar las “tecnologías exponenciales” que cambiarán la economía: inteligencia artificial, robótica, genómica, ciberseguridad o almacenamiento de energía.
Así, la fotografía actual de los mercados combina luces y sombras: gigantes tecnológicos en máximos, megatendencias europeas en auge, metales y energía como refugios, y nuevas formas de construir carteras que desbordan el esquema tradicional. El inversor se enfrenta a un dilema: apostar por lo conocido y caro, o explorar sectores y geografías donde la oportunidad aún cotiza con descuento. En cualquiera de los casos, lo que está claro es que la inversión del futuro ya no se parecerá a la del pasado.
Desde Estrategias de Inversión, ayudamos y acercamos el mundo de la inversión a todos los perfiles. Por ello, Ei ofrece cursos y webinarios gratuitos para aprender y mejorar la inversión en mercados financieros sobre análisis fundamental, técnico, IA o criptomonedas, reforzando la formación como parte de la estrategia de inversión.