¿Está próximo el final de la guerra? José Luis Cava se fija en el comportamiento del precio del petróleo y del precio del oro. A primera hora de la madrugada, la cotización del crudo ha subido, dirigiéndose a la resistencia de la zona 77,5, que fueron los máximos del pasado viernes cuando se produjeron los primeros ataques, “y esa resistencia no ha sido superada”. Además, se fija en el volumen negociado, que en el segundo pico ha sido inferior al primero, explica. “Por lo tanto, resulta muy probable que en torno a 77,5 se haya formado un techo, con lo cual el mercado del petróleo nos está mandando un mensaje muy importante: que se está desinflando”.

En cuanto al precio del oro, indica que también se ha dirigido a la resistencia de la zona 3.450, y tampoco ha podido superarla. “Por lo tanto, vemos que se están desinflando el precio del petróleo y también el del oro”.

El experto también menciona un dato curioso: una apuesta en la plataforma Polymarket sobre la posibilidad de que el líder supremo de Irán, el ayatolá Khamenei, abandone el país en 2025. La probabilidad ha subido del 41% al 50% en un día, lo que él interpreta como un indicio más de que algo está cambiando en la situación geopolítica.

Además, recoge noticias difíciles de confirmar, pero cree que es probable que Israel está atacando la principal planta de enriquecimiento nuclear de Irán, que está en las profundidades de las montañas. “He leído que Irán está dispuesto a negociar, siempre y cuando Israel cese los ataques. Por lo tanto, a la conclusión que llego es que el fin de la guerra está próximo, y lo más importante: Irán va a tener que hacer enormes concesiones políticas”.

La pregunta que se hace a continuación es si esto va a provocar que surja el dividendo de la paz. Para contestar, recurre al primer libro escrito sobre la bolsa, obra del español José de la Vega en el siglo XVII. En él se establece que para que los mercados suban deben cumplirse tres condiciones: paz internacional, buen ánimo de los inversores y un entorno económico favorable. 

“Si se llega a un acuerdo de paz, las tensiones geopolíticas en Oriente Medio van a disminuir significativamente. La amenaza nuclear de Irán, en el ámbito económico, la podemos resumir en las primas de riesgo que exigían los inversores para invertir en la zona. Hemos visto también las primas de riesgo que exigían las aseguradoras para asegurar los envíos de petróleo y de mercancías que pasaban por el estrecho de Ormuz. Ahora mismo nos vamos a encontrar con que esos barcos, que tenían el temor de que los hutíes los atacaran, ese riesgo lo más probable es que baje. Y si bajan las primas de riesgo que exigen las compañías aseguradoras, va a bajar también la prima de riesgo que exigían los inversores para invertir en Oriente Medio”.

Por lo tanto, cree que lo más probable es que, en el momento en que se alcance la paz, desaparezca este riesgo geopolítico, los inversores van a volver a Oriente Medio, va a incrementarse el nivel de actividad económica en la zona y va a haber un mayor progreso económico, por razones obvias. Y esto va a favorecer también a la economía global, expone.

Hay dos países que van a resultar especialmente beneficiados: por un lado, obviamente, Estados Unidos; y por otro, China, que seguramente haya autorizado estos ataques, indica.