“Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.” Miguel de Unamuno

Los rumores han vuelto a estar presentes durante la semana, partiendo de la semana anterior, en la que Grecia afirmaba que el acuerdo estaba pendiente de la firma y que el borrador se estaba redactando. La reacción del mercado no se ha hecho esperar y la volatilidad ha seguido marcando el camino.


Sin embargo, el optimismo de Tsipras, se ha visto contrarrestado con una UE y un FMI, que continúan empeñados en demostrar al mundo financiero quien manda en estas ya, inagotables negociaciones. El problema de fondo en Grecia, no radica en su estructura de deuda, puesto que tras la quita y unas condiciones financieras muy aceptables, la economía Griega es sostenible si las reformas estructurales son capaces de crear una economía sostenible y en crecimiento a largo plazo.

Sin embargo, las reformas que se proponen no tienen ningún sentido liberal, más bien son más “parches”, hacia una situación que es caldo de cultivo de nuevos problemas a futuro. Una vez más la UE le da una patada al problema y... Ya volveremos a vernos.

Una severa reforma en el nivel de gasto pública es necesaria y convertir a Grecia en una economía que incentiva la inversión y la creatividad empresarial, debería de ser el principal punto de diálogo entre Grecia y la Troika, para sacar a Grecia de esta eterna recesión y sentar las bases de una economía sostenible y capaz de hacer frente a una deuda, que no es un problema en causa y sí, en efecto.

Si la volatilidad ha dominado Europa, empieza a hacer mella en las bolsas americanas, que siguen completando un peligroso proceso de distribución, con el empeoramiento de algunas grandes compañías y con movimientos que podemos observar en nuestro índice US Blue Chip. El índice que cotiza las compañías de mayor capitalización del mercado USA, cotiza en un amplio proceso de distribución de mercado en el que estamos observando de qué manera, algunas de las grandes compañías caen a plomo; en el momento que los procesos de distribución se completan. La debilidad sigue su curso, pero el deterioro del mercado empieza a ser significativo.




Seguimos controlando el nivel del S&P 500, en sus 2.040 puntos, para pasar a una etapa en proceso de distribución, y comenzar a contemplar en nuestra operativa, las posiciones cortas en los índices bursátiles americanos. Eso no significa que si sucede la causa (SP500 por debajo de los 2.040 puntos) el efecto sea que el mercado se desplome. Simplemente entendemos que las cosas precisan de momentos y cotizar por debajo de los 2.040 puntos, sería un nuevo driver, para plantear como poco una situación de evidente deterioro. Hemos publicado esta semana una nota en la que explicamos al detalle lo que viene preocupándonos, pero un nivel récord en operaciones de M&A y un Margin Debt en máximos históricos, son dos catalizadores suficientes, como para pensar que todo tiene un límite y si la liquidez, está comprando a crédito las bolsas, el peligro es si más no significativo.

Los sectores más castigados han sido el sector industrial y el sector Oil & Gas. Las petroleras han acusado la extrema volatilidad de los precios del crudo, si bien es cierto que la contundente reacción del precio, nos hace ser moderadamente optimistas, en la evolución de los precios del Texas a corto plazo. Si estos movimientos no son suficientemente significativos, debemos añadir la gran paranoia del mercado europeo, que se completa con la caída en barrena de los precios de un Bund, en los que la burbuja ha estallado y el estallido ha empujado la volatilidad, a niveles difícilmente recordados. Observando el Bund, cualquiera podría pensar que los grandes fondos internacionales, están advertidos de que lo improbable (que Grecia salga del euro) está cerca. Pero por otro lado, el increíble movimiento del EUR/USD, nos advierte que los inflows vuelven a Europa en manada, lo que sugiere que el acuerdo está cerca y es muy positivo.

Si por un lado comprendemos los desafíos que nos planeta la crisis en Grecia y las ventajas que nos propone el BCE, con su compra masiva de bonos, los problemas en el otro lado del atlántico nos preocupan sobremanera. Un eventual repunte de la volatilidad podría aparecer en cualquier momento, sin embargo, mientras los precios se muestren por encima de los 2.040 puntos, debemos manifestarnos neutrales, ante una eventual vuelta a la irracionalidad alcista. Los mercados están en un nivel de adrenalina máximo, pero debemos mantenernos firmes, seguir el plan de Trading, mantener a salvo los presupuestos operativos y como siempre, entrar de manera gradual, haciendo aquello que en Blackbird tanto nos gusta; comprar, proteger y acompañar. No por más que nos empeñemos en comprar, el mercado nos dará la razón, por lo tanto; ¿no es mejor comprar de manera gradual e ir acompañando el mercado, arriesgando en la medida de lo posible, solamente las ganancias que nos presta el propio mercado?




Como ven, las divergencias mandan en los mercados financieros, y las contradicciones se completan en precios que tergiversan cualquier interpretación, con argumentos de sobra, tanto para los bajistas como para los alcistas y claro, no podemos negar que como operadores, este panorama nos motiva, puesto que al fin y al cabo, nuestro hábitat natural es la incertidumbre y hoy más que nunca uno de los argumentos operativos que planteamos en Blackbird es la inacción, como parte del proceso operativo.

Con una bolsa en alerta roja, decidimos seguir el plan de salidas e ir recogiendo beneficios o materializando Stops Loss, para ir haciendo caja. Mantenemos el saldo en caja esperando una reacción, en forma de noticia en Europa o en en forma de Break Out bajista en USA. Por otro lado, estamos alerta ante una moderación del EUR y una vuelta a la tendencia del USD y seguimos aprovechando el Bund en cortos, pero con la mirada puesta en los volúmenes, no sea que el QE distorsione el movimiento. Momentos claves, con un IBEX 35 que empieza a apretar en profundidad y unos tiempos, los del mercado, que comienzan a ser más razonables en su esencia, acercándose al 50% de Fibonacci y con un proceso de dos meses, que nos muestra con un grado aceptable de volatilidad, que por más que pretendamos operar el miedo, hay que dejar que las cosas sucedan, aceptando la volatilidad y manteniendo a salvo nuestras emociones más primarias, pensando aquello que tantas veces concluimos en el mercado y que no es otra afirmación que a veces, ¡lo mejor, es no hacer nada!

Gisela Turazzini
CEO, Blackbird