Siguiendo a esta escuela de economía, imagina que los índices bursátiles fueran una fiesta. Quienes marcan el ritmo de la “movida” no son los resultados empresariales, ni siquiera las tensiones geopolíticas. Estos son elementos que impactan, claro, pero serían como la velocidad y calidad a la que fluyen las copas, por ejemplo. Pero realmente, lo que de verdad afecta más, es la liquidez.

Fuente: Carlos Arenas Laorga

Y la liquidez viene medida, resumiendo mucho, con la M2. La M2 es una medida de la cantidad de dinero en circulación (aunque incluye depósitos a la vista y depósitos a plazo en cuentas de ahorro). Y cuando la banca central amplía la M2, están metiendo en el sistema, literalmente (como se dice mucho ahora), más dinero. Y ese dinero tiene que ir a parar a algún sitio…

Por eso, una parte importante, si no hay cosas raras de inflaciones desbocadas o cosas excepcionales, va a parar a los mercados bursátiles. Y, claro, ese subidón de liquidez que va a parar a los mercados suele traducirse en subidas de mercado. Eso sí, el crédito fácil puede distorsionar temporalmente los precios relativos y alimentar burbujas, como bien han explicado los teóricos de la Escuela Austriaca.

Por ponerle números, la correlación entre la M2 en EE.UU. y el S&P 500 es de, nada menos, que del 0,965. Pocas relaciones tan estrechas vas a encontrar en esta vida.

Además, el índice por excelencia es un barómetro de apetito por el riesgo global. Y si el dinero fluye, el apetito inversor suele crecer a ritmos similares.

Como decía, desde 1959, el coeficiente de correlación entra ambas variables es del 0,965. Es que ni tus ganas de café y la productividad llegan a esos niveles de correlación. En términos económicos, podemos decir que el comportamiento bursátil está muy anclado en la disponibilidad de dinero. Por supuesto, esto no es un estudio académico, y habría que revisar la bidireccionalidad de las variables, la heteroscedasticidad, modelos robustos, etc. Pero sí nos sirve para andar por casa.

Cuando la M2 crece, el mercado sube, casi siempre. Cuando se contrae o se frena... cuidado. Si el rally bursátil ha sido impulsado en parte por la nueva liquidez, ¿qué pasa cuando esta desaparece? Pues no hay que irse muy lejos. La Fed empezó a endurecer su política monetaria en 2022 (después de su agresividad postcovid) y las caídas en los mercados no se hicieron esperar, obteniendo unos resultados como pocas veces se recuerdan por las caídas tanto en renta fija como en renta variable. Y no hizo falta una recesión, sino cerrar el grifo del dinero.

Y esto no es baladí: los mercados están muy ligados a las políticas monetarias. Por eso, y por desgracia, muchas veces tenemos que fijarnos más en el flujo que en el fondo. Aunque los fundamentales suelen imponerse y los resultados trimestrales son importantes, el dinero en el sistema es más trascendental.

Por otro lado, se hace necesario entender también los movimientos en los tipos de interés y el balance de los bancos centrales. Sin este conocimiento, estamos cegando una de las vías de donde recogemos información relevante para analizar el mercado.

Y, cuidado con los espejismos. Cuando el mercado sube por beta es fácil que sea por liquidez. Ahí está muy bien indexarse. Pero, ¿Y si no? Lo digo porque no hay que confundir vientos de cola con la destreza del piloto del barco. Cuando todo sube, raro sería que el gestor lo haga muy mal. El viento de cola actúa para todos. Eso sí, el problema bien cuando deja de soplar tanto…

No sé si lo leí o lo escuché, pero es una frase que me gustó: no hay burbuja más tonta que la que sube por exceso de dinero, pero tampoco más rentable mientras dure.

Esto no es una invitación a nada, simplemente algo de información por si no conocías esta elevada correlación. Aquí que cada cual saque sus conclusiones. Yo solo le pongo los datos, tú interpreta