En el artículo anterior analizamos el desempleo y la inflación, aunque sin mucho detenimiento. Ahora lo hacemos con otras variables. Es cierto que no son variables tan importantes, pero las interrelaciones que existen en la economía hacen que quizá, una de estas variables afecte de tal modo a la inflación o al empleo, que termine siendo clave para bajar o no los tipos.
El crecimiento económico. El débil crecimiento de los últimos trimestres de EE.UU. ha alertado a muchos analistas. Pero tampoco es tan escaso si lo vemos con la media de los últimos 25 años. Es cierto que en el 1T de 2025 cayó un 0,5%, pero en el segundo ha subido un 3%. No es un crecimiento elevado, de acuerdo. Pero tampoco es para asustarse demasiado. Por tanto, una bajada de tipos puede parecer razonable para afianzar el crecimiento de la economía norteamericana. Repetimos, como en el primer artículo, que este crecimiento dopado por tipos artificialmente bajos no es el ideal.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
La deuda y su coste. La deuda sigue en aumento, y ha sido motivo de que, unido a un déficit que no está controlado, alguna agencia de calificación baje la calidad de la deuda americana. Pero tampoco son datos que vaticinen el fin del mundo. De hecho, aunque los intereses de la deuda a 10 años se hallen en máximos desde 2007, en el pasado los hemos visto bastante más elevados. Que han subido mucho en los últimos meses, sí. Lo que sí sube de manera más preocupante son los intereses de los vencimientos de la deuda con respecto al PIB estadounidense, que superan el 3%.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
Si se quiere abaratar algo el coste de la deuda, una bajada de tipos sería muy importante. Es uno de los principales motivos por los que Donal Trump lleva tanto tiempo presionando a la Fed, quizá el más importante.
Una caída en los tipos de interés de la Fed no solo haría que cayesen los tipos a 10 años, sino que las nuevas emisiones de deuda se harían con un coste de financiación menor. Miel sobre hojuelas y un motivo claro para bajar los tipos.
Por supuesto, esto tiene una doble cara. La moneda no es tan bonita como parece. Una bajada de tipos crea el incentivo para que el Gobierno se endeude más y desboque el ya quebrantado déficit. Pero esto es cosa de políticos que se dedican a arruinarnos, no de economía, se podría pensar. Y, sí, es cierto. Pero nos afecta al bolsillo y mucho. Por ejemplo, en España se calcula que para 2029, el 2,9% de los presupuestos (en caso de que tengamos presupuestos para entonces) se dedique a pagar intereses de la deuda, y eso que estamos con una prima de riesgo históricamente baja. Esto supone una cifra absoluta de 41,7 mil millones de euros. Así que, cuando pensemos que en Estados Unidos están mal, no olvidemos la paja del ojo propio.
Por ende, tanto las variables del PIB como la de deuda, déficit e intereses apuntan a una bajada data dependiente de tipos en septiembre. Lo que no parece convencer es la debilidad del dólar. Y hay otro asunto personal que se mete de por medio: los egos de Powell y Trump. Si Trump quiere que bajen los tipos y ha realizado numerosas amenazas, Powell puede no querer bajarlos para aclarar quién manda en la Fed y para declarar que este organismo es 100% independiente de los arbitrios gubernamentales.
Ya veremos. Septiembre nos trae una ristra de datos que harán que sea divertido, por lo menos.