El centro comenzó hace casi 50 años a preparar oposiciones, inicialmente muy centradas en los inspectores de Hacienda. ¿Cómo fue el proceso de transformación, pasando de preparar oposiciones a ofrecer cursos online y, finalmente, convertirse en una universidad y ofrecer programas de posgrado?
En 1977, mis padres comenzaron el proyecto de CEF.- con el objetivo de preparar opositores, ya que mi padre era opositor y acababa de superar las oposiciones. Tras haber aprobado, se unió a dos compañeros de Hacienda para preparar a los inspectores. Al poco tiempo de ir preparando a opositores, se dio cuenta de que había personas interesadas en aprender contabilidad, no solo por la formación en sí, sino por diversos motivos.
Había un alumno que repetía cada año y no se presentaba a las oposiciones. Un día, mi padre habló con él y descubrió que este alumno era fiscal. El motivo por el que estaba allí era porque en Derecho no se estudiaban temas de contabilidad, y debido a su trabajo en delitos económicos, le habían recomendado acudir a CEF.- para formarse en esta materia. Fue a partir de ahí cuando nace la idea de ofrecer cursos de posgrado en lugar de centrarse únicamente en oposiciones.
En cuanto a la formación a distancia, mi padre, al haber sido opositor, sabía lo que más tiempo le había llevado: organizar todo lo que había estudiado durante la carrera y reunir los apuntes de forma coherente para facilitar su estudio. En ese momento, decidió preparar temarios estructurados.
Siempre teníamos algunos estudiantes becados que se encargaban de escribir los apuntes, y mi madre, que era muy buena mecanógrafa, los pasaba a máquina. Luego, se fotocopiaban y se distribuían entre los alumnos. A partir de entonces el CEF.- empezó a ganar fama en el área de oposiciones y a recibir propuestas de personas que no vivían en Madrid.
El paso a la formación online fue un avance natural. Con la llegada de Internet, vimos la posibilidad de utilizar las nuevas tecnologías para ofrecer nuestros cursos. En ese momento, creamos el campus virtual de CEF.-, un proyecto que comenzó como un desarrollo propio. Fue un proceso lioso desde el punto de vista informático, pero fuimos pioneros en muchas áreas: tuvimos una de las primeras páginas web, fuimos de los primeros en contar con un campus virtual y creímos firmemente en la publicidad en Internet.
¿Cómo ha sido el proceso de incluir nuevas áreas, como marketing y otras disciplinas del ámbito empresarial, en vuestra oferta?
Al principio, nos enfocamos en las áreas que ya conocíamos, principalmente en el ámbito jurídico y fiscal, ya que era en lo que teníamos más experiencia. Comenzamos con cursos de tributación, que más tarde se transformaron en el máster en tributación. Lo mismo ocurrió con los cursos de derecho laboral, que evolucionaron hasta convertirse en el máster en derecho laboral.
A partir de ahí, nos preguntamos la posibilidad de ampliar a otras áreas como recursos humanos, marketing, y finalmente, decidimos incluir el MBA.
Este proceso de expansión fue creciendo y los propios profesores empezaron a proponer nuevas materias como, por ejemplo, el compliance, un tema que comenzó a ganar popularidad en ese momento. También introdujimos la prevención de riesgos laborales en su momento. A medida que identificábamos nuevas demandas íbamos creciendo tanto en formación como en número de estudiantes.
¿Cuál ha sido la organización y los pasos que habéis dado para incorporar nuevas áreas de formación, incluyendo el MBA y programas universitarios?
El salto más grande fue cuando pasamos de ser el CEF.-, una escuela de formación no reglada, a convertirnos en una universidad, lo que implicó adaptarnos a toda la regulación. Para crear una universidad en España, es necesario contar con una ley y para la creación de un centro de posgrado o una escuela de negocios no.
De este modo, se puede ver lo regulado que está el proceso.
A partir de ahí necesitamos contar con profesores con perfiles determinados, así como organizar toda una estructura administrativa y burocrática que nos permitiera cumplir con los requisitos necesarios para ser reconocidos como universidad. Este fue el mayor salto como empresa educativa, cuando nos convertimos en universidad.
¿Hay muchas diferencias entre los perfiles de los alumnos más "nativos", aquellos enfocados en oposiciones o cursos centrados en finanzas, como un MBA dentro de CEF.- UDIMA?
El perfil más diferente en nuestra universidad es el del estudiante de grado. Debemos tener en cuenta que somos una universidad online, no presencial. Nosotros no competimos por captar a estudiantes de 18 años recién graduados de la EBAU. La mayoría de nuestros alumnos son personas que ya han estudiado otra carrera y son personas que quieren complementar su carrera con una segunda o bien quieren retomar una carrera que dejaron a medias. También hay otras personas que siempre quisieron estudiar algo, pero en su día no pudieron por razones familiares y ahora se deciden a hacerlo.
Este perfil es muy diferente al del estudiante más joven que recién termina el colegio. El estudiante típico de nuestro grupo suele tener como motivación principal mejorar en su trabajo. La mayoría de ellos no estudia, por ejemplo, los impuestos por gusto, sino por una oportunidad de mejorar a nivel laboral.
Desde tu perspectiva, ¿Está saturado el mercado de escuelas de negocio o el mercado sigue creciendo tanto que hay oportunidades para todos?
Siempre hay espacio para especialidades. Aunque las escuelas de negocio, con el tiempo, hemos ido abarcando cada vez más áreas, en la mente del consumidor cada una de ellas está asociada a una especialidad. Creo que siempre habrá hueco en el mercado. De hecho, continuamente surgen nuevas tendencias y escuelas relacionadas con estas, lo que demuestra que hay sitio para todos en los centros de formación.
¿En qué se diferencia CEF.- UDIMA con otros centros de negocios?
Nosotros siempre hemos trabajado para que todas nuestras titulaciones tuviesen una conexión con el mercado laboral. No ofrecemos programas sin una salida práctica o sin aplicabilidad en el mundo laboral. Nuestra prioridad ha sido siempre tener un equilibrio entre calidad y precio, y garantizar que nuestras clases sean muy prácticas.
Además, otro aspecto que nos distingue frente a otras escuelas de negocio es nuestra experiencia en la preparación de oposiciones. Esto nos ha permitido acceder a perfiles de alta cualificación dentro de sectores como la Administración.
Disteis un gran salto al expandiros a Latinoamérica. Fuisteis de las primeras escuelas de negocios en abrir en esa región. ¿Qué os llevó a hacerlo y cuáles son las perspectivas que tenéis?
En 2002-2003 empezamos a ver que había estudiantes hispanoamericanos en todos nuestros grupos. Nos preguntábamos: ¿por qué este interés? En esa época, nuestra publicidad estaba únicamente en los periódicos nacionales, por lo que empezamos a estudiar de dónde provenía esa demanda. Fue ahí cuando descubrimos que existía un gran interés por parte de toda Hispanoamérica en estudiar posgrados en España.
Esto ocurrió en un momento, entre 2002 y 2007, en el que hubo un auge espectacular en la demanda de profesionales cualificados. Muchos de estos estudiantes venían a España, se formaban aquí y se quedaban a trabajar. Sin embargo, con la crisis de 2008, la demanda disminuyó.
Lo que paró fue el interés de Hispanoamérica por los estudios de posgrado de universidades españolas. ¿Por qué? Porque las universidades en Hispanoamérica, al igual que las nuestras, se centraban principalmente en los grados y doctorados, y aún no estaban tan enfocadas en los másteres, especialmente en los másteres profesionales. Ellos tienen lo que llaman "maestrías", pero estas son más orientadas a la investigación.
España, por otro lado, ofrecía una modalidad de estudios más práctica, lo que atraía a muchos estudiantes. A partir de ahí, nos dimos cuenta de que, aunque muchos estudiantes querían estudiar con nosotros, había muchos más que no podían estudiar en el exterior y se quedaban en sus universidades locales. Por eso, decidimos abrir en República Dominicana, donde tenemos una institución universitaria. Este fue nuestro primer proyecto en la región. Además, contamos con oficinas comerciales en Colombia y Perú, ya que estos son nuestros dos principales mercados actualmente.
Y hablando del MBA, ¿qué es lo que más demandan los alumnos que realizan el MBA en CEF.- UDIMA?
Lo que nos piden principalmente es que los programas sean muy prácticos, con casos reales que reflejen la realidad del mundo empresarial. Su principal expectativa es mejorar sus capacidades y, sobre todo, aumentar sus posibilidades de empleabilidad y dar un salto significativo en su carrera profesional.
Históricamente, nuestro grupo ha sido la opción para quienes terminan su carrera universitaria. Muchos de nuestros estudiantes, al terminar sus grados en Derecho, Administración de Empresas, Economía… se preguntan sobre su futuro profesional, si quieren hacer un posgrado o un máster… Estás estudiando, pero llega un momento en el que, aunque el conocimiento técnico sigue siendo importante, empieza a ser menos relevante. Lo que realmente empieza a marcar la diferencia es la capacidad para dirigir equipos. Y ahí es donde un MBA se convierte en una formación fundamental.
Y más allá del número de alumnos, ¿qué significa el éxito para una escuela de negocios como la vuestra?
Para nosotros, el éxito se mide por la satisfacción de nuestros alumnos: que se vayan contentos porque realmente han aprendido, porque han ampliado su red de contactos y porque han mejorado su empleabilidad.
Eso es lo que consideramos un verdadero éxito en una entidad formativa de propiedad familiar. Si tuviésemos otro cariz, tal vez el éxito se mediría por un gran EBITDA. Sin embargo, eso no es lo más importante para mi familia.
¿Cómo estáis integrando la inteligencia artificial dentro de los programas de CEF.- UDIMA?
Estamos incorporando aplicaciones prácticas de inteligencia artificial en todos nuestros programas, adaptadas a las diferentes profesiones. Nuestra principal preocupación siempre ha sido que nuestros estudiantes mejoren sus expectativas laborales, por lo que nos aseguramos de que nuestra formación sea lo más empleable posible.
Hoy si sabes utilizar inteligencia artificial, eres más empleable que si no, por lo que hemos integrado esta tecnología en todos nuestros programas.
¿Cómo ves al grupo en los próximos 10 años?
Nos encontramos en un momento de transformación como empresa familiar. Estamos en pleno proceso de transición hacia la segunda generación, lo que implica un proceso de profesionalización de la gestión en la empresa. Además, estamos viviendo un fuerte crecimiento en toda Hispanoamérica, lo que hace que este sea un momento muy apasionante.
Sin embargo, a veces resulta frustrante es que, a nivel global, existen incertidumbres como las guerras y otros factores geopolíticos que podrían afectar negativamente. A pesar de estos nubarrones en el horizonte, seguimos con muchas ganas de seguir adelante.
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