Los recursos básicos, materias primas, commodities, bailaron al ritmo que marcó el que suele ser el activo referente en este ámbito: el petróleo. Durante los últimos dos ejercicios la compleja situación que envolvió a este entorno se tradujo en la llegada a mínimos de más de una década. Los precios del crudo, que efectivamente ejercen como la principal guía, llegaron a niveles de 27 dólares como la cota más baja a lo largo del pasado mes de febrero.

Desde entonces se empezó a producir una recuperación que, aunque con música de adagio, se trasladó a las materias primas lideradas por el crudo. Un liderazgo que se incrementó más aún cuando la OPEP tomó la decisión de realizar el primer recorte de la producción de crudo en los últimos ocho años.

El cártel, encabezado por Arabia Saudí, primer productor mundial, acordó que el suministro de oro negro quedase en 32,5 millones de barriles diarios. Algo a lo que se unió un pacto entre los países productores fuera de la organización, como Rusia, para establecer un control de precios más firme.

Ahora, una vez que se vayan aplicando sendos acuerdos, la duda que sobresale por encima de todas es si se va a consolidar de facto esa estabilización en el mercado del crudo de cara al próximo año. En este sentido, Sara Carbonell, relationship manager de CMC Markets, asegura que en 2017 “podremos ver remontar los precios del crudo”, teniendo en cuenta el acuerdo alcanzado por la OPEP; si unimos a esto un repunte de la demanda a principios de 2017 por las temperaturas, cree “que es factible ver precios de al menos 55 dólares el barril en el primer trimestre”.
 

Balance de petróleo y previsiones

 


En opinión de Nitesh Shah Commodity Strategist de ETF Securities, la situación para el petróleo podría cambiar durante la segunda parte de este año que da comienzo. Durante los seis últimos meses, contempla “reducciones sostenidas de la producción, lo que hará que esta entre en déficit y reduzca los niveles de inventarios elevados”. De esta forma concreta que será en ese instante en el que “los precios del crudo probablemente superen la cota los 55 dólares el barril”.

También, para Saubah Lele, analista senior de mercados de Loomis Sayles (Natixis AM), depende en gran medida de las medidas que vaya implementando Donald Trump. Básicamente por que no está claro cómo abordará la nueva administración “la situación de Irán”. Si el presidente electo toma el camino del aislacionismo, elimina el acuerdo actual y reintegra las sanciones, podría “ser positivo para los precios del petróleo”

¿Y Será oportunidad por la que apostar en 2017? Roberto Ruiz, director de estrategia de UBS en España, señala que pese a que su previsión es que el precio del petróleo no se va a instalar por encima de los 60 dólares el año que viene, las compañías energéticas, las petroleras, han “hecho sus deberes de contención de costes, de reducción de la inversión, van a generar bastante caja incluso con un petróleo a 60 dólares y es el tercer sector en el que estamos apostando este año”.

¿Presión para el oro?

Otra de las materias primas a la que seguir la pista durante el próximo año es el oro. El metal dorado tuvo un recorrido alcista en el conjunto del 2016, aunque éste se desaceleró en el segundo tramo del año, después de empezar a digerirse el Brexit. Así, lo importante a partir de ahora, serán las decisiones de la Fed en cuanto a futuras subidas de tipos, que podrían presionar a su precio.

Shah cree que, con todo, la Fed permanecerá “detrás de la curva y la inflación aumentará más rápido de lo que el central se tome para incrementar los intereses”. Eso mantendría a los intereses reales en niveles bajísimos. Por tanto, el oro se beneficia de los tipos de interés reales negativos, por lo que su valor justo sería de “1.440 dólares la onza”.

En cualquier caso, una subida de tipos fuerte, como sostiene Carbonell, provocaría la apreciación del dólar, “lo que derivará en caídas para el oro, dado que cotiza en dólares, y la correlación históricamente es inversa con esta divisa”. En tal caso, esta apreciación del dólar afectará a los países emergentes que están financiados en dólares, como por ejemplo Sudáfrica.
 
Los expertos de Natixis afirman que en el largo plazo, si el cambio tan esperado de política monetaria a fiscal finalmente se lleva a cabo, los tipos podrían normalizarse más rápidamente de lo anticipado, lo cual “presionaría”, en efecto, los precios del oro.

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