La fase de recuperación de la economía española invita a muchas empresas a invertir su liquidez en la compra de compañías nacionales que, además, están haciendo un titánico esfuerzo de desapalancamiento y expansión de su negocio. Los inversores, especialmente extranjeros, buscan oportunidades de compra aquí para diversificar sus negocios o crecer comprando competidoras a un precio más barato de lo que les podría costar emprender un negocio nuevo. Éstas son las compañías que cuentan con más papeletas para ser opadas en nuestro mercado:

REPSOL
“Repsol, tras quedarse sin YPF, se ha convertido en una petrolera pequeña”, según Carlos Ladero, de Wallwood Spain. De hecho, la principal postora para hacerse con Repsol es la mexicana Pemex, que ya tiene un 9,3%. Según publica El Economista, el Gobierno habría frenado este viernes el segundo intento de Pemex por hacerse con la petrolera española. Otra muestra de que la sombra del Gobierno es alargada, pues el año pasado, para evitar que otra bandera ondeara en Repsol, el Ejecutivo decidió recuperar la normativa que permite limitar el derecho de voto en las compañías para que no se hable otro idioma en su núcleo. Además, no sólo al Gobierno no le gusta esta posible OPA, tampoco a Sacyr, que posee un 9,5% y actualmente está cubriendo los intereses de la deuda adquirida para entrar en la petrolera, con los dividendos de ésta. También tiene intereses por absorberla su socio en Brasil, Sinopec. Para Flores, Sinopec “tiene capacidad e interés en hacerse con Repsol, especialmente por sus derechos de prospección, más allá de la distribución”.


JAZZTEL
La operadora siempre está en las quinielas de OPAs de los expertos y ella, tan a gusto, por ello. Como bien es sabido, su presidente, Leopoldo Fernández Pujals, tiene a sus espaldas un amplio historial de compañías que ha llevado a las fauces de otras empresas. Tanto es así que ha descartado repartir dividendo en los próximos cinco años para invertir los flujos de capital extra en actividades que supongan un retorno del 20%. De hecho, Carlos Ladero, de Wallwood Spain, considera que “Jazztel es interesante por su red de cable y sobre todo su base de clientes. Podría ser interesante para cualquier teleco que quiera posicionarse en España y lo veo factible porque está demostrando que puede ser rentable a medio plazo, mientras que a largo no me parece un negocio donde invertir”. Un posible postor por Jazztel es Vodafone, ahora que tiene tanta liquidez después de vender su participación en Verizon. No obstante, Jazztel tiene otro competidor sobre el que pasar para conquistar a Vodafone: ONO. Esta compañía no cotizada –de momento- le abriría las puertas al negocio de la fibra óptica a través de infraestructuras propias en varias ciudades españolas. Según un informe de Nomura, ONO valdría unos 6.100 millones. (Ver: Telecos: el resurgir de los movimientos corporativos ¿y las oportunidades de inversión?)


TELEFÓNICA
Hablamos de palabras mayores, ya que Telefónica es una de nuestras compañías más grandes pero, en el universo de las operadoras mundiales, es una más, “opable por cualquier competidor fuerte europeo o incluso americano”, afirma Javier Flores, responsable del servicio de estudios y análisis de ASINVER. Gracias a su negocio en España (donde sigue siendo líder) y en Latinoamérica (ya supone el 51% de sus ingresos), especialmente, es objeto de deseo, pero también lo es porque está siendo fuertemente saneada. Muestra de ello es que ya volvió a repartir dividendo y que ha acometido un histórico recorte de deuda: 13.676 millones en 15 meses (endeudamiento en 2,30 veces) cumpliendo por adelantado, incluso, los objetivos de endeudamiento de este año. De hecho, ya hace meses se rumoreó con la supuesta intención de la estadounidense AT&T por hacerse con Telefónica. Además, la compañía de César Alierta cuenta con la protección del Gobierno. El Ejecutivo defiende a ultranza la bandera nacional sobre Telefónica y, muestra de ello es el paso de varios políticos, como Rodrigo Rato o Luis Fernando Furlán, por su consejo de Administración.


ENDESA
Endesa no acaba de descontar entusiasmada la posible OPA que le lanzará su mayor accionista: Enel. Quizás sea porque aún no se ha confirmado el rumor que ha lanzado al mercado Corriere Della Sera o quizás porque no se sabe cuál será el modo de exclusión. Se especula con que se ofrezca el canje de acciones de Endesa por Enel (a 3,29 euros) y, en caso de que finalmente se liquidaran pagando a los accionistas un precio, no se espera que Enel proponga una buena prima. Esto es así porque la multinacional italiana posee actualmente el 92% de la española que compró en 2007 a 41,3 euros, casi el doble de lo que cotiza ahora, lo que implica que pierde gran parte del valor bursátil (aunque le compense por negocio). Además, si Enel jugara con intentar no perder mucho más dinero pero sí ofrecer prima, podría lanzar la OPA a máximos históricos, 23,50 euros (lo que complacería a todos los accionistas porque ninguno perdería). De hecho, para alguien que no sea accionista y quiera jugar esta OPA, Roberto Moro, de Apta Negocios, comenta que “hasta máximos históricos en 23,50, no hay tanto a ganar, y menos si después de conocerse que Enel podría lanzar una OPA la respuesta no ha sido más contundente al alza. Igualmente, tampoco hay mucho a perder, al estar pendientes de la OPA. Si en unas jornadas la viéramos por encima de 23,50 euros, habría que comprarla”. De hecho, como recuerda Gisela Turazzini, CEO de Blackbird, “entrar al calor de una OPA no es nunca un sinónimo de garantía. Por ejemplo, podemos recordar los casos de NHH, Unión Fenosa o Bankinter. Operaciones desastrosas en las que Hesperia, Gas Natural y Credit Agricole, pagaron a precio de oro sus OPAs parciales o totales sin olvidarnos de estúpidas guerras que rozan lo absurdo como las de Sogecable o la más reciente de Metrovacesa”.

BME
Hace unas semanas la operadora del mercado español decía adiós por fin al Banco de España. Una participación vestigio de su antigua condición de empresa pública. Con ello, se abría -aún más- la puerta a que otra operadora lanzara una OPA sobre BME pues, además, los actuales accionistas principales son bancos, y ya hemos visto su interés por hacer caja en participadas aprovechando la ola alcista del mercado. Desde BME han reiterado su predisposición a estudiar propuestas de compa, sin embargo, que la veamos ahora, a poco menos de un euro de sus máximos históricos, es posiblemente más complicado por la prima que "por conciencia" el comprador tiene que ofrecer para que sea aceptada su adquisción. Además, teniendo en cuenta que los últimos intentos de fusión en el sector han sido fallidos, se complica aún más que a BME le salga un pretendiente.


INDRA
Las triplas de esta tecnológica se revuelven en los últimos meses, ya que cajas rescatadas, como Bankia (20%) o Liberbank (5%) han salido vendiendo en los últimos meses. Mientras, las migas las ha ido recogiendo el Estado, que ha aumentado su participación a través de la SEPI hasta copar el 20% de la compañía. Según Javier Flores, “la participación del Estado en Indra es totalmente susceptible de ser vendida para ganar liquidez y porque no hay nada en la empresa que represente unos intereses nacionales, como sí lo hay en energéticas y telecomunicaciones”.

¿CÓMO JUGAR LAS OPAS?
La clave está en no perderse en las caídas ni en los rebotes técnicos, pues la situación de OPA añade volatilidad a la cotización y, por consiguiente, bandazos peligrosos. En este contexto, Gisela Turazzini comenta que podemos realizar una estrategia Even Driven, conocida como Risk Arbitrage. “Esta estrategia consiste en comprar acciones de la sociedad comprada y vender al descubierto acciones de la empresa compradora. La oportunidad radica en el hecho de que la empresa compradora tendrá que pagar una prima sobre la compañía comprada y el desembolso, producirá posibles caídas en la compañía compradora. El riesgo de esta estrategia es que la oferta pública de adquisición fracase como consecuencia de un veto regulador o de la no aceptación por parte de los accionistas de la compañía”.

Otra estrategia que propone la experta y que lleva un menor riesgo aparejado es el Spread Arbitrage, “que consiste en buscar la diferencia entre el precio pagado por una compañía comprada y su precio de cotización. Habitualmente el mercado da un pequeño margen porcentual entre el precio pagado y el precio de cotización, debido a posibles complicaciones en la operación. Es una estrategia que históricamente ha dado rentabilidades entre un 3-7% y que fueron muy apetecibles en casos como Altadis o la más reciente compra de Talecris por parte de Grifols”.