Me preguntaron mis amigos de Estrategias de Inversión antes de Semana Santa que les aclarara lo siguiente: Bankia sale a bolsa ahora con Altae como ficha bancaria y banco bueno, pero el banco malo se queda en Banco Financiero y de Ahorros…pero las pérdidas de este último ¿Quién las asume?,  ¿Quién tiene que devolver el dinero prestado en los mercados internacionales? La depreciación de activos…¿a dónde va? Y ¿cómo afectan dichas pérdidas al Banco Bueno de cara a los futuros accionistas de Bankia? Como las vacaciones se nos venían encima, y ya se sabe que para irse de vacaciones hay que dejarlo todo hecho, y como luego llegaron las vacaciones, pues aquí estamos contestando algo que parece que ha perdido actualidad pero que, personalmente, creo que no. Un poco de tiempo nos da perspectiva y en las próximas semanas volveremos sobre estos temas.

Voy a intentar explicar las cosas por un orden que no coincide con el de su curiosidad.

La depreciación de activos, bien sea porque las entidades adquirieron activos financieros que cayeron de precio, bien porque se adjudicaron inmuebles que no valen lo que los créditos que cancelaron, total o parcialmente, o bien porque de los créditos morosos y dudosos no se espera recuperar las cantidades prestadas, no van a ningún lado. Se habla de las provisiones, aunque técnicamente debería hablarse del deterioro de los activos, como si fuera una bolsita en la que los bancos y cajas ponen dinero para cuando van mal las cosas recogerlo. No es así. En el lado de la derecha de un balance (el activo) figuran los bienes y derechos que una entidad puede liquidar para obtener eso: liquidez. La valoración inicial se hace por su precio de adquisición, posteriormente por su valor razonable en algunos casos (activos muy liquidos como los que cotizan) o por su precio de adquisición más intereses acumulados (casi todos los demás). La pérdida de valor acumulada por estos bienes y derechos, porque no valen su precio de adquisición, se recoge en una cuenta que se llama deterioro acumulado, vulgarmente provisiones que no está muy bien dicho. La obsesión de la normativa contable porque este deterioro esté muy bien calculado es claro: que los activos estén adecuadamente valorados en los balances de las entidades porque de su liquidación depende que se puedan pagar los depósitos. A la dirección de las entidades puede no agradarle reconocer este deterioro por motivos diversos: es un reconocimiento de su mala gestión, piensan que es una situación transitoria y, sobre todo, les encarece el coste del endeudamiento, porque a un deudor menos solvente se le presta más caro. Además, cuando la entidad tiene forma de sociedad de capital, lo que ocurre en el caso de los bancos y las cajas rurales, el reconocimiento del deterioro producido en un año reduce su beneficio y, por tanto, el beneficio repartible: el dividendo. En el caso de las cajas de ahorros reduce las aportaciones a la obra social.

Las pérdidas del banco malo las asumirán sus socios hasta el límite de sus aportaciones. Como sabemos, la responsabilidad limitada en las sociedades de capital (anónimas, limitadas y cooperativas) supone que los socios ponen un dinero en la sociedad, esta última, además, se endeuda e invierte. Si la liquidación de las inversiones no diera para pagar a los acreedores, los socios perderán lo aportado pero no tendrán que reponer para que los acreedores cobren lo prestado. Los beneficios del banco bueno, por su parte, permitirán pagar dividendos a sus accionistas.

La estructura que ha diseñado el Grupo Bankia-BFA es curiosa. Vamos a tratar de explicarla. Las cajas acogidas al acuerdo han transferido todos sus activos a BFA, quedando como accionistas del mismo. A su vez BFA ha transferido sus mejores activos a Bankia, quedando el primero como accionista del segundo. Así el banco malo (BFA) es accionista del banco bueno (Bankia). Ahora Bankia puede endeudarse sin que sus acreedores teman que de la liquidación de los activos de éste no puedan allegarse recursos para pagarles, lo que reduce el coste de financiación de Bankia. Los acreedores de BFA corren un gran riesgo pues sus activos, salvo su participación en Bankia, son de escasísima calidad, pero el gran acreedor de BFA es el FROB.

Por último el dinero tomado en los mercados internacionales tiene que devolverlo el que lo ha tomado. Uno de los que ha tomado ese dinero ha sido el Estado y las Administraciones autonómicas y locales en algunos casos. Estos entes públicos se han endeudado fuera porque, al margen de que han gastado más que ingresado (déficit), los españoles han consumido más que ahorrado y no se lo han podido prestar. Los españoles también se han endeudado, normalmente con sus entidades de crédito, que como no encontraban ahorro interior han ido fuera de España a buscarlo. El problema para las entidades es que, normalmente, se han endeudado a un plazo más corto de aquel al que han prestado.

Eso es todo viejo, que decía Bugs Bunny.

Espero haber aclarado las dudas a mis amigos de Estrategias de Inversión.



Rubén Manso Olivar

Es Inspector de Entidades de Crédito y Ahorro del Banco de España en situación d excedencia y Profesor de la Universidad de Alcalá.En la actualidad dirige su propio despacho profesional, Mansolivar & IAX, dedicado al asesoramiento en normativa internacional contable a la dirección de entidades financieras y grandes compañías.