La recuperación económica mundial parece estar de nuevo con viento a favor, lo que lleva a pensar a que la Fed sigue con la idea de aumentar los intereses en diciembre próximo y a lo largo de 2017. Si bien el central americano se mantendrá cauteloso ante las inciertas perspectivas fiscales, esperamos que durante los próximos meses adopte un discurso más restrictivo. Consecuentemente, esto hace que contemplemos una continuación de la política de intereses reales negativos.

Hasta el momento, los inversores han estado satisfechos con la postura moderada y constructiva expresada por el presidente electo Donald Trump y la posibilidad de que su Administración impulse el crecimiento a través de una expansión del gasto fiscal. Igualmente, la sustentabilidad de la actual apreciación del dólar y la renta variable depende de la habilidad de Trump de formar un equipo de funcionarios creíbles que lo mantengan al margen de su carácter impulsivo.

En 2016 los “vigilantes” de divisas cambiaron el panorama del mercado FX al generar amplias fluctuaciones dentro de las divisas del G10 ante las perspectivas antagónicas de los inversores. En 2017 la volatilidad seguirá estando muy presente en los mercados de cambio y será exacerbada por las políticas actuales de los QE. El próximo año además, podrá pincharse la burbuja del mercado de bonos cuando comience a especularse con la posibilidad de una reducción de las políticas acomodaticias de los bancos centrales. De todos modos, es improbable que esto se dé en un modo distorsivo para los rendimientos, ya que la liquidez en el mercado de bonos no ha cambiado prácticamente a pesar del modo en que ha variado su generación.

Las materias primas se han apreciado en 2016 y deberían continuarlo haciendo en 2017, debido a que es probable que los activos rígidos se beneficien del plan de infraestructura de Trump. A pesar de que el consumo de materias primas depende de varios factores, es probable que siga alimentado por los emergentes, particularmente por China. Además de las perspectivas de un incremento de la demanda internacional de materias primas, el fuerte recorte de los gastos de capital mantendrá ajustados los niveles de oferta. Todo esto hace que de acá a unos años, todo el sector de materias primas mantenga unas perspectivas alentadoras.

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