Con 23,4 millones de habitantes, Taiwán se encuentra entre los Estados más densamente poblados y es el país con más habitantes y con la economía más potente de entre aquellos que no forman parte de las Naciones Unidas.

Taiwán es una superpotencia mundial en la fabricación de semiconductores con una cuota de mercado que llega al 63%, de acuerdo a las estadísticas ofrecidas por TrendForce. Los semiconductores permiten el paso de corriente eléctrica o no, siendo especialmente usado en la fabricación de componentes electrónicos que encontramos en la totalidad de dispositivos tecnológicos. Los semiconductores están presentes en nuestro móvil en una simple calculadora, pasando por la televisión, el ordenador, un coche, una placa solar o un aerogenerador eólico... Por tanto, son vitales para la transición ecológica.

Taiwán, Corea del Sur y China acaparan el 87% del mercado mundial de microchips, según datos de TrendForce. La taiwanesa TSMC, abreviatura de Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, es el mayor fabricante de chips del mundo con una cuota de mercado del 54% muy por delante del 17% de la surcoreana Samsung y del 7% de la también taiwanesa UMC.

TSMC es el gran proveedor de chips de Apple, pero también de otras grandes tecnológicas estadounidenses como Alphabet-A, QualcommNVIDIA o AMD. Mark Liu, presidente de TSMC, alertó en una entrevista con CNN del impacto que tendría para la industria tecnológica un conflicto entre China y Taiwán. "La guerra no tiene ningún ganador. Todo el mundo pierde y los taiwaneses se han ganado su sistema democrático en Taiwán y quieren poder elegir su forma de vida. Si China invade Taiwán, las fábricas de chips no podrán operar", apuntó.

COMPAÑÍA

CUOTA DE MERCADO

PAÍS

TSMC

54%

Taiwán

Samsung

17%

Corea del Sur

UMC

7%

Taiwán

GlobalFoundries

7%

EEUU

SMIC

5%

China

HH Grace

1%

China

PSMC

1%

Taiwán

VIS

1%

Taiwán

DB HiTek

1%

China

Tower Semiconductor

1%

Israel

Planes de inversión multimillonarios

En la actualidad, Asia es el lugar que concentra la mayor cuota de mercado a través de estas compañías, pero también el continente donde se producen estos chips gracias a la subcontratación por estas firmas y a la mano de obra barata existente

Estados Unidos acaba de aprobar la Ley de Chips y Ciencia, con una inversión de 52.000 millones de dólares (unos 51.200 millones de euros) con el objetivo de que diferentes compañías no puedan aumentar su producción en China. El gigante asiático tienen un programa similar de impulso a su industria que alcanza los 150.000 millones de dólares.

La ley estadounidense prohíbe a las compañías de chips que construyan fábricas o que aumenten las líneas de producción ya existentes en China, durante al menos una década. Las restricciones afectan tanto a empresas estadounidenses como Intel o GlobalFoundries, pero también a la holandesa ASML, TSMC o Samsung. Además, la normativa también prohíbe el desarrollo de la industria de chips en Rusia, aunque no de los de 28 nanómetros o anteriores.

Todos los países se han dado cuenta desde el estallido de la pandemia de la importancia de reforzar la producción nacional de semiconductores, vital en la transición ecológica y para la industria en general. En febrero, la Comisión Europea presentó una serie de medidas con las que aspira a movilizar hasta 43.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas -de los que 30.000 millones están previstos en el presupuesto europeo y planes nacionales--, con el objetivo de hacer de la Unión Europea una potencia en la producción de semiconductores capaz de cubrir el 20% de la demanda mundial en 2030.

Bruselas aboga sumar 11.000 millones de euros en inversiones públicas y privadas tanto de la UE como de países terceros para potenciar la investigación y desarrollo de la tecnología más avanzada en territorio comunitario, proyectos piloto para la creación de prototipos y reforzar el sector europeo.

De momento, Taiwán seguirá acaparando el foco mediático por las maniobras militares de China en los próximos días y semanas. El mercado, de momento, no ha sobrerreaccionado y descuenta que la situación no pasará a mayores, como sí se ha sucedido en Ucrania.