El Informe estabilidad financiera Primavera 2019, que publica el Banco de España, destaca como el sistema financiero español se sitúa en términos de eficiencia por encima de la media europea, de acuerdo a los datos publicados de la Autoridad Bancaria Europea (ABE) de diciembre de 2018. La eficiencia, es decir, el resultado entre los gastos de explotación y el margen bruto, es uno de los indicadores más utilizados a la hora de medir y comparar la productividad en el sector. Y la ratio que presentan los bancos españoles es de las más bajas, lo que significa de las mejores, de Europa (ver gráfico). O, lo que es lo mismo, son las que menos necesitan gastar para obtener ingresos. A la cola se sitúan las entidades financieras de Francia y Alemania, con cifras que superan ampliamente la media europea -por encima del 70% y el 80%, respectivamente-. 

Entre los grandes bancos españoles, Banco Santander, con una eficiencia del 47,4%, lidera el ranking del sector, seguido de BBVA (49%), Bankinter (51,2%), Bankia (54,6%), Sabadell (54,72%) y Caixabank (67%), según los resultados presentados por las entidades al cierre de primer semestre del año.

Sin embargo, mejorar la rentabilidad sigue siendo el gran caballo de batalla. Un reto complicado de acometer si se tiene en cuenta que la desaceleración económica europea y los bajos tipo de interés, con el euríbor en mínimos históricos, pondrán aún más presión sobre los márgenes de las entidades. La eficiencia puede ser una palanca clave. Según aseguró recientemente la subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, en una jornada organizada por la consultora KPMG sobre los retos del sector, “en este entorno, una vía de mejora vendría por el lado de la reducción de costes y la consiguiente mejora de la eficiencia”. En su opinión, “aunque nuestras entidades han realizado un esfuerzo realmente notable en lo que respecta al ajuste de la sobrecapacidad existente antes del estallido de la crisis, puede seguir existiendo cierto margen de mejora. En todo caso, las ganancias de eficiencia adicional parecen estar muy ligadas a la llamada transformación tecnológica”.

Precisamente este proceso de transformación es el pilar en el que se asienta la estrategia de Banco Santander. “Invertir en transformación digital de manera global ya nos ha reportado ahorros por valor de 680 millones de euros en 2018. En el medio plazo, el objetivo es generar ahorros adicionales recurrentes de cerca de 1.200 millones de euros”, ha asegurado Ana Botín. De hecho, Banco Santander anunció el pasado mes de abril en su encuentro con los inversores (Investor Day) su intención de reducir la eficiencia hasta situarla entre el 42% y el 45%.

Santander prevé aumentar su capacidad operativa aprovechando la diversificación y el tamaño del grupo, lo que unido a una gestión eficiente permitirá este ahorro de costes anual progresivo. El principal foco está en Europa, donde los planes de la entidad contemplan una reducción de la base de costes del 10% (1.000 millones de euros), de los que 250 millones vendrán de la integración del Popular y, el resto, de la optimización de recursos de tecnología y operaciones.

Para ello, el grupo presidido por Botín tiene en marcha en Europa distintas iniciativas que permitirán una mayor integración de los negocios y servicios compartidos. “En el actual entorno macroeconómico, caracterizado por un prolongado periodo de bajos tipos de interés, estamos trabajando en nuestra franquicia, con el objetivo de simplificar nuestras estructuras y operar de manera integrada en el medio plazo”, sostienen desde el banco. Entre ellos, la integración de las distintas plataformas tecnológicas y la aceleración del proceso de transformación digital, que ayudará además a mejorar la experiencia del cliente y a ampliar los canales de distribución de los productos y servicios. También esperan obtener sinergias adicionales de los procesos de integración en marcha, como es el caso no sólo del Popular en España sino también del negocio minorista y de pymes de Deutsche Bank Polska en Polonia.

Los esfuerzos ya han comenzado a generar ahorros. Los resultados del primer semestre empiezan a reflejar las primeras sinergias y los costes descienden en Europa un 3% en términos reales, apoyados en los recortes en España (-9%), Reino Unido (-3%) y Portugal (-5%).