El punto fundamental es qué está pasando con las fuertes caídas que se producen en los activos cripto. Un entorno que está más sólido que nunca: hay una regulación avanzada en Europa que impulsa la tokenización de mercados, en Estados Unidos se avanza con la aceptación de las stablecoins y el ecosistema institucional ha entrado de lleno en el mundo cripto. La banca y los mercados financieros tradicionales ya participan activamente.

Sin embargo, los precios no reflejan ese progreso, sino todo lo contrario, algo que contrasta con etapas anteriores en las que el entusiasmo impulsaba las expectativas y empujaba los precios al alza aun sin fundamentos claros.

La situación actual, está fuertemente influida por la macroeconomía, según Oriol Blanch: la liquidez global se está reduciendo y existe incertidumbre sobre si en diciembre habrá o no un recorte de tipos de interés en Estados Unidos. El mercado se ha vuelto pesimista en apenas unas semanas, cuando hacía poco predominaba un sentimiento alcista muy marcado. Esto ha generado volatilidad y caídas bruscas, alimentadas también por el temor y el cambio de expectativas.

Plantean, además que el patrón típico de ciclos cripto —con una fase de euforia final y máximo histórico coincidiendo con los últimos trimestres de cada ciclo— no se ha visto todavía, especialmente en las altcoins, que no han vivido su gran momento en esta ocasión. Aunque Bitcoin sí marcó máximos, el mercado secundario no ha acompañado como en ciclos anteriores. Algunos expertos creen que aún podría darse una fase de euforia que cierre el ciclo, mientras otros consideran que estos patrones ya no son aplicables en un entorno más maduro y regulado.

Otro elemento relevante es el comportamiento de las grandes ballenas e instituciones. Se ha producido una transferencia: las ballenas que acumulaban desde septiembre y octubre han tomado beneficios, mientras que las instituciones, por ejemplo a través de ETFs, han reducido presión compradora debido al cierre del diferencial en operaciones de arbitraje. También se menciona que algunas empresas como MicroStrategy han perdido capacidad de seguir comprando con la intensidad previa. Todo esto ha disminuido el flujo de capital nuevo que absorba las caídas del mercado.

Respecto a los fundamentos del mercado cripto, destacan que no solo no han empeorado, sino que son más sólidos que nunca: crecimiento en la adopción institucional, desarrollo de infraestructura financiera tokenizada, mejora en la regulación y estabilidad del ecosistema tras dejar atrás quiebras anteriores como FTX o Celsius. La conclusión compartida es que la caída de precios no está acompañada de un deterioro fundamental, sino principalmente de un miedo generalizado y falta de visibilidad macroeconómica.

Destacan, por último, que no se trata de una recomendación de inversión, pero sí de una invitación a reflexionar: cuando el sentimiento del mercado es extremadamente negativo, históricamente suelen aparecer buenas oportunidades para construir posiciones de manera gradual y con riesgo controlado, siempre en función del perfil de cada inversor.