En el corto plazo las tensiones geopolíticas en Ucrania e Irak han ayudado a la ruptura de los 1.250 dólares por acción. A corto plazo, si mantiene este soporte podría subir hasta los 1.275 dólares, pero la debilidad es manifiesta, pues las compras no son sólidas.
En el medio plazo los indicadores fallan en volumen y en momentum, lo que le aportan ese carácter marcadamente bajista. La única bondad es la disminución de la volatilidad. De volver a ver al oro por debajo de 1.250 dólares, podría regresar a niveles mínimos del año en 1.182 dólares.