Entre los principales factores que explican el empeoramiento de la perspectiva, Moody's señala el deterioro de las proyecciones de crecimiento tras cuatro años con un ritmo bajo de expansión. Así, estima que la economía brasileña crecerá menos de un 1% este año, por debajo de su potencial del 3%.
“Dada la ausencia de cualquier signo de recuperación, Moody's cree que el próximo Gobierno de Brasil se enfrentará a unas condiciones económicas deprimidas”, señala. Asimismo, espera que “los parámetros de deuda del Ejecutivo podrían deteriorarse aún más en vista del descenso del superávit primario en un contexto de bajo crecimiento del PIB y tipos de interés más altos”.