Sin embargo, la mayor parte de los participantes del mercado no cree que se vayan a producir importantes caídas en el corto plazo, pues “parecen confiar en que los bancos centrales mantendrán su apoyo a los precios de los activos, lo que limita todas las correcciones y las hace poco profundas”, señala.
Y es que, “después de todo, seguimos en un mundo inundado de liquidez”. Si la opinión de los inversores con los que El-Erian ha conversado “es representativa del consenso del mercado, veo tres implicaciones: hace falta mucho para acabar con la fe de los inversores en los bancos centrales como valedores del mercado; cuando esta fe desaparezca (si es que lo hace), la corrección puede ser muy pronunciada y de base amplia; mientras tanto, los inversores están dispuestos a 'surfear' las olas de liquidez de los bancos centrales, aunque con nerviosismo”.