Moderna ha dejado de ser solo "la empresa de la vacuna COVID". El mercado está premiando su nuevo plan de eficiencia:

Recorte de gastos: La empresa ha reducido sus gastos operativos en casi 700 millones de dólares, lo que ha permitido que sus pérdidas sean mucho menores de lo que esperaban los analistas.

Diversificación del pipeline: Ya no dependen de un solo producto. Tienen aprobaciones recientes para vacunas contra el Virus Respiratorio Sincitial (RSV) y están avanzando con fuerza en su vacuna combinada (Gripe + COVID)

Objetivo 2028: La compañía ha convencido a los inversores con su hoja de ruta para alcanzar el punto de equilibrio financiero ( breakeven) en 2028.

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Éxitos clínicos y noticias positivas

En los últimos 30 días, dos noticias han servido de gasolina para la acción:

Seguridad a largo plazo: Un gran estudio publicado en Francia a principios de diciembre confirmó la seguridad y eficacia sostenida de sus vacunas, disipando dudas que pesaban sobre el valor.

Avances en Oncología: Los inversores están muy atentos a su colaboración con Merck en terapias personalizadas contra el cáncer (terapia intismeran), que se encuentra en fases avanzadas y podría ser el próximo gran salto de la empresa.

Además, Moderna ha logrado una mejora de la liquidez y "sentimiento": A diferencia de otras biotecnológicas que queman caja desesperadamente, Moderna ha logrado aumentar su previsión de efectivo para el cierre de 2025 (proyectando entre 7.100 y 7.600 millones de dólares). Esto le da un "colchón" de seguridad que ha atraído de nuevo a los inversores institucionales tras meses de ventas masiva

El precio objetivo de Moderna a 12 meses es de 36 euros por acción, lo que le da un potencial del 12% . La mayoría del consenso ( 60%) prefiere mantener y esperar a la presentación de los próximos resultados de la compañía.