La experiencia de vivir está llena de fascinaciones y de curiosidades. A veces la propia evolución de la historia de las civilizaciones nos ha hecho olvidar aquello de ¿quiénes somos? y ¿de dónde venimos? O simplemente, plantearnos, ¿el porqué de las cosas? La evolución social y el avance de la tecnología han desarrollado una clase social media, cada vez más despreocupada y con menos problemas. La gran particularidad del desarrollo capitalista, ha sido la creación del consumidor y hoy en día los problemas sociales de las economías desarrolladas distan mucho de los problemas que antaño azotaban el mundo, como el hambre y las guerras. El sacrificio de las sociedades siempre se ha desarrollado con la evolución de la tecnología y a lo largo de las civilizaciones hemos vivido diferentes revoluciones, que de un modo u otro han acabado con el establishment social.

La revolución francesa fue el primer paso hacia la democracia y la revolución industrial, el primer paso a la implantación de la burguesía. Hoy en día vivimos una era fascinante, la era de la revolución en las comunicaciones y el gran desarrollo tecnológico, lo que nos ha permitido pasar de una economía industrial a una economía de servicios, lo que por definición es un paso más, del asentamiento capitalista, en el bienestar social. Piénsenlo, las máquinas hacen el trabajo duro y los ordenadores han logrado desarrollar complejos cálculos matemáticos en milisegundos. Todos estos avances, han logrado que el mundo vaya a una velocidad difícilmente asumible. Está claro que toda era de cambios tiene que llegar a un fin, en el que el horario laboral se reduzca y las empresas de servicios dominen un mundo, cada vez más sostenible y más simple. Sin embargo, si bien es cierto que el capitalismo y el desarrollo social tiene cada vez más ventajas, también es cierto que lleva implícito un camino en la decadencia en la moral de nuestra sociedad.



Las enfermedades psicológicas cada vez tienen más peso en nuestra sociedad y los problemas sociales radican muchas veces en la falta de ética y moral. Probablemente estén de acuerdo conmigo o no, pero entiendo que nuestra sociedad, es la mejor de todas las civilizaciones que jamás han poblado el planeta tierra, pero también es cierto, que vivimos en una importante crisis de valores, en la que la solidaridad, el esfuerzo y el sacrificio brillan en muchos casos por su ausencia y en el que la codicia y la vanidad de las personas, se traslada a la cúspide de lo social, y nos permite ver casos absurdos, como los que hemos vivido en esta grave crisis que el mundo ha tenido que afrontar. Los casos de Urdangarín, Bárcenas y la quiebra del sistema bancario español, nos demuestran que no es importante tenerlo todo, sino que lo que realmente importa es tener por tener, sin valorar el coste de las cosas y eso es probablemente el gran problema social, y es que en resumen; todo es demasiado simple.

Tal vez por este motivo me enorgullece ser Trader y dedicarme a los mercados financieros. Yo escogí ser Trader, para tratar de comprender el capitalismo y sacar provecho de él. Gracias al mercado he asistido probablemente a los años más intensos en información que ha conocido la humanidad, gracias a la globalización. Cada noticia, se refleja en dichos mercados como una perfecta sinfonía y de cada conclusión he hecho decisión. Las decisiones tomadas han marcado la historia de mi vida y he llegado a comprender de manera implícita todos los mensajes de los banqueros centrales, políticos, empresarios y de qué manera los diferentes conflictos afectan al mercado de valores. El Trading llamó a mi puerta para quedarse y sé que seré Trader toda mi vida.



El Trading es un reto intelectual terrible y en mi trabajo soy en parte artista (análisis técnico), economista (análisis macro), auditora (value investing), psicóloga (reacción y comportamiento del precio), estratega (plan de Trading) pero por encima de todo, un Trader es un filósofo, un sabio. Una característica común en todos los Traders, es la reflexión y el sentido común. En nuestro trabajo tomamos cientos de decisiones y nos equivocamos cientos de veces. La frustración, la ambición, la codicia, el miedo, la desesperación, el arrepentimiento, la negación de la evidencia, el optimismo, el frenesí o el éxtasis forman parte de nuestro estado emocional a lo largo del día. El mercado es voraz y poco escrupuloso, capaz de llevarse el ahorro duramente logrado durante toda una vida en cuestión de minutos, créame, toda advertencia es poca si ha decidido ser Trader.

Más allá de la complejidad del mercado y de la enfermedad sistémica del hombre, de tratar de adivinar el futuro de las cotizaciones, un Trader tiene que tratar de diagnosticar el ahora y sacar tajada de ello. Las economías se debatirán siempre entre la crisis y el sobrecalentamiento y el sesgo de la sociedad y por ende, de los inversores siempre se retroalimentará. Un especulador debe luchar contra el propio temor impuesto por el ruido del mercado y actuar con decisión ante las oportunidades que nos ofrece Mr. Market. Del mismo modo, un operador siempre debe luchar contra su propia codicia, para saber liquidar sus beneficios, en el momento que parece que la bonanza jamás terminará. Llevo toda mi vida racional operando en bolsa pese a mi juventud y créame, a pesar de ser consciente de ello, el ímpetu social se apodera de mi mente y no es fácil actuar con decisión, por ello, muchas veces pienso que cuando el temor se apodera de mi decisión de comprar es buena señal y que si estoy muy segura de ello, probablemente es que algo debo estar haciendo mal.

Como pueden comprobar, el Trading es un puzzle que hay que encajar. Cada pieza requiere su tiempo y cada tiempo requiere una suma de experiencias que en el mercado, créame son muy caras.
Ayer vivimos al fin el primer invite bajista en muchos meses, con una dura caída en las bolsas americanas de alrededor de un 2%. La fuerte caída del mercado americano me hizo pensar sobre el punto álgido del mercado puesto que cada día son más los analistas que advierten sobre la sobreventa exagerada del mercado de acciones americanas. En ese punto, probablemente sin saber el motivo el mercado comenzará con una fuerte caída y tras un proceso de negación, el mercado bajista habrá comenzado, y claro, viendo la caída de hoy mi pregunta es; ¿Podría ser este el punto? La respuesta es irrelevante, puesto que el mercado seguirá a lo suyo y probablemente el proceso técnico de distribución siga su curso algunos meses más, pero no olviden que para anunciar el próximo mercado bajista, necesitaremos ver los precios un 10-15% abajo, lo que nos exige ser muy prudentes en nuestra toma de decisiones y más ahora que nos acercamos al fatídico mes de octubre, el mes en el que se han sucedido los crashes más famosos de la historia de la bolsa moderna, el del ’29, el de mi favorito ’87 y el del 2.008.

¿Viviremos un nuevo crash como el de 1.987? Aquel crash, basado más en la aberración de los precios que no en la propia economía podría ser a lo que nos enfrentamos y lo peor de todo ello, es que no podremos hacer nada, puesto que el daño colateral del quantitative easing es irremediable, cosas del mercado, el problema es saber cuándo y la respuesta es imposible de saber. Por este motivo, mientras los índices no pierdan sus soportes relevantes, no podemos concluir nada más que una corrección secundaria en las bolsas americanas y para ello deberíamos ver al SP500 por debajo de los 1.900 puntos, así que mientras eso no suceda, simplemente extremaremos la cautela operativa buscando momento en bolsa española y estando por ahora, alejados de la bolsa americana en ideas de largo plazo.