El año avanza con los mercados desafiando cualquier pronóstico y una sensación de optimismo que parece no tener fin. La renta variable sigue marcando máximos, los beneficios empresariales superan las expectativas y el entusiasmo inversor ha vuelto con fuerza. Sin embargo, entre tanta euforia en las bolsas, comienzan a escucharse advertencias que invitan a mirar con más calma. “Estamos en un momento de cierta complacencia”, señalan algunos gestores, “en el que se han olvidado los riesgos que hace solo unos meses preocupaban, como el impacto arancelario o las presiones inflacionistas”. La falta de datos en Estados Unidos, derivada del cierre parcial del Gobierno, añade un elemento de incertidumbre a un mercado que avanza más por inercia que por convicción. Aunque la micro y la macro siguen sosteniendo la narrativa positiva, lo cierto es que ya no existen los catalizadores que impulsaron el rally inicial, y el riesgo de agotamiento planea en el ambiente.
En este contexto de optimismo vigilado, el crédito corporativo emerge como un refugio más estable. Las economías desarrolladas crecen a un ritmo moderado, y ese equilibrio, lejos de ser un obstáculo, ha demostrado ser históricamente favorable para la deuda empresarial, en especial para el segmento high yield. Las compañías mantienen una notable solidez financiera, con apalancamientos contenidos, bajos niveles de impago y un acceso fluido a los mercados de capital. Gonzalo Ramón-Borja, de Swisscanto Asset Management International, explica que “en los últimos cinco años, el porcentaje de emisores con rating BB ha pasado del 35% al 55%, y los rendimientos actuales, en torno al 6%, siguen siendo atractivos incluso con spreads ajustados”. A su juicio, la deuda secured dentro del high yield ofrece un equilibrio interesante: “funciona como una especie de put implícita, protegiendo al inversor frente a ampliaciones de spreads y reduciendo la exposición a tramos más arriesgado
La estabilidad del crédito contrasta con la efervescencia tecnológica. La inteligencia artificial ha monopolizado el relato financiero, convertida a la vez en promesa y sospecha. Algunos hablan de burbuja; otros, de oportunidad histórica. Andrés Allende, socio de A&G Banca Privada, lo tiene claro: “La inteligencia artificial está apenas en sus primeros pasos. Su democratización comenzó con ChatGPT en 2022, y tres años no bastan para decir que hemos ido demasiado lejos”. Allende subraya que las capacidades crecen de forma exponencial y que la inversión global —entre 400.000 y 500.000 millones de dólares este año— sigue respaldada por compañías con recursos casi ilimitados. “Queda mucho camino antes de hablar de burbuja; apenas estamos viendo el principio”, concluye. La inteligencia artificial, con su promesa de ahorro de costes y mejoras de productividad, sigue siendo uno de los grandes motores del entusiasmo bursátil.
Ese entusiasmo se refleja con especial fuerza en las tecnológicas estadounidenses, que continúan liderando la recuperación de los mercados globales. Pablo García, director general de Divacons Alphavalue, apunta que ha regresado la estrategia del buy the dip, comprar en las caídas, impulsada por unos resultados empresariales que baten previsiones y por la expectativa de que la Reserva Federal comience pronto a bajar los tipos. “Las compañías están sorprendiendo al alza tanto en ventas como en beneficios por acción, y aunque las valoraciones están exigentes, los beneficios justifican buena parte del recorrido”, explica. El analista señala además que sectores como la banca y la electrificación siguen ofreciendo atractivo, con empresas como Iberdrola beneficiándose del impulso hacia la transición energética.
Y precisamente la energía se ha consolidado como uno de los pilares más firmes del mercado español. El sector petrolero y energético avanza posiciones y lidera las subidas en el año, consolidando resistencias y mostrando un sesgo claramente alcista. El índice sectorial ha superado niveles clave y los indicadores técnicos respaldan un escenario de continuidad en la tendencia. En un entorno marcado por la volatilidad y la dispersión, la energía se mantiene como uno de los pocos refugios que combinan estabilidad y potencial.
Fuera de las fronteras europeas, Brasil vuelve a brillar en el radar de los inversores internacionales. Con un real fortalecido, un mercado bursátil líquido y una política monetaria que empieza a relajarse, el país se posiciona como el destino más atractivo de América Latina. Pese a los riesgos fiscales y políticos, su estructura económica se mantiene sólida, con un crecimiento previsto del 2,2% en 2025 y del 1,5% en 2026. Según BBVA Research y JP Morgan, Brasil ofrece un equilibrio poco común entre rentabilidad real y estabilidad relativa, convirtiéndose en una apuesta recurrente para los fondos que buscan diversificación regional.
Entre tanto, muchos inversores se mantienen a la espera, con una elevada liquidez que aún no se ha atrevido a entrar en el mercado. Esa parálisis, sin embargo, también es una decisión. La recomendación de los expertos es clara: dejar trabajar la liquidez, invertir en bonos corporativos de calidad con vencimientos intermedios y aprovechar los recortes para incorporar posiciones defensivas en sectores como el sanitario o las eléctricas. Y, sobre todo, tener una lista de compra preparada, porque en un entorno donde las correcciones son breves, la rapidez puede marcar la diferencia.
Más allá del corto plazo, la lección más valiosa sigue siendo la misma: invertir cuanto antes. La magia del interés compuesto no distingue entre grandes fortunas y pequeños ahorradores, solo entre quienes empiezan temprano y quienes esperan demasiado. En los últimos años, la democratización del acceso a productos antes reservados a inversores institucionales —como el fondo Crédito Alternativo Selección de Capital Strategies Partners— ha permitido que cualquiera pueda participar en estrategias sofisticadas sin disponer de grandes patrimonios. En un mundo de volatilidad constante, empezar es, más que nunca, la mejor inversión posible.
Desde Estrategias de Inversión, ayudamos y acercamos el mundo de la inversión a todos los perfiles. Así, Ei ofrece cursos y webinarios gratuitos para aprender y mejorar la inversión en mercados financieros sobre análisis fundamental, técnico, criptomonedas y trading, reforzando la formación como parte de la estrategia de inversión.
Suscríbete a Estrategias de Inversión premium y descubre los mejores análisis y herramientas para invertir, des de solo 55 euros al año.