Con fecha del 23 de octubre Bestinver ha remitido un requerimiento a García Paramés en el que se insta a García Paramés a "cumplir" con las obligaciones derivadas de los contratos anteriormente suscritos "y en particular, de la obligación que le incumbe de abstenerse de competir o perjudicar los intereses de la empresa durante el plazo efectivo de dos años" desde la anulación de su relación, que se produjo a finales del mes de septiembre. 


Finalmente,
la salida de García Paramés para comenzar "un proyecto personal" se llevó a cabo para poner fin a una relación tortuosa entre el gestor y la dirección, que era evidente a todas luces. Paramés comunicó a la gestora el 11 de junio su intención de abandonar, tres meses antes de que se hiciera efectiva su marcha. 

Lo cierto es que el daño que ha causado la salida del gestor estrella de fondos como el Bestinver Bolsa es cuantificable. Según datos elaborados por Morningstar, la sangría de capitales sufrida por Bestinver asciende hasta los 1.400 millones de euros y todavía podría ir a más. Fernando Luque, editor jefe de la publicación, reconoce que aquellos inversores cuyas cláusulas a doce meses vencen en un corto periodo de tiempo podrían decidir, ya sin penalización de reembolso, hacer las maletas e irse. 

Luis Rivera avisa, además, vía requerimiento: el incumplimiento "unilateral de las obligaciones" acarreará "responsabilidad de diferente índole" reservándose "el derecho a acciones, judiciales y extrajudiciales" que les corresponden.