¿Por qué las recompras se han convertido en una herramienta tan popular entre las grandes empresas, sobre todo en EE. UU.?

El objetivo principal de las recompras es aumentar el beneficio por acción (BPA). En empresas con negocios en crecimiento, como tecnológicas o biotecnológicas, el BPA mejora porque los resultados aumentan. Sin embargo, en sectores más maduros, como muchos dentro del S&P 500, el crecimiento es más limitado. Ahí es donde entran las recompras: reduciendo el número de acciones, el BPA mejora aunque el negocio no crezca mucho. Además, es una herramienta flexible frente a los dividendos, que son más rígidos y que las empresas prefieren no reducir en tiempos de crisis. Las recompras permiten gestionar mejor la caja y la retribución al accionista.

Se dice a veces que las recompras "inflan artificialmente" el precio de la acción y para algunos restan dinero a la inversión productiva. ¿Esto es realmente así?

En términos generales, no es así. Si una empresa necesita invertir y en lugar de hacerlo destina ese dinero a recomprar acciones, puede que el BPA mejore a corto plazo, pero a largo plazo los beneficios se resentirían. Por tanto, usar las recompras como una estrategia sostenida requiere tener un negocio sólido. En cuanto a su impacto en el precio de la acción, en el estudio he visto que durante el periodo de ejecución no suele haber un aumento anormal en el precio. Lo que sí ocurre es un "efecto anuncio": cuando una empresa anuncia una recompra, el mercado lo interpreta como una señal positiva y eso sí puede impulsar la acción inicialmente.

¿A qué se debe que en Europa no esté tan extendida esta práctica? 

En EE.UU. empezó en 1982 gracias a un cambio legislativo que permitió estas operaciones con más flexibilidad. En Europa, en cambio, la tradición era pagar dividendos, y el marco regulatorio no era tan claro hasta el Reglamento de Abuso de Mercado que llegó en torno a 2012-2015. Además, la pandemia actuó como un detonante: las valoraciones bajaron mucho y eso hizo más atractivas las recompras como herramienta para crear valor.

El sector bancario europeo, tras la pandemia, sí que ha comenzado a recomprar acciones. ¿Por qué en este sector? 

Porque la infravaloración en el sector bancario era mucho más acusada. Además, el BCE suspendió el pago de dividendos durante la pandemia. Los bancos, que ya venían de valoraciones bajas tras la crisis de 2008, se vieron aún más penalizados. En ese contexto, las recompras eran muy efectivas para generar valor.

¿Cómo puede un inversor saber si una recompra concreta aporta valor a largo plazo, o es solo una operación para maquillar resultados? ¿Qué señales debería vigilar cuando una empresa anuncia un nuevo programa de recompra? 

La clave es observar los planes de inversión. Si una empresa aumenta recompras a costa de reducir inversiones ya anunciadas, podría ser un signo de una estrategia cortoplacista para maquillar el BPA. En cambio, si las recompras son consistentes con una estructura financiera sólida y no afectan los planes de inversión, son una herramienta positiva.

Desde un punto de vista macroeconómico, ¿pueden las recompras ayudar a estabilizar los mercados tras caídas fuertes?

Sí. En EE.UU., donde las recompras son más flexibles, las empresas ajustan el ritmo según el mercado. Por ejemplo, en agosto del año pasado, tras caídas fuertes por cambios en los tipos de interés en Japón, las empresas aumentaron significativamente las recompras. Estoy convencido de que algo similar ocurrió tras las recientes caídas de abril. Esto actúa como un estabilizador del mercado.

Con la creciente presión regulatoria y los criterios ESG, ¿cree que las políticas de recompras van a cambiar en los próximos años?

No creo que los criterios ESG afecten mucho a las recompras. Lo que sí influye es la regulación específica. En Europa, el Reglamento de Abuso de Mercado es muy estricto y obliga a una transparencia total. En EE.UU., aunque hay menos transparencia, la SEC vigila muy de cerca. No veo cambios regulatorios significativos en el corto plazo.

Para cerrar: ¿qué tres ideas clave le gustaría que nuestros oyentes retuvieran hoy sobre las recompras de acciones

  • Las recompras son muy útiles para mejorar el BPA en sectores maduros o de bajo crecimiento.
  • Desde la crisis de 2008, las empresas son más cautas en sus inversiones, lo que puede haber reducido el crecimiento, pero también ha hecho que las compañías sean más sólidas y resistentes a las crisis.
  • Las recompras no influyen de forma significativa en el precio de las acciones durante su ejecución, aunque sí hay un efecto anuncio positivo cuando se comunican al mercado.

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