
La fuerza de la IA, de la inteligencia artificial generativa es una moneda de doble cara. Y es que lo que ha reavivado hasta máximos y revivido a empresas tech que se había quedado atrás en este campo con subidas exponenciales desde el infierno de los aranceles y los problemas con China, se muestra ahora, en su vertiente positiva como un obús ante el mero anuncio de inversiones multimillonarias.
Pero, también se convierte en una pesadilla cuando los inversores empiezan a pensar en sobrecompra o que los valores ya lo han descontado en precio, en el mejor de los casos, o en el peor, señalando que las inmensas sumas de inversión pueden finalmente no concretarse.
Más allá de la simple burbuja, en la que buena parte del mercado está de acuerdo en que, al menos, no se parece ni de lejos a la de las puntocom por el momento de mercado que vivían unas y otras compañías, nos preguntamos sin esta lluvia de dinero puede seguir impulsando a los principales valores del sector. Y por supuesto sin contar con que los problemas entre EE.UU y China escalen y les afecten.

Bank of America pone sobre la mesa que sigue confiando en tres de las compañías más importantes del sector que acaban de anunciar este tipo de acuerdos. La primera de ellas es la más grande, NVIDIA.
Todo ello mientras hace solo unos días su CEO, Jensen Huang, dijo que la demanda ha aumentado enormemente este año a medida que los modelos de inteligencia artificial se desarrollan más allá de responder preguntas simples a razonamientos complejos.
E indicando que la demanda es elevadísima en el caso de su chip de última generación Blackwell, mientras que considera que, lo que está pasando, es "el comienzo de una nueva expansión, el comienzo de una nueva revolución industrial”.
Para BofA, NVIDIA es una compra, mientras la que la megainversión de 100.000 millones prevista en los centros de datos que construirá la 'madre' de ChatGPT, OpenAI, de 10 gigavatios con sus chips, " no supone que la compañía está entregando dinero o GPU 'gratis'. Por cada 10 % o 10.000 millones de dólares que Nvidia despliegua, OpenAI tendrá que asegurar primero el espacio en el centro de datos, un gigavatio de energía fiable y una inversión total de entre 50.000 y 60.000 millones de dólares para su despliegue en infraestructura".
Y continúa indicando que "entonces Nvidia aportará 10.000 millones de dólares y no solo obtendrá entre 30.000 y 40.000 millones de dólares en ventas de los 50.000 a 60.000 millones de dólares en gastos de capital de OpenAI, sino que también obtendrá una participación accionarial en la empresa, y este proceso se prolongará hasta los 10 GW".
Es lo que la firma considera, un multiplicador de fuerza, pero no una inversión sin retorno decidido ni que caiga en saco roto para la primera compañía del mercado.

El precio objetivo fijado por BofA para NVDA es de 235 dólares por acción, basado en un PER de 37x sobre los beneficios estimados para 2026 (ex efectivo), nivel intermedio dentro de su rango histórico. La entidad justifica esta valoración por el liderazgo de Nvidia en los mercados de computación y redes para IA, aunque advierte de riesgos ligados a la volatilidad del mercado gaming, la posible desaceleración de grandes proyectos de inteligencia artificial, las restricciones a las exportaciones a China y un eventual escrutinio regulatorio por su posición dominante en chips de IA.
Así responde BofA a las preocupaciones de los inversiones, también mirando a Advanced Micro Devices, AMD y a Broadcom sobre los que reitera compra, ante la circularidad de las inversiones entre proveedores y clientes, sin un valor económico añadido real.
"La percepción/imagen es negativa-señalan desde Bank of America- y evoca recuerdos desagradables de los miles de millones en financiación de proveedores y las condiciones de pago favorables de los proveedores de equipos de telecomunicaciones durante el auge y la posterior caída de las puntocom en el año calendario 2000", apostillan desde el banco americano
Todo ello mientras consideran que "el éxito de la IA tiene poco que ver con la financiación de los proveedores y, en nuestra opinión, depende mucho más del ritmo práctico de construcción de centros de datos y del acceso fiable a los servicios públicos (electricidad, agua)".

Y no solo se fija en el dinero que supone, sino en que el compromiso de desplegar hasta 250 GW de capacidad informática hasta 2033, es el universo en el que representan solo una mínima cantidad los 10GW comprometidos con Nvidia o los 6 GW de AMD. Aunque también indican que, habrá que estar atentos a cuanto gigavatios se despliegan finalmente, porque esos, de completarse, solo representan el 6% de los planificados en los próximos 8 años por parte del creador de ChatGPT.
Pero no solo en su capacidad en los centros de datos, sino los 100.000 millones de Nvidia y lo representan, a pesar de ser una cifra que ahora nos parece astronómica. El modelo de gasto anual que establece Bank of America alcanza los 1,2 billones anuales hasta el año 2030, lo que indica un gasto fiscal acumulado entre 2026 y 2030, por lo que la cantidad de Nvidia "palidece frente al gasto global presupuestado".

