Esta práctica ha convertido a Vietnam en el blanco principal de las críticas por parte del gobierno estadounidense. Según señala Financial Times, las exportaciones de China a la región aumentaron más de un 20% el mes pasado, lo que ha contribuido a compensar la caída del comercio directo con Estados Unidos.

Esta tendencia ha reavivado las sospechas de que las empresas chinas están utilizando países del sudeste asiático como plataforma para eludir los aranceles punitivos que impone la administración Trump.

El sudeste asiático, en el centro de las tensiones comerciales

La práctica del transbordo, que consiste en enviar productos a un país para ser reetiquetados o modificados mínimamente y luego exportados a otro destino, ha pasado a ocupar un lugar central en las negociaciones arancelarias entre Washington y varios países del sudeste asiático. Funcionarios estadounidenses consideran que esta estrategia está siendo utilizada como una vía indirecta para continuar exportando bienes chinos al mercado norteamericano, eludiendo así los altos aranceles impuestos por EE.UU.

El representante comercial estadounidense, Jamieson Greer, tiene previsto abordar este asunto durante la reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Corea del Sur. Allí, los países implicados esperan suavizar las tensiones, en un contexto en el que Washington y Pekín han pactado una tregua temporal en su guerra comercial.

Vietnam, en el punto de mira

Vietnam se encuentra bajo especial observación. En los últimos años se ha consolidado como un hub manufacturero en la región, gracias a la salida de producción desde China tras las primeras medidas proteccionistas de la era Trump. El país ahora mantiene el tercer mayor superávit comercial con Estados Unidos, solo superado por China y México.

A pesar de este éxito económico, ha sido acusado en repetidas ocasiones de permitir el transbordo ilegal. En abril, la administración Trump impuso un arancel del 46 % sobre productos vietnamitas, aunque posteriormente concedió una prórroga de 90 días.

El primer ministro Pham Minh Chinh, durante un encuentro con ejecutivos estadounidenses esta semana, reconoció que este asunto es una de las principales prioridades de EE.UU. en las negociaciones comerciales. En respuesta, Vietnam ha comenzado a reforzar los controles sobre esta práctica.

El desvío de mercancías, una práctica difícil de rastrear

Muchas compañías instalan operaciones de ensamblaje en terceros países del sudeste asiático o aplican transformaciones que permiten alterar el país de origen del producto, cumpliendo con la legalidad. Sin embargo, otras recurren simplemente a la reetiquetación, sin añadir valor real, una maniobra que es ilegal y difícil de rastrear.

Datos recientes de aduanas chinas revelan que las exportaciones a la región aumentaron un 21 % en abril, coincidiendo con una caída similar en los envíos hacia EE.UU. El incremento fue especialmente marcado en Vietnam, Indonesia y Tailandia, lo que refuerza la idea de que parte del comercio redirigido termina en el mercado estadounidense bajo una nueva etiqueta.

Compromisos con EE.UU. para evitar sanciones

Desde que se anunció la nueva oleada arancelaria bajo el principio de reciprocidad promovido por Trump, otros países como Indonesia, Tailandia y Malasia han mostrado su disposición a aumentar la vigilancia sobre el transbordo.

Asimismo, Vietnam, Indonesia y Tailandia han comenzado conversaciones con EE.UU. para incrementar sus compras de productos norteamericanos y reducir barreras no arancelarias.

Pese a estos compromisos, persiste el temor a las consecuencias de adoptar medidas firmes contra las empresas chinas. China es el principal socio comercial e inversor de la mayoría de los países del sudeste asiático.

Actuar contra sus intereses podría desencadenar tensiones que estos gobiernos desean evitar, en un contexto donde muchos han mantenido hasta ahora una política exterior equilibrada.

La presión crece y algunos países podrían verse obligados a elegir

Vietnam e Indonesia han basado su política internacional en una estrategia no alineada, como la denominada “diplomacia de bambú” que aplica Hanói. Esta doctrina les ha permitido cultivar relaciones estrechas tanto con China como con Estados Unidos, sin posicionarse de forma explícita en ninguno de los dos bloques.

Sin embargo, expertos consultados por Financial Times coinciden en que esta situación podría cambiar. A medida que EE.UU. exige reglas de origen más estrictas y medidas concretas para evitar el desvío comercial, algunos países del sudeste asiático podrían tener que tomar decisiones que pongan en riesgo su tradicional neutralidad.

La pugna entre aranceles, origen y alianzas geopolíticas ha colocado a Vietnam y a sus vecinos en una encrucijada difícil de evitar.