En el vídeo, publicado en YouTube, aparecen varios congresistas en actitudes comprometidas con varias mujeres (calificadas como bailarinas y escorts), bailando y bebiendo de manera despreocupada. Nada extraño por otra parte si hubiera sido un capítulo de su vida privada.
Pero el problema es que se ha informado que la fiesta ha sido pagada con dinero de los contribuyentes, lo que ha provocado indignación en la opinión pública. Al parecer, la fiesta se celebró durante una reunión plenaria del PAN para preparar el voto sobre la reforma energética.