El alcalde ha destacado el buen tono de la reunión con los vecinos de la Barceloneta, que llevan semanas reclamando mayor actuación del consistorio, y ha decidido intervenir personalmente en el asunto para evitar que las protestas desembocaran en un nuevo “Can Vies”.
El compromiso es el de clausurar todos los pisos ilegales y ha garantizado también mayor control a los apartamentos legales en los que se realizan “acciones incívicas” por parte de los turistas. Ha aprovechado para reivindicar que el modelo turístico de la Ciudad Condal no es el de gente que venga aquí a hacer locuras", sino el cultural, el de los congresos o el de "gente que se venga divertir, pero con orden".
La situación en el barrio de Barcelona es un caso más de los recientes conflictos en el sector del alquiler vacacional. En 2013, el Gobierno cambió la ley, con el fin de limitar el alquiler de viviendas en vacaciones y dejó que cada una de las comunidades autónomas regulara esta actividad.
Desde entonces, en Cataluña se ha congelado la concesión de nuevas licencias en algunos distritos de Barcelona y en otras comunidades, como Andalucía, no se cuenta con una normativa aprobada, pero se ha empezado a multar a propietarios que alquilan sus viviendas con fines turísticos.Otras noticias:
Las claves del conflicto de Can Vies
En otras regiones, como en Baleares, este tipo de alquiler está completamente prohibido.